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Que la salud digital ha dejado de ser una moda para convertirse en una tendencia es un hecho que hace tiempo está implantado en nuestra vida cotidiana, del mismo modo que el abanico de posibilidades que se nos presentan parece inagotable y aumenta de manera exponencial conforme pasa el tiempo.

En este sentido, las nuevas herramientas y tecnologías que se van incorporando al mundo de la salud ofrecen cada vez más prestaciones, hacen que la vida de los pacientes sea más cómoda y que los profesionales tengan la posibilidad de disponer, de manera casi inconsciente, de información y recursos a gran escala y de forma casi inmediata.

Los wearables, el almacenamiento masivo de datos y cómo se ordenen nos augura un escenario completamente diferente al establecido desde hace años y que, en cierta manera, se resiste a cambiar.

Por tanto, el binomio entre salud y salud digital funciona.

Para hablar de salud digital hoy nos acompaña Jaime del Barrio, Presidente de la Asociación de Salud Digital.

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Médico Internista por la Universidad de Cantabria en 2010, ha sido Consejero de Sanidad del Gobierno de Cantabria (1995-2003), responsable del Plan Regional sobre Drogas de Cantabria, Director General del Instituto Roche (2003-2014) y actualmente ocupa el cargo de Senior Advisor, Healthcare & Life Sciences en Ernst & Young.

 

1- Jaime, ¿Por qué la necesidad de una asociación de salud digital?

Estamos ante un entorno digital. En concreto, el ámbito de la salud lleva un cierto retraso con donde se supone que deberíamos estar situados ya.

Actualmente estamos utilizando los beneficios y ventajas de ese entorno digital en otros sectores como pueden ser la banca, el turismo o el consumo. Sin embargo, en lo que se refiere a la salud, desde un prisma general, vamos por detrás. Por este motivo deberíamos haber facilitado aún más la implantación de esa 'salud digital'.

Por todo ello, hace unos años un grupo de profesionales decidió poner en marcha el proyecto de la Asociación de Salud Digital para impulsar, ayudar y promover acciones encaminadas a acercar más aún los beneficios de la salud digital, en este caso, al mundo sanitario.

2. En salud, ¿Existe algún punto de inflexión para que esa situación nos posicione y haga que estemos en el camino actual? En tu opinión, ¿dónde estaba el fallo o qué no se estaba haciendo del todo bien?

En mi opinión creo que todavía no ha llegado ese punto de inflexión.

Por ahora lo que sí existe es un lento avance, más dirigido a la informatización de muchos de los componentes que participan e interactúan en el entorno sanitario, más que un punto de inflexión y un crecimiento exponencial en utilizar todo lo que en verdad ofrece la salud digital.

Espero y preveo que esa inflexión pueda eclosionar en los próximos meses o en un par de años.

Pongo ejemplo: ahora mismo es noticia que después de trece años se cierra un poco el círculo de la conectividad, la historia clínica electrónica, o que la receta electrónica puede ser dispensada en cualquier punto de la red de farmacias del Sistema Nacional de Salud (SNS). Insisto, para llegar hasta aquí hemos tardado trece años.

Si bien es cierto que es un avance, también hay que señalar que había que haberlo conseguido antes. Pero no es sólamente cerrar estos ejemplos; es que tengamos la posibilidad de que sirva, que integre datos, que genere conocimiento y, al mismo tiempo, esté beneficiando tanto al paciente en su acceso al diagnóstico o al tratamiento de las patologías; como al profesional, para que tenga más soporte en la toma de decisiones. Yo espero que en este sentido todos empujemos para que el punto de inflexión real y el posicionamiento que todos esperamos en salud digital ocurra lo antes posible.

3. Si tuvieras que establecer un diagnóstico para la salud digital actual, ¿cómo lo definirías?
 
Haciendo una similitud con un diagnóstico clínico, la salud digital viene de una situación grave pero se le adivina una lenta mejoría. Esperemos que en un corto período de tiempo podamos decir que goza de buena salud.
 
Es más, espero que pronto sea apto para cualquier tipo de necesidades que el ciudadano de a pie le va a ir demandando tal y como ya está ocurriendo.
 
4. En tu opinión, ¿cuáles serían los puntos críticos o aquellos que deberían abordarse de una forma más inmediata?
 
A todo sistema nacional de salud le hace falta un cambio.
 
Hablo de un cambio cultural. Cuando hablamos de salud digital no hablamos únicamente de tecnologías, nos referimos a un cambio más profundo y que ya ha tenido lugar en otros entornos de nuestra vida como decía al principio.
 
El reto para nuestro SNS es entenderlo, que a nivel cultural debemos cambiar.
 
Por otro lado, deberíamos ser todos los miembros del SNS (personal sanitario, gestores, pacientes, etc.) los que tendríamos que liderar este cambio. Si no lo hacemos nosotros lo acabará realizando agentes externos.
 
Cuando hablo de agentes externos me refiero a compañías tecnológicas, muchas veces ajenas al mundo sanitario, que sepan ver el valor de la salud basada en los datos (es el sector que más volumen de datos mueve) y, por tanto, es tremendamente atractivo si tenemos en cuenta el modelo de 'economía de datos' en el que nos movemos.
 
Por tanto es imprescindible que el SNS se lo crea.
 
Y en último lugar, no podemos abordar problemas de ahora con herramientas de hace treinta años.
 
Tenemos una Ley General de Sanidad que nos ha llevado a tener uno de los mejores sistemas de salud del mundo según muchas clasificaciones internacionales, pero el mundo sigue girando y además lo hace a velocidad muy rápida. Por tanto, para mantener ese liderazgo tenemos que cambiar.
 

Por ejemplo, nuestro sistema sanitario está diseñado para el abordaje de la resolución de la enfermedad aguda en general cuando ahora mismo y desde hace ya tiempo estamos enfrentándonos a enfermedades crónicas. Hemos conseguido diagnosticar y tratar esas enfermedades  al mismo tiempo que paliar sus síntomas y donde hemos avanzado hacia la cronicidad y esto conforma un nuevo modelo de atención sanitaria. Incluso diría sociosaniaria.

Por tanto, reitero que tiene que cambiar todo el modelo. Ya no sólo por el hecho de la cronicidad sino también por el envejecimiento. Vivimos de media veinte años más, por lo que las esperanza de vida se incrementa y las necesidades varían. El modelo debe estar preparado.

En resumen, hay que creérselo, tenemos que liderarlo  y no podemos seguir haciendo lo mismo de siempre cuando la realidad de nuestro entorno ha cambiado. En particular en salud, que es algo que nos importa al 100% de la población.

5. Hablabas de la importancia de los datos en el sector de la salud. Si tuvieras que decantarte por una de las tecnologías, ya no tan nuevas, en cuanto a arquitectura y estructuración de los datos, ¿por cuál te decantarías: Blockchain, BIGDATA? ¿Crees que una complementa a la otra?

Más que centrarnos en una tecnología concreta, dado que todas están más o menos en la cresta de la ola, creo que deberíamos tomas consciencia de su existencia y conocer realmente qué comporta cada una de ellas.

Me quedaría con la necesidad de que, con todos los datos que tiene el Sistema, se debieran poner en valor: identificarlos, clasificarlos y tratarlos. Quizá no hablaríamos puramente de BIGDATA, pero esa inteligencia al mismo tiempo genera datos y aprende, lo que se traduce en una mayor prevención, tratamiento y seguimiento de las  patologías.

Si tengo que decantarme por alguna de estas olas  o cuál creo que va a evolucionar más, me quedo con todo lo que tiene que ver con el tratamiento de datos, entre BIGDATA e inteligencia artificial.

En cuanto a BLOCKCHAIN, impresión 3D, monitorización, sensorización y entornos virtuales diría que tienen ya su espacio definido.

Pero de hecho esto no es futuro, es ya un presente.

Otro de los temas que tendríamos que tener resuelto es la automatización, una palabra sencilla pero sin embargo muy difícil de aplicar. Un alto porcentaje del tiempo que utiliza un profesional lo usa para resolver funciones administrativas, derivaciones, etc. Tendría que ser automatizado como lo están en otros órdenes de la vida.

Por tanto, estas grandes olas van a venir a cambiar nuestro modelo, pero también existen olas secundarias que se deberían estar aplicando ya.

6. En cuanto a la multifuncionalidad de los profesionales y si tuvieras que abordar un factor clave, ¿qué es lo que les dirías?

Como profesional sanitario que soy les diría que se pongan las pilas.

Están llegando nuevos profesionales y nuevas profesiones que van a compartir con nosotros el espacio sanitario y hay que aprovechar para seguir liderando el cambio continuo y hay que seguir siendo innovadores.. Hemos aprendido mucho, por lo que ese apredizaje continuo lo hemos podido incorporar a nuestra práctica diaria, pero sin embargo el cuanto al tema digital  hay una resistencia al cambio consolidada y veo una dificultad a cómo gestionar la incertidumbre que todo esto supone y por tanto debemos cambiar.

La diferencia es que ahora los cambios son mucho más disruptivos, más digitales, más globales.

Debemos aprovechar el conocimiento que tenemos sobre el paciente, su patología, su evolución a lo largo de los años, su estado general de salud y lo único que tenemos que hacer es aplicar todo lo digital a nuestro día a día.

Yo les diría que no es tan diferente a lo que hemos venido haciendo durante mucho tiempo, pero si no lo hacemos nosotros, lo harán otros.

Escrito por: Ricardo Cañabate

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