El 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes, con destacadas actividades promovidas por SED, FSED y FEDE, en colaboración con FEGADI
- En torno al 50% de las personas con diabetes sufren malestar emocional, y suelen presentar más a menudo problemas de depresión y ansiedad
- El autocuidado diario, el temor a las complicaciones y el estigma social, entre otros factores, repercuten negativamente en su bienestar emocional
- Existe una asociación bidireccional entre las complicaciones crónicas de la diabetes y la salud mental; por eso, se exige un enfoque holístico
- Se estima que aproximadamente 1 de cada 7 adultos en España tienen diabetes, aunque muchos casos están sin diagnosticar
- El 8 y 9 de noviembre Santiago de Compostela acoge los actos principales de información y divulgación dirigidos a pacientes y población general
Madrid, 5 de noviembre.- El bienestar de las personas con diabetes se erige como foco de atención de la presente edición del Día Mundial de la Diabetes (DMD’24), que se celebra el 14 de noviembre; de hecho, el lema "Diabetes y bienestar" centralizará también las dos próximas ediciones (de 2025 y 2026). Conceder este protagonismo al bienestar está más que justificado, sobre todo si se tiene en cuenta que la diabetes se ha erigido un desafío importante para la salud pública que afecta sobremanera al bienestar físico, emocional y psicológico de las personas que la padecen.
“El impacto en el bienestar físico está bien documentado y se relaciona sobre todo con el desarrollo de las complicaciones tardías. Sin embargo, el impacto en el bienestar emocional y psicológico está poco reconocido y no existen recomendaciones bien establecidas sobre su manejo”, afirma el Dr. Antonio Pérez Pérez, presidente de la Fundación de la Sociedad Española de Diabetes (FSED), quien recalca que “en la actualidad está bien establecida la asociación bidireccional entre las complicaciones crónicas de la diabetes y los trastornos de salud mental a lo largo de la vida”.
Además del mayor riesgo de depresión y ansiedad que presentan las personas con diabetes, en torno al 50% de ellas sufren malestar emocional por el “distrés provocado por la diabetes”, que está relacionado con la carga que representa el autocuidado diario, el temor a las complicaciones y el estigma social. Esto, como subraya el presidente de FSED, “se asocia con un menor autocuidado y un peor control; y, si no se controla adecuadamente, puede empeorar con el tiempo y provocar un fenómeno de ‘burnout’”, asegura.
Relación bidireccional
La estrecha vinculación entre diabetes y los trastornos de salud mental supone, por ejemplo, que la prevención y el tratamiento de las complicaciones de la diabetes ayuda a reducir el riesgo de desarrollar trastornos de salud mental, y viceversa. Por lo tanto, como recomienda el presidente de FSED, “si el objetivo es mejorar la salud y calidad de vida de las personas con diabetes, es necesario adoptar un enfoque holístico, abordando tanto la salud física como la mental, la atención psicosocial de todas las personas con diabetes, con el objetivo de optimizar la calidad de vida y los resultados en salud”.
Desde la Federación de Española de Diabetes (FEDE) se valora muy positivamente el hecho de poner el foco en el bienestar del paciente y sus familiares. Según indica su presidente, Juan Francisco Perán, esto refleja dos cosas importantes: “por un lado, es el resultado de los grandes avances de los últimos tiempos en los tratamientos contra la diabetes, que nos han permitido a los pacientes y familiares disfrutar de un mayor bienestar; por otra parte, hablar de calidad de vida en diabetes también revela la creciente importancia que se le concede a la humanización de la Medicina y la llegada de tratamientos personalizados y centrados en la experiencia del paciente”.
Las mejoras que están llegando
Y es que, uno de los objetivos primordiales del tratamiento de las personas con diabetes es mejorar su calidad de vida. “Los avances terapéuticos deben tener una incidencia no solo en mejorar el control glucémico y en la prevención de las complicaciones crónicas, sino también en mejorar el día a día de las personas con diabetes”, destaca el Dr. Francisco Javier Ampudia-Blasco, presidente de la SED, que pone como ejemplo la masiva difusión del uso de la monitorización continua de glucosa, “que reduce a mínimos la monitorización de la glucemia capilar y, además, ayuda al paciente en la prevención de las hipoglucemias y en el mejor ajuste del tratamiento”.
Desgranando algunos de los avances más significativos que se han producido en los últimos meses en el abordaje de la diabetes, los expertos coinciden en señalar los beneficios de nuevos fármacos que inciden en la vinculación entre diabetes tipo 2 y obesidad. Los nuevos tratamientos, y en especial los agonistas del receptor de GLP-1 y los agonistas duales GLP-1-GIP, están modificando la historia de esta enfermedad. “Muchas personas con diabetes tipo 2 de reciente diagnóstico pueden revertir la enfermedad si la pérdida de peso es suficiente”, señala el Dr. Ampudia-Blasco, que apunta también que “estos fármacos, asociados o no a los inhibidores de SGLT-2, pueden prevenir/retrasar la aparición/progresión de eventos cardiovasculares y renales en personas con diabetes tipo 2”.
Sin embargo, el máximo responsable de la SED advierte de un problema importante en este contexto, y es que “la obesidad no es reconocida por el Ministerio de Sanidad como enfermedad”. En consecuencia, “los tratamientos actualmente disponibles, que han demostrado ser efectivos para su remisión, no reciben financiación pública”. Sin duda, en su opinión, “constituye un error de concepto no financiar estos tratamientos, al menos para aquellas personas con obesidad y patologías graves asociadas”.
En la diabetes tipo 1, el uso de la monitorización continua de glucosa y la aparición de nuevas insulinas han mejorado el control glucémico y reducido la frecuencia de hipoglucemias. En particular, a juicio del presidente de la SED, “la implantación progresiva de los sistemas de administración automática de insulina (sistemas AID o híbridos) está contribuyendo a mejorar el control glucémico y la calidad de vida de los pacientes”.
Además, un reciente estudio ha sugerido la posible curación de este tipo de diabetes, “cuyos resultados aún son muy preliminares, pero que permiten abrir esperanzas”, reconoce el Dr. Pérez. Con todo, los progresos son consistentes en el ámbito de la prevención de la diabetes tipo 1 a partir de la modulación de la respuesta autoinmune, y en la actualidad se están desarrollando intervenciones que podrían ralentizar o prevenir la progresión de la enfermedad en fases preclínicas. Ahora se cuenta con un fármaco (teplizumab) que ha demostrado retrasar la progresión de la DM1 de una fase presintomática (fase 2) a la DM1 sintomática (fase 3) durante unos 2-3 años. Si bien este anticuerpo monoclonal humanizado anti-CD3 está aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) para su uso en los EE.UU., en Europa aún no está aprobado por la European Medicines Agency (EMA). Se están realizado muchos estudios con éste y otros fármacos, solos o en combinación, con la intención de mejorar estos resultados, o incluso la posibilidad de revertir la enfermedad cuando ésta se ha desarrollado recientemente.
La prevención de la DM1 en personas de riesgo es un área de intensa investigación. “Hoy en día es posible identificar con antelación aquellas personas que pueden desarrollar esta enfermedad mediante la determinación de autoanticuerpos en la sangre”, comenta el Dr. Ampudia-Blasco. Esto permite detectar a las personas con riesgo de desarrollar diabetes tipo 1, ofreciendo la oportunidad de prevención e intervención temprana. En la actualidad se están desarrollando múltiples iniciativas para valorar la viabilidad de esta actuación y el impacto de la detección y el seguimiento en toda la población. “Disponer de esta información es esencial para plantear estrategias para la prevención de la DM1”, concluye el Dr. Pérez.
Desde FEDE, en representación de las personas con diabetes, se muestran “emocionados ante los nuevos avances que se están produciendo”, resalta su presidente. En lo que respecta a la detección temprana de la diabetes tipo 1, “estamos viendo progresos muy positivos que podrían mejorar la calidad de vida de futuros niños”. Por otro lado, y gracias a la Inteligencia Artificial, “contamos con modelos predictivos de la diabetes tipo 2, capaces de tener en cuenta determinantes sociales y el contexto del paciente”, explica Juan Francisco Perán. Además, según añade, “hay otras muchas líneas de investigación prometedoras: terapias inmunológicas y de células madre para la diabetes tipo 1 o los nuevos fármacos para la diabetes tipo 2 que están apareciendo”.
Un problema que no para de crecer
Con todo, y a pesar de todos estos avances, el principal problema es que la prevalencia de diabetes, sobre todo tipo 2, no para de aumentar en nuestro país. Se estima que aproximadamente 1 de cada 7 adultos en España tienen diabetes, una enfermedad que aumenta su prevalencia constantemente y que apunta a dimensiones ‘epidémicas’ en los próximos años. Su impacto clínico y asistencial, económico y social resulta cada vez mayor, así como sus implicaciones en la calidad de vida.
“Vivimos momentos de cambio en muchas áreas relacionadas con la diabetes. Aunque veo el futuro de las personas con diabetes con optimismo, en nuestras manos está la utilización correcta de los recursos para mejorar la calidad y la expectativa de vida de estas personas, que representan no menos del 14% de la población adulta y un 0,2% de la población pediátrica”, declara el Dr. Ampudia-Blasco.
Un Día para celebrar y reivindicar
El Día Mundial de la Diabetes se celebra cada 14 de noviembre, fecha de nacimiento de Frederick Banting, uno de los descubridores de la insulina en 1922. Es una fecha memorable para todas las personas con diabetes y todos los profesionales dedicados a esta enfermedad que “es, junto a la obesidad, la enfermedad metabólica más frecuente, y una de la que consume más recursos sanitarios”, recuerda el presidente de la SED.
Aprovechando esta efeméride, los profesionales sanitarios que se dedican a la diabetes reivindican algunos déficits importantes que están pendientes de solución. Y es que, a pesar de que se ha avanzado mucho en la diabetes en los últimos años, los resultados de salud y la calidad de vida son claramente insuficientes. Como apunta el Dr. Antonio Pérez Pérez, “las barreras y dificultades son múltiples y están relacionadas con la naturaleza progresiva de la diabetes tipo 2 y las limitaciones de las terapias disponibles tanto para la diabetes tipo 1 como tipo 2, pero también guardan relación con aspectos sociales, del sistema sanitario y del propio paciente”.
La dificultad que tienen todos los pacientes para el acceso a los recursos, desde las nuevas tecnologías de diagnóstico a programas de atención de calidad y a la innovación terapéutica, es uno de los problemas más relevantes y requiere especial atención desde el punto de vista de la sociedad y el sistema sanitario. Igualmente, desde la SED y su Fundación se advierte como problema primordial la atención que reciben las personas con diabetes y la “injustificable falta de equidad en el acceso a los recursos necesarios para recibir la atención adecuada”, indica el Dr. Antonio Pérez. En este mismo sentido, el Dr. Francisco Javier Ampudia-Blasco demanda expresamente que “toda persona con diabetes, con independencia de la comunidad autónoma donde viva, debe tener acceso a las mismas prestaciones y avances”; y es que, según añade, “hay comunidades autónomas que aprueban el uso de dispositivos o fármacos, y en otras no están aprobados, lo que plantea una falta de equidad en el acceso que debe ser corregida por ley”.
Sobre esta problemática, la FEDE admite que “la descentralización de las políticas sanitarias en España conlleva, en muchas ocasiones, inequidades de acceso a tratamientos entre comunidades autónomas”. En este sentido, como detalla Juan Francisco Perán, “una de las máximas prioridades de la Federación Española de Diabetes es reducir y eliminar estas desigualdades, ejerciendo presión ante las administraciones para una aplicación uniforme de las políticas públicas correspondientes”.
Por otra parte, como añade el Dr. Antonio Pérez, “la diabetes sigue teniendo una visibilidad social y en el sistema sanitario muy por debajo de lo que le correspondería por las cifras de personas que cada año son diagnosticadas, las complicaciones asociadas a la enfermedad y las repercusiones socioeconómicas que conlleva”. Ello condiciona los recursos destinados a su prevención y tratamiento, por lo que “es importante desarrollar estrategias dirigidas a lograr mayor visibilidad de la diabetes como un problema grave”.
La educación terapéutica es otro de los pilares sobre los que se apoyan las reivindicaciones de profesionales y asociaciones de pacientes. “A fecha de hoy, no existe un reconocimiento específico por parte del Ministerio de Sanidad de la actividad de Enfermería en la educación terapéutica para personas con diabetes”, reconoce el presidente de la SED, el Dr. Ampudia-Blasco, quien asegura que “no puede entenderse el seguimiento de estas personas sin la colaboración fundamental de este colectivo. Además, los avances terapéuticos y tecnológicos en este campo hacen necesario que estos profesionales necesiten una preparación y acreditación específica para desarrollar su labor”.
También sobre este tema existe consenso con FEDE. “La educación diabetológica de las personas con diabetes es una de nuestras prioridades y, de hecho, las asociaciones contribuimos con cursos y formaciones dirigidos a los pacientes”, afirma su presidente. Junto a ello, otra prioridad es garantizar un material y asistencia sanitarios de calidad para los pacientes.
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