En los últimos años se están produciendo grandes cambios en la forma de comunicar. El auge de las redes sociales está modificando muchas dinámicas en la información, convirtiéndose en poderosos altavoces sin la necesidad del respaldo de un grupo de comunicación.
Esto lo han aprovechado profesionales sanitarios para divulgar sus mensajes y opiniones, un fenómeno que apuntaba tímidamente antes de la pandemia y que durante la crisis sanitaria se multiplicó en gran medida.
“La pandemia por SARS-CoV-2 ha puesto patas arriba el ritmo en la demanda y la respuesta de información. Tampoco antes se había vivido una crisis por emergencia sanitaria como esta, en la que, además de los medios de comunicación en todo tipo de soportes, hay redes sociales, fundamentalmente Twitter, que entran en discordia”, explicó Coral Larrosa, vicepresidenta de ANIS y redactora de Informativos Telecinco, quien se encargó de moderar la mesa de cierre del XVI Congreso de ANIS, celebrado en el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IBIMIC) los días 22 y 23 de octubre.
¿Supone un problema para los periodistas especializados en salud que quienes hasta hace poco eran sus fuentes ahora se comuniquen directamente con las audiencias por medio de sus redes sociales? ¿Estamos ante un cambio de paradigma o es posible la convivencia de ambos?
¿Qué se opina desde el lado de los periodistas?
“Tampoco me parece que haya ningún tipo de conflicto. No es lo mismo el periodismo que la divulgación, aunque tienen muchos puntos en común”, explicó Pablo Linde, periodista de Salud de El País, quien continuó resaltando cómo la pandemia de covid-19 fue noticia de portada en todos los medios durante meses, generando la necesidad de crear una gran cantidad de contenidos. “Y, al igual que de política no escriben solo periodistas políticos, también en materia de sanidad es posible abrirse a muchos otros perfiles”.
Belén Remacha, periodista y exredactora de elDiario.es, que desde enero de 2020 cubrió la pandemia en lo relativo a los asuntos sanitarios, era de la misma opinión. “Son dos trabajos complementarios en todo momento. Los dos tipos cumplen cada uno una función”, apuntó Remacha, incidiendo en cómo los profesionales sanitarios, debido a su honda especialización, pueden ayudar a explicar mejor algunas cuestiones, pero que al mismo tiempo eso hace que se olviden de las inquietudes más básicas, que no siempre están resueltas.
Y, aunque tanto Pablo Linde como Belén Remacha incidieron en señalar que el trabajo de unos y otros no es el mismo, sino que son facetas diferentes de la comunicación que se acaban complementando, Juan Pablo Bellido, presidente del Colegio Profesional de Periodistas de Córdoba, quiso matizar que un periodista también divulga. “Que no se haga una frontera entre informar y divulgar. No concibo mi trabajo de periodista sin contemplar la divulgación, abordando con seriedad los temas y contrastando la información. Y para eso es importante poder contar con fuentes expertas y conseguir explicar lo que transmiten en un lenguaje que la mayoría de la gente pueda entender, teniendo en cuenta que nos enfrentamos a una realidad compleja”.
Ambos periodistas también coincidieron en no considerar una competencia que los profesionales sanitarios hayan dado un paso al frente para lanzar directamente sus propios mensajes. “Yo no he sentido de ninguna manera que eso les haya restado validez como fuentes de información. Aunque uno de esos profesionales manifieste directamente en un programa como puede ser Al Rojo Vivo lo mismo que me dice a mí, eso no le resta valor a su declaración, ya que yo lo voy a montar de otra manera o voy a darle otro enfoque”, expresó Belén Remacha, mientras que Pablo Linde justificó que, en el caso de las piezas periodísticas, esos expertos son solo una voz más. “Cuando ellos aportan una visión de cualquier tema, es una visión particular suya. Yo en mis artículos no aporto una visión única, sino que hago una composición de varias voces”.
Los sanitarios tampoco se ven como competencia
Julio Mayol, profesor de Cirugía de la Universidad Complutense de Madrid y director médico del Hospital Clínico de San Carlos, es uno de estos profesionales sanitarios que han alcanzado una gran repercusión en las redes sociales. Tanta, que en La Sexta Noche contaron con él como uno de los participantes en los debates sobre la covid-19. Y, en su intervención, Mayol recalcó la idea de la necesidad del trabajo de los periodistas. “Los sanitarios tendemos a creer que nuestros sesgos son los buenos, y que los periodistas lo hacen todo mal y preguntan cosas incorrectas, porque no nos ponemos en la piel de los que no saben tanto y nosotros creemos que se explican cosas que son obvias, cuando no es así”.
Esther Samper es otra sanitaria que ha profundizado en el campo de la divulgación, en su caso, llegando a dedicarse a ello de forma exclusiva ya antes de la pandemia. “Yo creo que es un enfoque muy beneficioso poder contar con los profesionales sanitarios, ya que tanto los científicos como los médicos, en España, generan mucha confianza en las audiencias. Por eso es valioso que estén en los medios de comunicación, hablando de lo que conocen o documentándose sobre las cuestiones a las que son próximos. Pero hay también que tener en cuenta el riesgo de que acaben hablando de todo, lanzando mensajes que realmente no controlan”.
La transformación de las redes sociales
Un aspecto que también salió a colación durante la mesa fue el cambio que se ha producido en las redes sociales en los últimos años, que han pasado de ser un espacio de divertimento y ocio a algo con mucha más trascendencia, como señaló Julio Mayol. “Ya no puedo decir lo mismo que antes, porque mucha gente está esperando a ver qué cuento. Para mí es más complicado lanzar mensajes ahora que antes, cuando era más impulsivo”, explicó, al tiempo que añadió la falta de formación de muchos profesionales sanitarios a la hora de comunicar.
Juan Pablo Bellido coincidió en destacar esta transformación de las redes sociales, lamentando la pérdida de espontaneidad de canales como Twitter, al que reconoció una gran utilidad para permitir a algunos medios dar cabida a sus audiencias en un espacio acotado. “Twitter, en cualquier caso y en contra de lo que me dicen muchos estudiantes, no es un medio de comunicación”, señaló Juan Pablo Bellido, destacando que tener muchos seguidores no significa nada, cuando es posible tanto comprarlos como hacer lo mismo con los likes y los retuiteos, dándose una manipulación en este sentido.
La locura de la pandemia y cómo afectó al periodismo
La crisis sanitaria de la covid-19 tuvo un fuerte impacto en los medios de comunicación y en el trabajo realizado por los periodistas especializados en salud. De repente, pasaron a estar en el foco de atención de todo el mundo, sobre todo durante el tiempo de confinamiento más estricto. Eso generó una carrera entre los medios para intentar ser siempre los primeros en informar sobre algo, generando una situación conflictiva, como destacó Belén Remacha. “Esa locura de querer ser los primeros en contar algo hizo que algunas veces se diera más importancia de la que tenía a algunas cuestiones. Todo el mundo quería saber cosas de la covid y hacían falta temas de apertura con esta cuestión. Era una carrera a veces por ver quién sacaba un titular”, explicó Remacha, señalando también cómo esto es una tendencia cada vez más generalizada en un mundo mucho más digital.
“No hay nada deshonesto en tratar de captar la atención con un titular, porque esa no deja de ser su función, para que luego el lector entre en la información. Pero la función no puede ser generar incertidumbre en el lector, como, por ejemplo, ‘¿conoces los efectos de la vacuna de Pfizer en los mayores de 30 años?’. Eso no es periodismo”, comentó Juan Pablo Bellido, quien también resaltó que consideraba vergonzoso que en algunos medios de comunicación generalista se estuvieran compartiendo contenidos patrocinados generados desde fuera de sus redacciones con aquellos que son propios del medio, utilizando el gancho de la información sanitaria en la mayoría de las ocasiones. “Contra eso sí que deberíamos luchar los periodistas y plantarnos de una vez por todas”.
La urgencia por tener contenidos durante la pandemia también llevó a algunas prácticas que hasta hace poco se consideraban incorrectas, como la publicación de preprints, es decir, una versión de un manuscrito antes de la revisión por pares, quienes certificaran o no su publicación. “Eso acabó siendo un anzuelo para periodistas, ya que muchos de ellos nunca llegarán a publicarse en una revista decente. Algunos han llegado a filtrarse a los medios por esa prisa, porque, si hubieran acudido a un experto en ese campo, les podría haber informado de que lo que se explicaba no tenía razón de ser”, apuntó Esther Samper, quien añadió cómo todo esto ha terminado por generar malos contenidos científicos. “Con los preprints hemos abierto una puerta que será difícil de cerrar, y va a ser complicado que no sigan filtrándose”, añadió Pablo Linde.
Patrocinadores del XVI Congreso ANIS
Cabe recordar que el XVI Congreso ANIS es posible gracias a la colaboración de los patrocinadores Oro, categoría en la están Pharmamar, Pfizer, Chiesi y AstraZeneca. También es de destacar el apoyo de los patrocinadores Plata: Ayuntamiento de Córdoba, Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, Raíz, Lilly, Novo Nordisk, Cinfa, ABVVIE, Vithas, Roche y Lundbeck. Los patrocinadores Bronce han sido: IPSEN, FENIN, MSD, Veolia, Merck, GSK, Cantabria Labs y Loyola.
