Estimado/a amigo/a:
Como sabes, la legionella es la bacteria que provoca la legionelosis, una infección respiratoria aguda que puede llegar a causar la muerte y provoca el 20% de todos los casos de neumonía. Aunque puede manifestarse durante todo el año, es en verano y a principios de otoño cuanto se hace más común.
Legionella pneumophila, la causante de la totalidad de brotes epidémicos en nuestro medio, es un bacilo con una característica muy importante: su gran resistencia. Estamos ante una bacteria ambiental, ampliamente distribuida en las aguas superficiales, a partir de las cuales puede transmitirse a instalaciones urbanas y, bajo determinadas condiciones, crecer, ser trasportada e infectar a las personas. Por sus características, los brotes de legionelosis suelen tener un amplio impacto mediático. Su carácter ambiental, de aparición aguda y epidémica, causa una importante alarma social.
En España, los casos de legionelosis están aumentando de manera alarmante en los últimos años. En 1997 esta enfermedad paso a formar parte de la relación de Enfermedades de Declaración Obligatoria (EDO) y de este año a 1998, crecieron un 177%, un 394% si lo comparamos con 2000 y hasta un 763% en 2002 (último año reflejado en las estadísticas del INE).
La legionelosis se puede adquirir en dos ambientes, comunitario y hospitalario, y en cada uno de ellos con pronóstico y mortalidad muy diferentes, siendo la hospitalaria, también llamada nosocomial, la más grave, con alrededor de un 40% de mortalidad. El proceso infeccioso tiende a afectar a personas de mediana edad y edad avanzada aunque el riesgo se incrementa de manera alarmante en pacientes inmunodeprimidos.
Para profundizar en los aspectos clave de esta infección, ANIS celebró el pasado 3 de junio un COLOQUIO en el que participaron Ramón Carpio, ingeniero de Mantenimiento de la Clínica Universitaria de Navarra; el Dr. José Roselló, jefe clínico del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Vall DŽHebrón de Barcelona; y el Dr. José Luis Mateos Sanz, del Dpto. Científico-Técnico de Pall España.
A continuación te enviamos un resumen de sus intervenciones.
Muchas gracias.
Carlos del Águila
Secretario.
Frente a la Legionella el riesgo cero no existe
La legionelosis es una infección respiratoria aguda que provoca el 20% de todos los casos de neumonía. Aunque puede manifestarse durante todo el año, es en verano y a principios de otoño cuanto se hace más común. Legionella pneumophila, la bacteria causante de sus brotes epidémicos en nuestro medio, es un bacilo con una característica muy importante: su gran resistencia.
En España, los casos de legionelosis están aumentando de forma muy importante en los últimos años. En 1997 esta enfermedad pasó a formar parte de la relación de Enfermedades de Declaración Obligatoria (EDO) y de este año a 1998, crecieron un 177%, un 394% si lo comparamos con 2000 y hasta un 763% en 2002 (último año reflejado en las estadísticas del INE).
Los brotes suelen tener un amplio impacto en los medios de comunicación social y crean una importante alarma social, debido principalmente a su carácter ambiental y a su aparición aguda y epidémica. De hecho en nuestro país, y más concretamente en Murcia, se produjo en 2001 el mayor brote epidémico documentado hasta la fecha en el mundo, con 745 casos.
Legionella pneumophila es una bacteria ambiental, ampliamente distribuida en las aguas superficiales a partir de las cuales puede transmitirse a instalaciones como torres de refrigeración, calentadores de agua y conducciones de agua potable y, bajo determinadas condiciones de temperatura (su temperatura ideal es de 35-37ºC), crecer, ser trasportada e infectar a las personas.
La legionelosis se puede adquirir en dos ambientes, comunitario y hospitalario, y en cada uno de ellos tiene un pronóstico y mortalidad muy diferentes, siendo la hospitalaria, también llamada nosocomial, la más grave, con alrededor de un 40% de mortalidad. El proceso infeccioso tiende a afectar a personas de mediana edad y edad avanzada aunque el riesgo se incrementa de manera alarmante en pacientes inmunodeprimidos.
Tal y como explicó hoy el Dr. José Roselló, jefe clínico del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Vall DŽHebrón de Barcelona, en un coloquio de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), ?en los últimos años se ha observado la aparición de una serie de enfermedades emergentes relacionadas con las nuevas tecnologías empleadas por el ser humano para mejorar su confort. La Legionella es un buen ejemplo de ello, ya que tratándose de un microorganismo que abunda de forma natural en el medio ambiente, su transcendencia médica y social ha aumentado como resultado de la manipulación humana del agua, tanto en la comunidad como en los hospitales, dentro y fuera de los edificios?.
?La enfermedad ?recordó el Dr. Roselló- se transmite desde el medio ambiente al ser humano mediante inhalación de aerosoles (agua pulverizada) infecciosos. En un porcentaje desconocido de casos esta transmisión se produce por microaspiración de agua contaminada que alcanza los pulmones. Con todo, la inhalación de aerosoles contaminados sigue siendo el principal mecanismo de transmisión. Torres de refrigeración, fuentes y nebulizadores han sido con frecuencia el origen de brotes epidémicos, en los que el único mecanismo reconocido era la inhalación. En estos casos, la proximidad al generador del aerosol, la duración de la exposición y la presencia en un área dentro de la corriente del aerosol contaminado se han destacado como factores de riesgo para adquirir la enfermedad?.
Aproximadamente el 25% de todos los casos de legionelosis son de origen nosocomial. Entre sus factores de riesgo destacan la edad avanzada, el sexo masculino, tabaco, abuso de alcohol y la EPOC. Los hombres se ven afectados entre 2 y 3 veces más que las mujeres, probablemente debido al impacto diferencial que tienen factores como el tabaco y la EPOC asociada. La mortalidad atribuible es de aproximadamente el 20%, aunque puede ser mayor según las enfermedades de base de los pacientes.
Por otra parte, las infecciones nosocomiales por Legionella ocurren con mayor frecuencia en pacientes inmunodeprimidos y especialmente aquellos que han sido sometidos a un trasplante. El grupo de enfermos quirúrgicos, por otro lado, también tiene un riesgo aumentado y alrededor de un 40% de legionelosis nosocomiales se dan en este tipo de pacientes, probablemente relacionado con la anestesia y la intubación endotraqueal.
Todas las fuentes de agua potable del hospital pueden constituir el origen de infecciones esporádicas o de brotes, cuando el agua está contaminada con Legionella. Duchas, lavabos, bañeras, humidificadores y nebulizadores están entre las principales fuentes de infección.
En este sentido, el Dr. Roselló afirma que ?el uso rutinario de cultivos medioambientales es una estrategia efectiva para la prevención de la legionelosis nosocomial. Si se registra el grado de contaminación del suministro de agua, el índice de sospecha por parte del médico de que la neumonía que está atendiendo puede ser causada por Legionella aumentaría, y con ello las probabilidades de un diagnóstico y tratamiento más adecuados. Desafortunadamente, el miedo a una publicidad negativa y a las denuncias ha sido un obstáculo importante para la adopción de esta medida, a pesar de que su efectividad está probada?.
En caso de brotes hospitalarios, según este especialista, ?se pueden poner en marcha medidas adicionales para su control, como la hipercloración de choque, junto al hipercalentamiento. La inyección de dióxido de cloro y la inclusión de sistemas de ionización cobre-plata han mostrado resultados iniciales prometedores. Los filtros también son una buena medida para controlar el problema?.
El Dr. José Luis Mateos Sanz, del Dpto. Científico-Técnico de Pall España, recordó el "larguísimo recorrido" que el agua realiza en estos centros, ya que se estima que un hospital de tamaño medio tiene entre 50 y 60 Km de tuberías con innumerables puntos ciegos, codos, etc. donde pueden desarrollarse diferentes microorganismos, que pasan a formar parte de su denominado ?biofilm?, una capa adherida a la superficie interior de la conducción.
?Podríamos decir que el agua hospitalaria es susceptible de transmitir patógenos nosocomiales por tres vías: agua de consumo humano, tanto de bebida como para higiene personal; inhalación de aerosoles, que es la vía de transmisión más peligrosa pues va directamente al pulmón; y por contacto, limpieza de heridas, contacto con las mucosas, la higiene de los catéteres, etc.".
Según el Dr. Mateos, ?los dos tipos de medidas rutinarias que pueden adoptarse para el control y prevención son las sistémicas, aquellas que actúan sobre toda la red de agua: cloración, hipercalentamiento e ionización cobre-plata; y medidas focales, más dirigidas a tratar el agua de la red que se aproxima o coincide con el punto final de utilización, como radiación ultravioleta o filtración?.
En este sentido recordó que hasta un 30% de las infecciones por Legionella son de origen nosocomial y que éstas se deben fundamentalmente a los aerosoles de agua en grifos y duchas con agua caliente. Con respecto a la filtración en punto final de utilización, este experto recordó que ?se utiliza en grifos y duchas consiguiendo agua de grado estéril, por la acción de lo que se denomina filtro de grado absoluto?.
?Existe un consenso internacional hacia la combinación de medidas de desinfección del agua hospitalaria con especial atención a las áreas de pacientes inmunocomprometidos e inmunosuprimidos donde los expertos recomiendan el uso de filtros en punto final como medida principal de la prevención y control de Legionella?, concluyó el Dr. Mateos.
Sin embargo, el Dr. Roselló recordó que ?frente a la legionella, como frente al resto de infecciones nosocomiales, el riesgo cero no existe, algo que tienen que tener claro los medios de comunicación y transmitirlo a la población, porque si no es así se pueden producir situaciones de pánico que siempre provocan reacciones irracionales?.