HIPERHIDROSIS ‘CAPILAR’: un problema que se puede controlar
La hiperhidrosis, o sudoración excesiva, es mal de muchos y consuelo de pocos. Se estima que la padece el 3% de la población, es decir más de 1 millón de españoles.
En más del 50% de los casos se trata preferentemente de hiperhidrosis axilar. Realizando una evaluación con la Hyperhidrosis Disease Severity Scale (escala de severidad de la hiperhidrosis), en más del 30% de estos pacientes con hiperhidrosis axilar, la sudoración les resulta difícilmente tolerable o simplemente intolerable y compromete sus actividades habituales.
Según el Dermatology Life Quality Index (índice de calidad de vida dermatológico), que puntúa de 0 a 30 siendo 30 la peor calidad de vida en relación con enfermedades de la piel, resulta que las dos patologías con mayor puntuación son la hiperhidrosis palmar y axilar, con puntuaciones medias de 18 y 17 respectivamente.
“Resulta ciertamente curioso que, sin embargo, el 70% de los pacientes con sintomatología no acuden al médico”, indica el Dr. J. Víctor García, Presidente de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética; y apostilla “probablemente porque desconocen que se trata de una patología con soluciones muy eficaces y seguras, entre ellas el empleo de la toxina botulínica.”
Desde hace algunos meses, y el verano no ha hecho más que acentuarlo, se han incrementado las consultas por la llamada ‘hiperhidrosis capilar’, en definitiva por el exceso de sudoración en la cabeza y muy concretamente en la frente y las regiones pilosas.
Dicen los pacientes que no la pueden controlar, que desborda las zonas con pelo y se desliza por el cuello, las sienes o la frente, y que resulta muy desagradable y les incomoda sobremanera. En el caso de las personas que acuden al gimnasio, y particularmente en el caso de las mujeres, afirman que supone un gran problema porque afecta al cabello y, con ello, al peinado resultando un inconveniente para quienes, después de la sesión de ejercicio, deben continuar con sus actividades laborales o sociales.
Y es que, aunque el sudor de esas regiones es una secreción isotónica, estéril e inodora, no deja de ser agua (90%) que moja, y mucho, al cabello y lo macera, lo riza o lo encrespa y, en definitiva, afecta a la imagen. Muchos de los pacientes confiesan que el problema se resolvería lavando el cabello, secándolo adecuadamente y peinándolo de nuevo, pero eso supondría un tiempo del que no disponen.
Tratamiento
El Dr. García es categórico cuando indica que “en el caso de la hiperhidrosis existen dos reglas de oro: el tratamiento debe ser diferente según el área afectada y debe comenzar por el tratamiento menos invasivo”
A día de hoy los tratamientos por vía sistémica prácticamente no se utilizan porque tienen muchos efectos secundarios; en cualquier caso, sólo servirían para la hiperhidrosis generalizada.
Por razones obvias, el uso de antitranspirantes locales o de la iontoforésis no ha lugar en el caso que nos ocupa, la hiperhidrosis capilar. Las opciones quirúrgicas (excisión/legrado y simpatectomía) carecen de indicación en esa región.
Ello nos ha llevado a considerar la posibilidad del empleo de la toxina botulínica, cuya utilización en la hiperhidrosis axilar ya está consolidada y autorizada.
Hemos seguido para ello los pasos de la Dra. Dendy Engelman, una reconocida dermatóloga de Nueva York.
Se realizan entre 150 y 200 microinyecciones de toxina botulínica diluida en el cuero cabelludo, en una única sesión. El tratamiento resulta prácticamente indoloro porque se puede utilizar anestesia tópica y porque se emplean agujas muy finas con una jeringa automatizada. El resultado se instaura en 2-3 días y dura más de 6 meses; en la mayoría de pacientes la sudoración desaparece por completo, en otros disminuye de forma considerable. La mayoría de los pacientes realizan 2 sesiones al año; pero como en el caso de la hiperhidrosis palmar y axilar, algunos optan por una única sesión en primavera, al inicio de la época más calurosa.
Cabe señalar que, siendo este un motivo de preocupación para los pacientes, la calidad y el crecimiento del pelo no se ven afectados. Tampoco se han detectado otros efectos secundarios.
El precio de la sesión oscila entre 700 y 900 euros, en función de las unidades terapéuticas que se estimen necesarias.
Conclusión
La hiperhidrosis, sea cual sea su localización, debe constituir siempre un motivo de consulta médica, aunque sólo fuera para descartar que su origen pudiera ser alguna enfermedad sistémica.
A día de hoy, y siendo que la hiperhidrosis puede tener un impacto negativo en la calidad de vida de las personas, una vez descartada una patología de base, la existencia de tratamientos eficaces, seguros y la mayoría relativamente simples debería animar a los pacientes que sufren esa alteración a ponerse en manos de un médico cualificado, que indicará el tratamiento más adecuado.
“Su calidad de vida mejorará mucho”, apostilla el Dr. García, y finalmente indica que “más allá de los tratamientos citados quienes sufran hiperhidrosis pueden tomar ciertas medidas preventivas tales como evitar el consumo de cafeína, alcohol y de alimentos picantes. En el caso de la hiperhidrosis corporal deben evitar el uso de prendas de nylon o muy ajustadas, usar siempre calcetines, evitar el calzado sintético y optar por prendas blancas o negras para disimular las manchas ocasionadas por el sudor”.
Septiembre de 2016
Dr. J. Víctor García Giménez
Presidente
Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética
Más información: 93 4108400
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.