Tras el descenso de la incidencia de los procesos respiratorios en la Comunidad de Madrid, que ha dejado sin efecto la obligatoriedad del uso de la mascarilla en los centros sanitarios asistenciales, desde el Colegio Oficial de Enfermería de Madrid instamos a las autoridades sanitarias a que atiendan a las demandas de profesionales y población y hagan balance del colapso vivido en Atención Primaria y urgencias hospitalarias, provocado por una más que cuestionable planificación de recursos.

Conociendo por la experiencia de otros años cuál es el impacto de estas afecciones respiratorias estacionales en nuestros centros de salud, y teniendo en cuenta las lecciones aprendidas tras la pandemia, exigimos a la Administración que, para que no vuelva a repetirse una situación ni tan siquiera parecida, analice las causas y consecuencias de esta ‘crisis’ estacional que ha puesto en jaque la atención a los ciudadanos y ha vuelto a tensionar el sistema sanitario, sobrecargando de trabajo más allá de lo exigible a enfermeras y resto de sanitarios.

Desde la Institución colegial hemos querido comprobar el alcance real de esta situación con una encuesta realizada a los hogares madrileños de cuyos datos se concluye que más de la mitad han sufrido una enfermedad respiratoria con casi dos miembros afectados por cada hogar y con una media de 9 días con síntomas por persona.

Los resultados de la encuesta revelan que siete de cada diez encuestados que acudieron a su centro de salud consideran que han tenido dificultades para ser atendidos, y esta percepción se hace extensible incluso a quienes no han visitado un centro.

La encuesta también revela que la mayoría de los ciudadanos consultados (62,6%) todavía no sabe que puede acudir a su enfermera para indicarle el uso de ciertos fármacos ante síntomas como, por ejemplo, la fiebre.

Conclusiones y aprendizaje

Teniendo en cuenta los resultados de la encuesta realizada por el CODEM y la situación de colapso vivida en nuestra Atención Primaria y urgencias hospitalarias durante las últimas semanas, desde el Colegio insistimos en que la solución pasa inexorablemente por un cambio de modelo en este nivel asistencial, que debe girar en torno a los cuidados y, por tanto, a la prevención, promoción de la salud y la atención comunitaria, competencias propias de la enfermera especialista. Se trataría, por tanto, de recuperar la esencia de la Atención Primaria.
Y en ese cambio de paradigma, las enfermeras tienen que liderar esos cuidados.

Sin embargo, faltan profesionales para llevarlo a término (unas 3.000 según las estimaciones que maneja este Colegio) y es preciso hacer una apuesta decidida por las enfermeras especialistas (sobre todo con la incorporación de una vez por todas de las especialistas de Familiar y Comunitaria).

Igualmente, es necesario fomentar el desarrollo de todas sus competencias si queremos una Atención Primaria fuerte, sostenible y realmente útil para el ciudadano. Un desarrollo de competencias que, tomando precisamente como ejemplo esta última ‘crisis’, deben entenderse de manera global y con vocación de permanencia, no de forma puntual con el objetivo de restarle carga de trabajo a otros profesionales.