- Las mujeres con enfermedades crónicas tienen una tasa de absentismo laboral un 40% mayor que los hombres, lo que afecta la productividad y, en consecuencia, a la economía
- Entre el 70% y el 90% del cuidado familiar y del hogar es proporcionado por mujeres, lo que limita su tiempo para acceder a la atención médica
- Para cerrar la brecha se necesitan políticas que promuevan la equidad en la investigación médica y la atención sanitaria
- Cerrar la brecha en salud permitiría ganar a 3.900 millones de mujeres en el mundo hasta 500 días de vida saludable
Madrid, 27 de noviembre de 2024.- Women Leaders in Healthcare (WLHC), un grupo de trabajo impulsado por mujeres líderes en nuestro país que construyen y aportan valor para buscar soluciones a problemas actuales y futuros en todos los sectores donde la salud impacta, ha organizado el evento “La salud sí tiene género”, con el objetivo de poner en el centro del debate las claves de la brecha en salud femenina en España y su impacto social y económico. Según Marta Reyes, embajadora del proyecto WLHC, “este evento es un punto de inflexión en la lucha por reducir las desigualdades de género en la salud y una llamada a la acción para todos los sectores implicados”.
El impacto de la falta de investigación diferencial en la salud de las mujeres
El 80% de los estudios médicos históricos se han centrado en hombres o no han diferenciado resultados por sexo. Esta falta de investigación diferencial significa que muchas enfermedades se diagnostican y tratan en base a un modelo masculino, ignorando las particularidades del cuerpo femenino. Como resultado, las mujeres tienen un 50% más de probabilidades de ser mal diagnosticadas cuando experimentan, por ejemplo, un infarto.
Según Inmaculada Gil Rabadán, Directora General de Daiichi Sankyo España, “las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de fallecimiento en mujeres en nuestro país y detrás de estos datos se han identificado diferencias de género en la atención sanitaria que repercuten en los resultados de salud”. Los datos indican que el 35% de las muertes femeninas están relacionadas con problemas cardiovasculares, lo que resalta la urgencia de abordar este problema desde una perspectiva más inclusiva y específica.
“También cabe señalar -continúa Gil- que las mujeres están infrarrepresentadas en los ensayos clínicos de ámbito cardiovascular”. En este sentido, “es urgente cambiar las políticas y prácticas en la atención cardiovascular a las mujeres especialmente considerando que, por ejemplo, el 74% de los hombres recibe tratamiento para el colesterol, frente a sólo el 54% de las mujeres”.
En cuanto al cuidado familiar y del hogar, entre el 70% y el 90% es proporcionado por mujeres y esta carga de trabajo no remunerado restringe el tiempo que las mujeres pueden dedicar a su propio bienestar y salud, incluyendo la asistencia a citas médicas y el cuidado preventivo. De hecho, el 60% de las mujeres reporta haber retrasado o cancelado citas médicas debido a responsabilidades familiares.
El impacto económico de la brecha de género en la salud en Europa
Se estima que el coste económico, debido a la mala salud en países europeos, es equivalente al 7 % de su PIB, lo cual hace evidente que políticas que mejoren la salud de la población aportarían sustancialmente a la economía. Una población con mala salud es negativa para la economía y un ejemplo de candente actualidad es el alto absentismo laboral que tenemos en nuestro país. Según un informe del European Institute for Gender Equality (EIGE), las mujeres con enfermedades crónicas tienen una tasa de absentismo un 40% mayor que los hombres. Este absentismo tiene un impacto directo en la productividad y la economía general.
Anna García Altes, Presidenta de la Asociación Española de Economía para la Salud, ha comentado durante el encuentro que “se estima en más de 20.000 millones de euros anuales el coste de las enfermedades cardiovasculares en mujeres en España”. En este sentido, ha señalado que “reducir la brecha en salud femenina podría ahorrar más de 10.000 millones de euros anuales en Europa al mejorar la prevención y el tratamiento de enfermedades en mujeres".
Una mejora en estos aspectos, podría impulsar la economía en 1 billón de dólares para 2040 gracias a menos muertes prematuras y problemas de salud y a una mayor capacidad de las mujeres para contribuir a la economía y la sociedad. En definitiva, “por cada dólar invertido en la salud de las mujeres, se obtendrían 3 dólares en crecimiento económico”, concluye García.
Políticas públicas: hacia un cambio estructural
Una de las principales conclusiones del encuentro es que para cerrar la brecha en salud femenina es necesario implementar políticas que promuevan la equidad en la investigación médica y la atención sanitaria. Rosa Romero, Presidenta de la Comisión de Igualdad del Senado, durante su intervención ha señalado en esta línea que “es crucial incluir a más mujeres en ensayos clínicos y formar a los profesionales sobre el sesgo de género”. “Esto, -continúa Romero- no solo mejoraría la calidad del cuidado y la generación de tratamientos más efectivos y específicos, sino que también contribuiría al bienestar de toda la sociedad”.
Además de estas medidas, Romero ha insistido en que se debe dar una mayor visibilidad a los problemas de salud mental en mujeres, frecuentemente infradiagnosticados, y se deben incorporar criterios de equidad de género en la planificación de sistemas de salud. “Por último, -concluye Romero- todo esto no será posible sin una mayor colaboración entre sectores para diseñar políticas que aborden de manera integral las desigualdades en la salud femenina”.