ENTREVISTA A ANA VILLOTA, FUNDADORA-DIRECTORA DE AISS
¿Qué es la Asociación de Iniciativas Sociales (AISS)? ¿Qué tipo de acciones desarrolláis?
AISS es una Asociación de carácter privado que tiene ya 20 años de andadura, plenamente consolidada en el cuidado de las personas con enfermedad mental. Nuestros principios inspiradores se sustentan en lograr la plena integración de estas personas ofreciéndoles una atención personalizada, en completa coordinación con sus familias, a las que les ofrecemos la posibilidad de que su familiar viva en un ambiente creado de acuerdo a sus necesidades, psíquicas, físicas y sociales.
Para lograr el bienestar de nuestros pacientes y sus familias, hemos creado unos programas de diferente índole que se desarrollan en las residencias o pisos tutelados que forman la red de AISS. Estos programas han sido elaborados en colaboración con un equipo multidisciplinar de profesionales del ámbito clínico y social. Así, les ofrecemos apoyo en el ámbito psicosocial, clínico, asesoramiento legal, e incluso, de ocio, cultura y tiempo libre.
La experiencia de los años nos ha enseñado que el éxito viene cuando trabajas con el paciente, su familia y el equipo multidisciplinar.
¿Estáis solo presentes en la Comunidad de Madrid? ¿Cuánta gente conforma el equipo de AISS?
Nuestras residencias o pisos tutelados están ubicados en zonas residenciales de la ciudad de Madrid, precisamente, para que estas personas se sientan integradas en el tejido social, afectivo y cultural de la sociedad. Recibimos pacientes de toda España, y mantenemos encuentros y contacto permanente con entidades similares de todo el territorio nacional.
¿Cómo son los pisos tutelados para personas con enfermedades mentales?
Nuestras residencias o pisos tutelados pretenden asemejarse plenamente a un hogar como el de cualquiera de nosotros que no padecemos ningún tipo de patología mental, porque, como le decía, el objetivo es lograr su integración y bienestar. En estos 20 años, hemos logrado que nuestros pacientes vivan en familia, siempre guiados por equipos psicosociales y clínicos especializados, en coordinación con sus familias.
AISS comenzó el pasado mes de febrero a adoptar las primeras medidas de profilaxis ante los primeros casos de COVID-19. ¿Cómo ha sido este proceso hasta llegar a la situación en la que nos encontramos hoy en día?
A la vista de los acontecimientos que se estaban produciendo en otros países con una propagación y coste de vidas en grupos de personas especialmente vulnerables, entendimos que nuestros pacientes, que también forman parte de ese grupo de riesgo, podrían ver su salud física comprometida. Por ello, nos anticipamos a los acontecimientos y equipamos nuestras residencias con todas las medidas profilácticas necesarias, integrándolas en la rutina de los pacientes y los profesionales que les cuidan. Además de incluir el uso de mascarillas, dispensadores de gel hidroalcohólico y redoblar la limpieza de las residencias, nos reunimos con las familias para informarles de la necesidad de suprimir todo contacto físico con ellos, aunque les hemos facilitado otros canales para que siempre estén en comunicación con ellos, a través de videollamada, por ejemplo.
Hemos intensificado estas medidas conforme se ha ido incrementando la necesidad de hacerlo, como en el resto de España.
En este punto, tengo que decir que nuestra veteranía ha suplido la falta de información institucional y administrativa que hemos solicitado, incluso antes de que se decretara el Estado de Alarma. Hasta ese momento, recibíamos buenas palabras, tranquilizadoras y disuasorias, pero nosotros no bajamos nunca la guardia. Nuestra realidad, ahora, es como la que está sufriendo el resto de profesionales del ámbito sociosanitario, que han tenido que adoptar medidas por su cuenta y recurrir al ingenio para poder salir indemnes de esta situación. También nosotros hemos cosido nuestras propias mascarillas cuando se nos han terminado. Hemos recurrido al alcohol con glicerina en sustitución del gel hidroalcohólico. Hemos hecho de la lejía y la lavadora nuestros ‘armas de guerra’.
El trabajo que realizáis en estos pisos se desarrolla por un equipo multidisciplinar. ¿Cómo continúa su desarrollo ante la situación de confinamiento?
Con el fin de prepararnos para una carrera de fondo, como se prevé que esta situación pueda llegar a ser, hemos recurrido al principio ‘dar más con menos’. Es decir, hemos reducido la presencia física de los equipos profesionales al mínimo, con un cuidador que vive el confinamiento con ellos, complementado su trabajo en la distancia a través de la videollamada. Una rutina de trabajo que hemos organizado en turnos, pero activos las 24 horas. Todos, desde psicólogos, internistas, psiquiatras y supervisores funcionan de este modo. De esta forma, preservamos la salud de los pacientes y los profesionales, minimizando el riesgo de contagio con la entrada y salida la exterior. En cuanto a la limpieza, hemos integrado a los pacientes en esta rutina, que hacen junto al cuidador. Así también se sienten integrados de forma responsable en la solución de una crisis excepcional.
¿Qué papel están jugando las nuevas tecnologías en situaciones como, la comunicación con los familiares?
Son fundamentales. Como le decía, en circunstancias normales el trabajo que desarrollamos con los pacientes es ‘persona a persona’, puesto que es la base para lograr que se sientan parte de una familia y de la sociedad en su conjunto. Pero ahora hemos recurrido a la videollamada, tanto para la asistencia profesional, como para la comunicación con sus familias. He de decir que estamos obteniendo muy buenos resultados. Una vez más, siento admiración por nuestros pacientes y su capacidad de adaptación a situaciones excepcionales.
¿Cómo trabajáis para que las personas que viven en esos pisos no se vean afectadas en exceso por el confinamiento desde el punto de vista de la salud mental?
El confinamiento puede producir episodios de malestar psicológico y afectar tanto a nuestra salud física como mental agravándose por ello síntomas de ansiedad o estrés. Por eso, nos hemos anticipado a la cuarentena como primer paso para prevenir estas consecuencias psicológicas en nuestros pacientes.
Por ello, cuidamos que las rutinas, horarios y actividades que estos pacientes ya tenían incorporadas no se pierdan en ningún momento, y más en una situación de confinamiento por cuarentena en la que todos tendemos a la relajación de nuestra rutina diaria. Este factor es fundamental en el bienestar de las personas con enfermedad mental. De esta manera, evitamos que se produzcan episodios de desorientación o insomnio, por ejemplo. Realizamos ejercicio físico con ellos porque está científicamente probado que mitiga el estrés, trabajamos con ellos en talleres cognitivos para compensar la falta de estímulos externos por la situación de aislamiento.
¿Contáis con algún tipo de ayuda por parte del Gobierno o por parte de la Comunidad de Madrid ante la situación a la que estáis haciendo frente?
Lamentablemente, no estamos obteniendo apoyo alguno por parte del Gobierno de España. Al igual que está ocurriendo en otros ámbitos, y que conocemos por la prensa, también nosotros nos encontramos con las líneas de atención permanentemente ocupadas. Hemos elaborado nuestro propio protocolo en virtud de lo que encontramos publicado en los medios y de acuerdo a nuestra experiencia. Tengo que decir, con tristeza, que estamos solos en lo referente al ámbito administrativo.
Frente a esta situación de improvisación que estamos percibiendo, tenemos la suerte de contar con el pleno respaldo de las familias, de los magníficos profesionales que colaboran con nosotros y con la sociedad en su conjunto, sin olvidarnos de nuestros pacientes, cuya actitud supone para nosotros un estímulo para seguir dejándonos la piel con ellos.
Quiero aprovechar la oportunidad que me brinda ConSalud para agradecer la solidaridad social y la disposición de nuestra propia Red de apoyo privada que se ha multiplicado en estos días. Me refiero a médicos, enfermeras, psicólogos, cuidadores, voluntarios que colaboraban con nosotros en diferentes programas y que se han puesto a nuestra disposición sin solicitarlo.
A este nivel, la solidaridad de entidades y personas privadas y anónimas ha quedado patente como estamos observando a niveles superiores de entidades y personalidades a las que no ha hecho falta pedir nada, sino que, en virtud de su espíritu emprendedor, se han puesto manos a la obra sin esperar reconocimiento alguno. Aprovecho esta tribuna para sumarme a la inmensa mayoría de españoles de bien que agradecen su ayuda y su esfuerzo.
Y por supuesto, me sumo al aplauso de todos nosotros a nuestros profesionales sanitarios, que no están pendientes de si trabajan en el sector público o privado porque como estamos observando, la colaboración entre ambos es el camino para fortalecer nuestra sociedad.
Ana Ortiz de Obregón
DirCom AISS
Lidérate Comunicación
Publicado por cortesía de ConSalud: https://www.consalud.es/pacientes/especial-coronavirus/pisos-tutelados-personas-enfermedades-mentales-labor-olvidada-crisis-sanitaria_76550_102.html