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Mejorar el diagnóstico precoz y el abordaje integral y multidisciplinar, fomentar sinergias entre reumatología y gastroenterología a nivel asistencial, científico y formativo; así como la importancia de contar con más opciones terapéuticas para estos pacientes; son algunas de las principales peculiaridades y retos que caracterizan el manejo conjunto de las espondiloartritis (EspA) y la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) en Cataluña.

Este es el primero de una serie de encuentros organizados por la compañía biofarmacéutica AbbVie. El objetivo es fomentar las sinergias entre las especialidades de reumatología y gastroenterología situando el foco en la importancia del abordaje multidisciplinar de la EII y las EspAs, así como analizar las peculiaridades y retos que caracterizan a cada región en el manejo conjunto de ambas patologías cuando coexisten en un mismo individuo.

“Este abordaje multidisciplinar resulta imprescindible para mejor el manejo de los pacientes con EspA y EII.”, ha destacado la Dra. María Llop, reumatóloga del Parc Taulí Hospital Universitari durante la reunión. Una percepción compartida por Dr. Francisco Rodriguez, Unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal Hospital Universitari de Bellvitge, quién añade que “en una primera fase, un grupo de especialistas de ambas áreas de conocimiento evalúan puntos de encuentro, carencias, limitaciones y áreas de crecimiento en este ámbito”.

Co-ocurrencia EspA y EII ¿a qué se debe esta relación?

Tanto las EspA como la EII se engloban dentro de las enfermedades inflamatorias inmunomediadas (IMID de las siglas en inglés, Immune-Mediated Inflammatory Diseases) al ser patologías inflamatorias crónicas originadas por alteraciones del sistema inmunológico.

“Las EspAs y las EII están relacionadas en sus mecanismos de acción a nivel del sistema inmunológico y su coexistencia comporta una mayor actividad de las diferentes enfermedades, una mayor presencia de otras manifestaciones, un mayor deterioro funcional y la necesidad de un abordaje conjunto para la elección de tratamientos adecuados y a las dosis correctas”, afirma la Dra. Miriam Almirall, reumatóloga del Hospital Universitario Vall d'Hebron”. Así mismo, en palabras del Dr. Albert Villoria del Servicio de Aparato Digestivo del Parc Taulí Hospital Universitari, “existe una clara relación entre la enfermedad inflamatoria intestinal y la espondiloartropatía, con un incremento en la prevalencia de esta última respecto de la población general. Se cree que se debe a que comparten mecanismos inmunológicos y genéticos”.

La “Co-ocurrencia”, un término muy vinculado a las enfermedades inflamatorias inmunomediadas, se utiliza para referirse a la presencia de varias IMID en un mismo individuo. De hecho, se estima que 1 de cada 10 pacientes es diagnosticado de dos o más IMID que coexisten[i], lo que complica el manejo de estas enfermedades y provoca un alto grado de morbilidad y discapacidad. En el caso de los pacientes con EII se estima que el 30% de ellos acabará desarrollando EspA. Por su parte, en aquellos pacientes con EspA que conviven también con la EII esta cifra se sitúa entre el 5% al 10%.

“Los pacientes con EII pueden tener manifestaciones de EspA y viceversa. El manejo difiere en los fármacos, las dosis, la monitorización y los objetivos. Por lo tanto, parece evidente que un abordaje multidisciplinar es la única forma aceptable de realizar el seguimiento clínico”, señala el Dr. Rodriguez. “Cuanta mayor información tenga un clínico de lo que piensa el otro, más fácil, más rápidas y adecuadas serán las decisiones clínicas obtenidas”, añade.

En este punto, tal y como ha resaltado la Dra. Llop, durante el encuentro se ha situado el foco en la innovación. “La llegada de nuevas alternativas terapéuticas que puedan cubrir ambas patologías es un gran avance para el manejo de ambas enfermedades. Con un único fármaco, podríamos ser capaces de controlar ambas enfermedades, lo que ayudaría a evitar efectos secundarios y posibles interacciones, además de mejorar la adherencia al tratamiento. Esto representaría una mejora en la calidad de vida de los pacientes”.

MEMEs y MEIs

Las espondiloartritis son una familia variada de enfermedades inflamatorias crónicas diferentes, entre las que se incluyen principalmente la espondiloartritis axial y la artritis psoriásica, entre otras. Las espondiloartritis pueden afectar a articulaciones periféricas (como rodillas, codos, muñecas o pies) o a las entesis (las zonas donde se unen los ligamentos y tendones a los huesos), pero también a órganos diferentes al sistema locomotor, hecho que se conoce con el nombre de manifestaciones extramusculoesqueléticas (MEMEs)[ii]. La presencia de MEMEs está asociada a una alta actividad de la enfermedad y un mayor deterioro funcional y se estima que el 44% de los pacientes con espondiloartritis axial desarrolla al menos una MEME a lo largo de la enfermedad[iii], siendo las más comunes la uveítis, la enfermedad inflamatoria intestinal y la psoriasis[iv]-[v][vi].

Las manifestaciones extramusculoesqueléticas “son enfermedades que se manifiestan en otros órganos diferentes al sistema locomotor, pero que son más prevalentes en pacientes con EspA porque están relacionadas fisiopatológicamente.”, explica la Dra. Almirall.En espondiloartritis axial y artritis psoriásica, las principales MEMEs son la uveítis anterior, la psoriasis, y las EII”, prosigue.

Por su parte, la EII es un grupo de enfermedades caracterizadas por inflamación crónica del tubo gastrointestinal entre las que se incluye la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa (CU). Diarrea, estreñimiento, dolor o sangrado al defecar, son algunos de los signos que presentan estas patologías, pudiéndose presentar también manifestaciones y complicaciones extraintestinales (MEIs), como las espondiloartritis presentes en el 30% de los pacientes con EII.

Las MEIs, tal y como sostiene el Dr. Rodriguez, son muy frecuentes, presentes entre el 10-45%; siendo las formas más habituales “las manifestaciones articulares axiales y periféricas, cutáneas, oculares, hepatobiliares, aunque puede afectar a cualquier órgano. Por otro lado, algunas de ellas responden muy bien al control de la EII mientras que otras tienen un curso completamente independiente (donde se hace especialmente importante disponer de clínicos especialistas en todas ellas y de tratamientos polivalentes)”.

Tanto la presencia de MEMEs como de MEIs agudiza aún más la carga de la enfermedad e influye en la calidad de vida del paciente, un hecho que enfatiza la importancia del manejo multidisciplinar pues facilita el diagnóstico precoz, optimiza el manejo de la EspA y la EII, así como de las comorbilidades asociadas y, además, permite optimizar el uso apropiado de los tratamientos.[vii]

“Los pacientes con EspA que presentan MEMEs tienen una mayor actividad de las diferentes enfermedades, una mayor presencia de otras manifestaciones y un mayor deterioro funcional, y por lo tanto una peor calidad de vida que aquellos que no las presentan.”, añade la Dra. Almirall. Por su parte en el caso de la EII, “se ha visto en diferentes estudios como la presencia de MEI empeora la calidad de vida de los pacientes y genera un aumento en la necesidad de tratamientos”, puntualiza el Dr. Villoria.

 


[i] Extrapolación de los datos de acuerdo a los resultados del estudio que revelan que la prevalencia de las IMID en España es del 6,4%. IMID: una visión compartida. Proyecto de la Cátedra de Evaluación de Resultados en Salud. Universidad Rey Juan Carlos. 2017

[ii] Gratacós J. ReumatolClin. 2005;1(1):25-31;

[iii] Redeker et al. TherAdv MusculoskelDis. 2020;12:1-15;

[iv] de Winter et al., Arthritis Res Ther. 2016;18(1):196; 2. Cantini et al., J RheumatolSuppl. 2015;93:27-9; 3. Pittamet al., Rheumatology. 2020;59(9):2199-2206

[v] Cantini et al., J RheumatolSuppl. 2015;93:27-9;

[vi] Pittamet al., Rheumatology. 2020;59(9):2199-2206

[vii] Gossec L, et al. Ann RheumDis 2016;75:499–510; CoatesLC, et al. Arth Rheum2016;68:1060–71.

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