- Antonio Torralba, presidente de la Coordinadora Nacional de Artritis, asegura que esta participación facilitaría que el sistema ofreciera los tratamientos que realmente se necesitan, lo que favorecería su sostenibilidad
- Los expertos reunidos reconocen que, a pesar del arsenal terapéutico existente, es deseable mejorar algunos aspectos de la efectividad, seguridad, conveniencia y eficiencia de los mismos para encontrar la mejor alternativa para cada paciente
El Covid-19 ha dificultado el manejo asistencial de los pacientes con enfermedades musculoesqueléticas ya que, un gran porcentaje tenía limitada su movilidad y, además, tuvo que interrumpir el cumplimiento de tratamientos de fisioterapia, el ejercicio físico o ha empeorado su calidad del sueño. “En cuanto a la medicación de dispensación en farmacia hospitalaria, las personas con artritis reumatoide no sabían cómo proceder para poder recibirla, en muchos casos no podían contactar con el hospital y tampoco podían acudir de forma presencial”, afirma Antonio Torralba, presidente de la Coordinadora Nacional de Artritis (ConArtritis), con motivo de la jornada de actualidad organizada por la compañía biotecnológica Galapagos con la colaboración de Bioinnova sobre enfermedades musculoesqueléticas.
“Desde ConArtritis les ayudamos a resolver muchas dudas mediante la campaña ‘La artritis en la COVID19’ y demostramos, una vez más, que nuestra labor va más allá de ofrecer servicios a los socios: podemos trabajar codo con codo con la administración, las sociedades médicas, las compañías farmacéuticas, etc. para ofrecer a la población una asistencia social segura y de calidad”, asegura Torralba.
De aquí que el presidente de ConArtritis abogue por una mayor involucración de las asociaciones de pacientes en los procesos tales como la elaboración de los informes de posicionamiento terapéutico (IPTs). “Nuestra participación conllevaría aportar en primera persona el estado de salud de la sociedad y, por tanto, que el sistema ofreciera los tratamientos que realmente se necesitan a quienes lo necesiten”, apunta. “Esto es algo que llevamos años reivindicando desde ConArtritis: las asociaciones de pacientes debemos ser un agente más del Sistema Nacional de Salud si realmente se busca que el paciente esté en el centro del sistema”, añade.
En la misma dirección se ha manifestado César Hernández, jefe del Departamento de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios: “Creo que los pacientes deben participar en todos los aspectos que tienen que ver con el ciclo de vida de los medicamentos”. Hernández ha indicado que “contar con ese punto de vista es determinante a la hora de orientar las decisiones a aquello que realmente más relevancia tiene para los pacientes”.
Nuevos tratamientos para cubrir necesidades no cubiertas
Otra de las cuestiones debatidas durante esta jornada de actualización ha sido la importancia de seguir aumentando el arsenal terapéutico para abordar aquellas necesidades no cubiertas en enfermedades como la artritis reumatoide. “El número de medicamentos que pasan por el Comité de Medicamentos de Uso Humano para autorización por el procedimiento centralizado no se ha detenido. Se ha hecho un gran trabajo para que las actividades esenciales de la EMA no se vieran afectadas por la pandemia”, explica Hernández, quien ha matizado que los medicamentos son fundamentales, pero también un diagnóstico y un tratamiento precoces.
Por su parte, el Dr. José Manuel Martínez-Sesmero, director de Innovación de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), también ha apostado por la llegada de nuevos tratamientos porque “cada persona tiene una situación concreta cursa con una evolución clínica específica”. “A pesar del arsenal terapéutico existente es deseable mejorar algunos aspectos de la efectividad, seguridad, conveniencia y eficiencia de los mismos, buscando la mejor alternativa para cada paciente”, afirma.
En cuanto a las iniciativas más innovadoras que se están llevando a cabo desde la SEFH durante la pandemia, el Dr. Martínez-Sesmero ha destacado los canales digitales (la teleasistencia) y la necesidad de interpretar mejor la logística de los medicamentos. “También es muy importante medir y analizar los datos referidos por los pacientes, captar su experiencia y sentimientos, no olvidemos que la tecnología también ayuda a humanizar”, ha concluido.
