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La hepatitis Delta es la más grave de las hepatitis virales y, sin embargo, es la más infradiagnosticada y de la que menos información se tiene. Cuantificar el coste de la infección oculta, la pérdida de productividad y los costes derivados del absentismo, el presentismo laboral y la mortalidad prematura en los pacientes, son aspectos prioritarios a la hora de conocer la realidad de la hepatitis Delta en España. Estas son algunas de las conclusiones obtenidas en los estudios y el Simposio “Lo que debes saber de las Hepatitis virales hoy “organizado por Gilead en el 83º Congreso de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), celebrado en Valencia para dar respuesta a las diferentes incógnitas que presentan el manejo de las hepatitis virales hepatitis.

El estudio “Análisis de Costes Indirectos de la Hepatitis Crónica Delta en España”1, liderado por la Dra. María Buti y el Dr. Joaquín Cabezas, ha estimado unos costes indirectos asociados a la hepatitis delta de 12,7 millones de euros. Esta cantidad cuantifica la pérdida de productividad, así como los costes derivados del absentismo laboral y la mortalidad prematura de estos pacientes

Como explica la Dra. Buti, hepatóloga del Servicio de Hepatología de Vall d'Hebron e investigadora principal del grupo de Enfermedades Hepáticas del VHIR, “la hepatitis delta es la es la forma más grave de hepatitis viral crónica. Ello se debe a que la progresión a cirrosis, cáncer hepático y mortalidad es mucho más elevada que las otras formas de hepatitis crónica, por virus B o por virus C. Además, no ha sido hasta hace relativamente muy poco que se ha empezado a diagnosticar de forma automática a todos los pacientes con hepatitis B”.

La Dra. Buti añade que “sabemos, por diferentes estudios, que esta progresión tan rápida a cirrosis hepática y posibilidad más alta de desarrollar cáncer hepático se asocia a unos costes directos asociados a la propia enfermedad mucho más elevados de los que produce normalmente la hepatitis crónica por virus. El dato novedoso a la comunicación al Congreso de la SEPD es la valoración de los costes indirectos. Llamamos costes indirectos a estimar la pérdida de productividad laboral y de los costes derivados del absentismo laboral, así como la mortalidad prematura de los pacientes con hepatitis Delta en España. En total, de lo que hemos evaluado, la conclusión más importante de nuestro estudio es que en España se han identificado casi 2.000 pacientes con hepatitis crónica delta en edad laboral, de los cuales aproximadamente un 60-70% estaban activos. Hemos visto que estos pacientes tienen una carga o representan una carga económica significativa, importante para la sociedad, ya que en estos pacientes se observan claramente una disminución de las horas laborarles anuales perdidas y un aumento del absentismo. Todo ello condiciona que, además de los costes directos provocados por la enfermedad existan costes indirectos importantes. Evaluar costes indirectos es crucial y básico para el diseño de políticas e intervenciones de salud pública para optimizar el diagnóstico y tratamiento de la hepatitis delta”.

Durante este congreso también se presentó el estudio “Análisis de Costes de la Infección Oculta por el Virus de la Hepatitis Delta en España”2, liderado conjuntamente por Dr. Xavier Forns y el Dr. Manuel Rodríguez ha cuantificado el coste de la infección oculta del VHD en España en 17,8 millones de euros anuales.

Se estima que en España podría haber 2180 pacientes con infección oculta por Hepatitis delta suponiendo un coste de 17,8 millones de euros anuales debido a la rápida progresión de la enfermedad. Los resultados de este estudio muestran el elevado impacto económico que supone la infección oculta por VHD en España y ponen en valor cómo el diagnóstico temprano y tratamiento podría prevenir la carga clínica y económica relacionada con las complicaciones hepáticas.

La hepatitis Delta crónica es una enfermedad rara potencialmente mortal que solo afecta a personas con el virus de la hepatitis B (VHB)3. La coinfección con el VHD conduce a una enfermedad hepática más grave que el VHB por sí solo y se asocia con una progresión más rápida a la fibrosis y cirrosis hepática y un mayor riesgo de cáncer de hígado, trasplante hepático y muerte 3-4. Se cree que, al menos, 12 millones de pacientes en todo el mundo están coinfectados con VHD y muchos no son diagnosticados1-2. Esto se debe, en parte, al conocimiento limitado de la enfermedad, diagnóstico y manejo.

Simposio: Lo que debes saber en hepatitis virales hoy

Durante el 83º Congreso de la Sociedad Española de Patología Digestiva se ha desarrollado también el simposio “Lo que debes saber en hepatitis virales hoy”, en colaboración con Gilead y moderado por la Dra. Inmaculada Fernandez, jefa de servicio de Aparato digestivo del hospital universitario Doce de Octubre de Madrid y Dra. Marina Berenguer, directora de la Unidad de Hepatología y Trasplante Hepático del Hospital Universitari i Politècnic La Fe de Valencia. Una sesión que ha resumido los principales avances logrados en hepatitis virales en la actualidad, así como los posibles retos a los que nos debemos enfrentar a futuro.

Uno de los logros abordados durante la sesión ha sido cómo la hepatitis C pasó de ser la principal causa de cáncer de hígado a estar cerca de su eliminación en tan solo una década y las cifras de pacientes tratados conducen a España a situarse como uno de los primeros países en alcanzar los objetivos de eliminación de la hepatitis C en el mundo, aunque para ello queda muchos por hacer.

La hepatitis C es un importante problema de salud pública por su incidencia, morbimortalidad y costes sanitarios. No existe ninguna vacuna frente a la hepatitis C, pero se cuenta con tratamientos antivirales de acción directa que curan la enfermedad en más del 95% de los casos6. La estrategia mundial del sector de la salud contra las hepatitis víricas, definida en mayo de 2016 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo último de eliminar las hepatitis víricas, estableció como metas mundiales para 2030 la reducción de las nuevas infecciones por virus de las hepatitis en un 90% y la mortalidad por las enfermedades que causan en un 65%7.

En este sentido, se estima que más de 76.500 personas sufren infección activa del virus C en nuestro país8. Por ello es preciso identificar, diagnosticar y tratar a las personas que tienen hepatitis C y hacerlo además en los estadios iniciales para evitar que la enfermedad evolucione y su abordaje sea más complicado; además de evitar la transmisión y nuevas infecciones. Habida cuenta de que muchas de esas personas pertenecen a grupos de población específicos y en situaciones de riesgo, y en ocasiones a colectivos vulnerables con dificultades de acceso al sistema nacional de salud, hay que establecer programas de micro eliminación para avanzar en el objetivo de acabar con este problema de salud pública.

Como reto futuro, se ha puesto de manifiesto la importancia del diagnóstico temprano en VHD. Para, una vez se haya confirmado el diagnóstico, derivar al tratamiento es necesario para que el paciente tenga menos comorbilidades, tal como se ha confirmado en la reunión. Las

complicaciones por causas hepáticas se podrían reducir en un 36-38% con el uso del diagnóstico en un solo paso, logrando un ahorro de aproximadamente 36M €.

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