"Kurere" o palabras que curan es el nombre de una singular plataforma social, sin animo de lucro, que ayuda a sobrellevar el dolor y el sufrimiento ante la pérdida de un ser querido. Ayer se presentó en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, y lo hizo con la presencia de sus protagonistas, los que la promovieron y los que encontraron en ella un puerto de refugio en el que reflexionar y sobrellevar sus tragedias personales y, sobre todo, encontrar un remanso de paz.

Ante un salón de actos repleto de asistentes comparecieron cinco personajes excepcionales para contar sus proyectos y sus vivencias: Fernando Comas, vicepresidente de la Asociación Nacional de Informadores de Salud (ANIS); Juan Rico, autor del libro "¿A qué hora llegas papá?"; Luis Miguel Jiménez, monitor del programa "Paciente Activo Asturias"; José González y Juan Osoro, de "Kurere". Una singular plataforma que se dio a conocer en el suplemento de Salud de LA NUEVA ESPAÑA y que ya ocupa un lugar en la laguna que había en internet a nivel internacional, según recordó ayer Juan Rico.

"Somos una plataforma de optimismo y esperanza en la que compartimos emociones y enseñanzas en forma de testimonios", resumió a modo de introducción Fernando Comas. "En la primera fase de la enfermedad estamos acompañados por la familia, pero también hay otras personas como nosotros que les animamos a seguir adelante y les enseñamos que pueden ser felices. Al final es un abrazo a la esperanza".

El momento más emotivo llegó de la mano de Juan Rico, autor del libro "¿A que hora llegas papá?". Es una historia que parte del momento en el que a su hijo le diagnosticaron un cáncer en las extremidades.

"Él fue consciente de su enfermedad y logró que a su familia le pasaran cosas buenas. Aunque ya no está con nosotros nos dejó en situación de paz".

Otro de los casos expuestos ayer fue el de Luis Miguel Jiménez, un ejecutivo de una empresa que vende coches de alta gama y que de la noche a la mañana se encontró en el vehículo que menos esperaba: el de una silla de ruedas. "Una hemorragia cerebral me cambió la vida por completo". Después llegó una larga rehabilitación de hemipléjico que duró siete meses. "Y para casa sin poder subir las escaleras, algo que terminé por conseguir con mucho esfuerzo, disciplina y tesón".