La comunicación de las personas cambió los hábitos de conducta por la crisis sanitaria de Covid-19, de cuyo inicio se cumplen cuatro años
- Hablar con los ojos
- Romper la monotonía de la voz
- Reforzar el lenguaje gestual
Julio García Gómez, experto en comunicación sanitaria de la Fundación Casaverde. Autor del “Manuel Urgente de Comunicación en pandemia Covid-19”, “Técnicas de Comunicación Eficaz” y “Habilidades de comunicación en pandemia”
20/03/2024.- Al cumplirse en estos días cuatro años del inicio de la pandemia Covid-19, es momento de reflexionar sobre qué cambios se produjeron en la forma de comunicar de las personas a través del lenguaje verbal, gestual y paraverbal en una situación especial por el uso de las mascarillas y la distancia de seguridad.
El experto en comunicación sanitaria de la Fundación Casaverde, Julio García Gómez, que trabajó, especialmente durante la pandemia Covid-19, en la docencia de habilidades en comunicación para profesionales de la salud y diversos ámbitos profesionales y sociales, argumenta que:
“Con la pandemia hubo que desarrollar nuevas estrategias y habilidades de comunicación interpersonal, y a partir de ahí vivimos el auge, desarrollo e implementación de las reuniones online y videoconferencias que nos convirtieron a todos un poco en ‘presentadores’ del Telediario. Tuvimos que aprender a mirar a cámara, a no dispersar la mirada, a fijar la atención en el punto luminoso de la cámara del ordenador o del móvil, a hablar delante del micrófono con claridad y a no revolotear con las manos.
La mascarilla obligatoria ayudó a potenciar el lenguaje verbal de manera que había que elevar el tono de voz y vocalizar mejor para que se nos entendiera por el efecto de filtraje de la mascarilla, que en función del material de que estuviera fabricada, reducía más o menos el sonido de las palabras. Las mascarillas quirúrgicas, o las FFP2 o FFP3 tamizan el sonido de manera diferente y exigen adecuar el volumen de la voz para que el interlocutor nos entienda bien.
Todos estos aspectos y otros como el buen uso del lenguaje no verbal de manos, rostro, cuerpo y piernas, han servido de apoyo para manifestar ideas, conceptos, pensamientos y establecimiento de diálogo en el ámbito personal, social y familiar entre padres e hijos, en las parejas, con nuestros mayores en casa y en residencias. “Estos últimos, los mayores, nos han demandado especialmente habilidades paraverbales para comunicar mejor con la mascarilla, hablando más alto y claro, pronunciando adecuadamente, casi deletreando, por la dificultad de escucha que pudieran tener. Hasta tal punto, se crearon mascarillas con material transparente en los labios, para que pudieran leer nuestras palabras personas con dificultades auditivas”.
Estos aspectos, destaca García Gómez, han venido a potenciar nuestra comunicación y diálogo personal para hacer del “Decálogo de la Comunicación Personal Covid-19” de la Fundación Casaverde, un legado para hablar mejor, transmitir con más facilidad y practicar una comunicación más efectiva.
DECÁLOGO DE COMUNICACIÓN QUE NOS LEGÓ LA PANDEMIA. 10 aspectos que potenciaron la comunicación y la expresión
1.- LA VOZ
Fue necesario elevar el volumen de la voz, en función de las necesidades de la situación y el lugar donde estuviéramos, para que se nos entendiera bien y se proyectara el sonido.
2.- LA PRONUNCIACIÓN
Se puso de relieve articular correctamente las palabras. Una buena vocalización facilitará que los mensajes lleguen con efectividad a nuestro receptor. Es necesario abrir la boca y articular claramente los sonidos para una buena pronunciación.
3.- EL RITMO
Debemos ajustar nuestros mensajes al ritmo adecuado de escucha para que se haga inteligible y nítido. No debemos hablar deprisa porque será más difícil que sigan nuestra alocución.
4.- LOS MENSAJES
Que nuestras comunicaciones sean concretas, cortas y con sentido de manera individual. Emitir frases breves con punto y seguido, que se separen convenientemente unas de otras y se evite tener que volver sobre las frases anteriores para entender el sentido de la conversación por haberse perdido el hilo conductor.
5.- EL ÉNFASIS
Huir de la monotonía de las frases en la conversación. Poner de relieve con énfasis determinadas palabras clave que fijen la atención del interlocutor y hagan más amena nuestra conversación. Hay que remarcar determinadas palabras para que nuestras frases sean más vivaces y vigorosas.
6.- LOS OJOS
Aprender a comunicar con la mirada, con los ojos, para que complementen nuestro lenguaje verbal. Hay que practicar la mirada directa para que el interlocutor pueda leer en los ojos nuestras emociones o la intención de nuestras palabras. Sería algo así como “hablar con los ojos”.
7.- LAS MANOS Y LAS PIERNAS
Que nuestras manos acompañen el lenguaje verbal y sirvan para remarcar el sentido de las frases, sean un complemento, o sirvan para dar vida a lo que queremos decir o manifestar. Y que nuestras piernas muestren la capacidad de movimiento para acercarnos o alejarnos al interlocutor en función del grado de captación de atención que deseamos.
8.- LA CABEZA
La cabeza nos ayuda a reforzar el mensaje con el movimiento que queramos efectuar para acompañar las palabras. Mover la cabeza hacia delante, a la izquierda o a la derecha, serán claves para reforzar ideas que queremos fijar en nuestro interlocutor.
9.- EL CUERPO
El tronco humano juega un papel fundamental en la expresión. En el grado de inclinación que tome para buscar la cercanía del mensaje o el afecto, siempre en los límites de la distancia establecida, contribuirá a que nuestra conversación sea más directa, efectiva y “personal”.
10.- ENSAYOS, ERRORES Y ACIERTOS
Practicar constantemente para conseguir comunicar con fluidez y eficacia. Escuchar nuestra voz grabada y ver nuestro rostro en vídeo, nos ayudará a mejorar la comunicación y disfrutar de la palabra y el diálogo con nuestros interlocutores.