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El 15% de la población española padece algún grado de enfermedad renal crónica, es decir uno de cada siete españoles. Los profesionales implicados en su abordaje se refieren a ella como una enfermedad silenciosa, ya que no suele manifestar sus síntomas hasta las fases finales de la patología. Por ello, los expertos inciden en la importancia de la prevención, el diagnóstico precoz y aplicar un tratamiento acorde a una secuenciación terapéutica óptima, empezando por terapias domiciliarias.
Cuando los riñones no son capaces de depurar la sangre, se precisa un tratamiento renal sustitutivo. La opción idónea siempre es el trasplante. No obstante, en ocasiones este no es posible, o no de manera inmediata. Por ello, es preciso acudir a la diálisis, el tratamiento que ayuda al organismo a eliminar los desechos y el exceso de líquido en la sangre. Existen dos tipos: la hemodiálisis, que se suele realizar en el hospital o centro sanitario que disponga de esta técnica en la que se extrae la propia sangre del paciente para que sea filtrada por un ‘riñón artificial’; y la diálisis peritoneal, que utiliza el peritoneo como órgano dialítico. Ambas pueden realizarse actualmente en el domicilio del propio paciente, siendo la peritoneal la que cuenta con más ventajas clínicas, según explica el Dr. Emilio Sánchez, presidente de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) y jefe de Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Cabueñes, en Gijón.

“La diálisis peritoneal tiene una serie de ventajas durante los cuatro o cinco primeros años de su utilización. Supone mayor conciliación con la vida laboral, mayor independencia y calidad de vida para los pacientes, menos visitas hospitalarias y exposición a infecciones, o más facilidad para viajar, entre otras. Además de ello, la diálisis peritoneal cuenta con novedosas herramientas de tele monitorización que permiten tener al paciente más controlado, lo cual es algo que tanto a los clínicos como a los pacientes nos aporta una mayor tranquilidad en el día a día. Mi recomendación siempre es que hagan de inicio diálisis peritoneal”, señala. A pesar de estas recomendaciones, el número de pacientes con enfermedad renal crónica que optan por esta técnica domiciliaria es del 20%, mientras que el 80% eligen someterse a hemodiálisis. Así lo afirma el Dr. Sánchez, quien detalla que son los pacientes jóvenes los que suelen elegir la diálisis domiciliaria.

“La hace sobre todo la gente joven con una vida activa, tanto en lo profesional como en el sector de ocio porque no hay horarios y permite una mayor flexibilidad. Las personas de edad avanzada, a pesar de que les iría mejor con la diálisis peritoneal porque es menos intrusiva, no la escogen porque les parece complicada. Cuando se les informa y se les comunica que en hemodiálisis son los profesionales sanitarios los que se encargan de todo, hay mucha gente mayor que descarta la técnica domiciliaria”, puntualiza.

Ante esta realidad, desde la S.E.N. se han propuesto potenciar la diálisis peritoneal. Su objetivo “es que ese 20% que se somete ahora a las técnicas domiciliarias pase a ser un 30%, ya que hay muchos pacientes, jóvenes y mayores con una vida activa, que podrían beneficiarse de la diálisis peritoneal y no lo están haciendo. Lo queremos conseguir formando a los pacientes. Además de eso, para las personas más dependientes, trataremos de buscar el apoyo de las consejerías de Asuntos Sociales para que trabajen junto a las de Sanidad y los Ayuntamientos para tratar de buscar quiénes pueden ser las personas que vayan a las casas de los pacientes”.

La información a pacientes y también a profesionales sanitarios como los de Atención Primaria, quienes abren la puerta al sistema sanitario a quienes se enfrentan a una enfermedad o patología, es la base de la estrategia con la que pretenden conseguir este objetivo. “Hay un factor que hemos detectado en los últimos años. La mitad de los pacientes que empiezan diálisis lo hacen de forma programada, es decir, son pacientes que conocemos desde hace años, que los atendemos en la consulta y, por tanto, les informamos y enseñaremos qué es la hemodiálisis y qué es la diálisis peritoneal. Cuando uno tiene toda la información suele escoger más la diálisis peritoneal”, subraya el presidente de la S.E.N. Así mismo, puntualiza que “la otra mitad de los pacientes, que debutan en la enfermedad de forma abrupta, aguda, deben iniciar hemodiálisis. Y a veces, tras la estabilización del cuadro, nadie les informa de la posibilidad de ser transferido a diálisis peritoneal, si así lo desea”.

Ahorro al sistema sanitario

El factor coste-eficiencia también es una ventaja de la diálisis peritoneal. “Los materiales que utilizamos son igual de costosos, pero en la diálisis peritoneal nos ahorramos el coste fundamental del sistema sanitario, que son los profesionales sanitarios y los recursos implicados en el desplazamiento de los pacientes al centro de hemodiálisis”. El Dr. Emilio Sánchez explica que el cambio es sustancial. Mientras que en una unidad de hemodiálisis un profesional de enfermería, un recurso escaso y muy valioso, atiende a cuatro pacientes, en diálisis peritoneal la misma enfermera puede supervisar a 25. “La diálisis peritoneal es un 25% más económica. Se calcula que un paciente en hemodiálisis en un hospital supone aproximadamente 60.000 euros cada año. En diálisis peritoneal el coste es de 45.000 euros”.

Diálisis y desarrollo sostenible

Según el presidente de la S.E.N., “la nefrología es la especialidad médica que más impacta en el cambio climático y lo hace sobre todo por la diálisis, no por la propia enfermedad crónica”. Así mismo, añade que “la diálisis consume ingentes cantidades de agua, electricidad, genera residuos y todo ello contribuye al cambio climático. Lo que sí es cierto es que de los distintos tipos de diálisis hay una que es la que más recursos consume y más residuos genera, la hemodiálisis”. La producción de gran cantidad de gases de efecto invernadero por el traslado de los pacientes al hospital, por ejemplo, es una de las consecuencias. "La diálisis domiciliaria, y especialmente la peritoneal, es la que menos impacto climático genera. Consume poca agua, poca electricidad y el paciente se dializa en casa, por lo que no tiene que desplazarse un día sí y otro no. Desde el punto de vista climático, sin duda, deberíamos instar a los pacientes y a las autoridades sanitarias a la promoción de las terapias de diálisis domiciliaria”, concluye el Dr. Sánchez.

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