La nutrición en cualquier paciente es un aspecto fundamental en el manejo integral de su patología, ya que tiene un impacto significativo de cara a su recuperación y pronóstico. En el ámbito hospitalario existen determinados grupos de pacientes que exigen una atención específica desde el punto de vista nutricional. Se trata, por ejemplo, de los pacientes críticos, neonatos o aquellos que se encuentran en tratamiento de hemodiálisis.
En el primer caso, los profesionales sanitarios implicados en la asistencia de los pacientes que se encuentran en la UCI deben contar con los conocimientos necesarios sobre nutrición clínica, las opciones terapéuticas disponibles y cuáles son las recomendaciones de las guías clínicas. Este es el objetivo del curso Nutrición Complementaria en UCI, de Grupo Saned en colaboración con Baxter, en el que se abordan, entre otros avances, el de la calorimetría indirecta como herramienta diagnóstica y terapéutica en la práctica clínica. Se trata de la técnica ‘gold standard’ para la determinación de las necesidades nutricionales de los pacientes críticos, según las guías ESPEN de 2023.
Según la doctora María Luisa Bordejé Laguna, médica adjunta del Servicio de Medicina intensiva del Hospital Germans Trias i Pujol y coordinadora de esta formación, “la tecnología aplicada a la nutrición artificial en el paciente crítico nos va a permitir la personalización del tratamiento. Todos los enfermos no son iguales y, además, presentan fases de evolución en las que sus requerimientos nutricionales se modifican. La calorimetría indirecta nos ayuda a determinar el aporte nutricional y evitar errores de tratamiento, tanto por exceso como por defecto”.
Esta prueba diagnóstica determina el consumo de oxígeno, la producción de dióxido de carbono y todos los parámetros metabólicos relacionados. Así, se realiza para evaluar las necesidades de energía de un paciente y determinar el soporte nutricional. En este escenario, “la nutrición no es soporte, ni cuidado, sino tratamiento. Y como tal, debe ajustarse de manera dinámica porque puede marcar la diferencia en los resultados clínicos del paciente”, señala la doctora Bordejé.
Complicaciones que pueden aumentar comorbilidades en pacientes en hemodiálisis
Los trastornos metabólicos presentes en la enfermedad renal crónica (ERC) aumentan el catabolismo del músculo esquelético y disminuyen la regeneración muscular. Asimismo, y de manera conjunta, estas complicaciones definen el desgaste proteico energético (DPE), un síndrome común en el paciente con ERC y principalmente en hemodiálisis, lo que conlleva la pérdida simultánea de proteínas y energía.
Para la doctora Guillermina Barril, coordinadora del curso Nutrición Parenteral Intradiálisis, “en sentido amplio, el desarrollo del desgaste proteico energético puede aumentar la morbimortalidad. Por ejemplo, lleva a pérdida de masa magra y grasa con proteólisis y pérdida muscular que influye en la funcionalidad con mayor riesgo de caídas y en personas de edad avanzada potenciando la dependencia”.
En todos estos casos, los expertos destacan la importancia de la formación continuada por parte de los profesionales sanitarios implicados en el abordaje de esto pacientes. La Dra. Barril precisa que en el último curso desarrollado sobre nutrición parenteral intradiálisis “hemos intercambiado conocimientos y hemos podido mejorar la práctica clínica con un abordaje multidisciplinar. El hecho de que fuera teórico-práctico ha dado una visión más completa y ha mejorado el foro de debate”.
Nutrición en neonatos, uno de los grupos de pacientes más vulnerables
En el ámbito hospitalario, uno de los grupos de pacientes más vulnerables es el de los neonatos y ellos son precisamente el foco del curso Nutrición Parenteral Estandarizada en Neonatología, que tiene como objetivo mejorar la atención nutricional de niños prematuros en las unidades de cuidados intensivos neonatales y su seguimiento después del alta.
Para su coordinador, el doctor Gerardo Rodríguez, jefe de la Sección de Neonatología y Medicina Perinatal del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, “uno de los pilares fundamentales del manejo del prematuro ha sido el aspecto nutricional. La nutrición intenta continuar con el aporte de nutrientes de la etapa intrauterina, pero una vez que el neonato ha nacido. Ha habido progresos en cuanto a la instauración precoz de la nutrición, con un avance cada vez más rápido de cada uno de los principios inmediatos, no solamente en la nutrición parenteral, sino también en la enteral”.