Un nuevo análisis del estudio fase 3 CEPHEUS muestra que el 85% de los pacientes que alcanzaron enfermedad mínima residual (EMR) negativa (10-6) con daratumumab subcutáneo (SC) estaba libre de progresión a los 4,5 años
El estudio AURIGA muestra tasas más elevadas de conversión a EMR negativa en los subgrupos de pacientes con mieloma múltiple de peor pronóstico.
El análisis final del estudio fase 3 ANDROMEDA muestra que añadir el fármaco a VCd mejora significativamente la supervivencia global de los pacientes con amiloidosis de cadenas ligeras (AL) de nuevo diagnóstico
Johnson & Johnson ha anunciado datos que señalan que los regímenes basados en la formulación subcutánea (SC) de DARZALEX® (daratumumab) pueden mejorar las tasas globales y mantenidas de enfermedad mínima residual (EMR) negativa y la supervivencia libre de progresión (SLP) en pacientes con mieloma múltiple de nuevo diagnóstico, independientemente de que sean o no candidatos a trasplante y en pacientes con características de mal pronóstico de la enfermedad. Estos resultados se demostraron en un análisis ampliado de la EMR del estudio fase 3 CEPHEUS (Abstract #362) y en un análisis post hoc de los subgrupos clínicamente relevantes en el estudio fase 3 AURIGA (Abstract #675), incluyéndose ambos análisis en comunicaciones orales en el Congreso Anual de la Sociedad Americana de Hematología (ASH 2024) que se ha celebrado en San Diego, Estados Unidos, del 7 al 10 de diciembre.
Los datos del análisis ampliado de la EMR del estudio fase 3 CEPHEUS muestran que añadir daratumumab SC a bortezomib, lenalidomida y dexametasona (D-VRd) puede conducir a tasas mejores y más profundas de EMR negativa global y mantenida (ambas con umbrales de sensibilidad de 10-5 y 10-6 en pacientes que lograron una respuesta completa o mejor) frente a VRd solo, y muestra una mejora significativa de la SLP.
Tras una mediana de seguimiento de 58,7 meses, la tasas de EMR global negativa fueron significativamente más altas con D-VRd frente a VRd tanto al umbral de sensibilidad del 10-5 (60,9% frente al 39,4%; odds ratio [OR], 2,37; intervalo de confianza [IC] del 95%, 1,58-3,55; p<0,0001) como al de 10-6 (46,2% frente al 27,3%; OR, 2,24; IC del 95%, 1,48-3,40; p=0,0001).1 El tratamiento con D-VRd demostró un beneficio continuado sobre la tasa de EMR negativa mantenida durante dos años (10-5: 42,1% frente al 22,7%; 10-6: 27,9% frente al 13,6%).1 Además, las tasas profundas y duraderas de EMR negativa con D-VRd han permitido mejorar la SLP: las tasas estimadas de SLP a 54 meses fueron del 86,2% para D-VRd frente al 79,0% para VRd en pacientes con EMR negativa (10-6) y del 51,0% frente al 36,5% para los pacientes con EMR positiva.
“Este análisis del estudio CEPHEUS, en el que se comparó D-VRd frente a VRd, mostró tasas más elevadas de EMR negativa global y mantenida, junto con una tendencia positiva en la supervivencia libre de progresión”, ha señalado la Dra. Sonja Zweegman, directora del Departamento de Hematología del Centro Médico de la Universidad de Ámsterdam. * “Este régimen tiene el potencial de mejorar los resultados para los pacientes con mieloma múltiple de nuevo diagnóstico que no son candidatos a trasplante o para los que éste no está previsto como terapia inicial”.
Como se ha presentado anteriormente, el perfil de seguridad global de D-VRd fue consistente con los perfiles de seguridad conocidos de daratumumab y VRd. Los acontecimientos adversos hematológicos y no hematológicos más frecuentes (>10%) de grado 3/4 con D-VRd frente a VRd fueron neutropenia (44,2% frente a 29,7%), trombocitopenia (28,4% frente a 20,0%), anemia (13,2% frente a 11,8%), neuropatías periféricas (8,1% frente a 8,2%), diarrea (12,2% frente a 9,2%) y COVID-19 (11,2% frente a 4,6%).
Resultados clínicamente relevantes por edad, raza, estadio de la enfermedad y riesgo citogenético
En un análisis post hoc del estudio fase 3 AURIGA, un régimen de mantenimiento con la fórmula subcutánea del fármaco combinada con lenalidomida (R) mejoró de forma consistente las tasas de conversión a EMR negativa después de 12 meses. Estos resultados fueron consistentes en todos los subgrupos de pacientes no tratados anteriormente con anti-CD38 con EMR positiva después de un trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos. En los pacientes mayores de 65 años, las tasas de EMR negativa fueron mayores cuando recibieron tratamiento de mantenimiento con D-R que con R sola (52,6% frente a 17,5%; OR, 5,24; IC del 95%, 1,86-14,74).2 El tratamiento de mantenimiento con D-R mostró una conversión consistentemente más alta a EMR negativa en los pacientes de raza negra (n=20) en comparación con la R sola (60,0% frente al 16,7%; OR, 7,50; IC del 95%, 1,85-30,34) y en los de raza blanca (n=67) (46,3% frente al 20,6%; OR, 3,32; IC del 95%, 1,55-7,10).
“Los pacientes mayores de 65 años, las personas de raza negra y aquellos con enfermedad avanzada o de alto riesgo se ven afectados en mayor medida por el mieloma múltiple e históricamente han tenido menos opciones de tratamiento que puedan ofrecerles resultados profundos y duraderos”, ha declarado el Dr. Imran Khan, vicepresidente de Medical Affairs de Hematología de Johnson & Johnson Innovative Medicine.
“La evaluación de la EMR negativa en estos pacientes pone de relieve su importancia como predictor reconocido de la supervivencia libre de progresión a largo plazo. Los datos que se presentan en esta edición de ASH destacan el potencial de la formulación subcutánea para ayudar a los pacientes de nuevo diagnóstico a alcanzar una EMR negativa”.
Los datos también muestran que el régimen de mantenimiento con D-R dio lugar a mayores tasas de conversión a EMR negativa en los pacientes con enfermedad en estadio avanzado (estadio III) según la definición del Sistema Internacional de Estadificación (65,2% frente al 13,0%; OR, 12,50; IC del 95%, 2,83-55,25) y pacientes con riesgo citogenético alto según la definición estándar (31,8% frente al 6,7%; OR, 6,53; IC del 95%, 0,71-60,05) o la definición revisada (43,8% frente al 13,3%; OR, 5,06; IC del 95%, 1,43-17,88).
Los resultados de seguridad fueron consistentes con el perfil de seguridad conocido del fármaco. Los acontecimientos adversos relacionados con el tratamiento de grado 3/4 en los pacientes de 65 años o mayores fueron neutropenia, leucopenia e hipocalemia.2 No se registraron problemas inesperados de seguridad en este grupo de edad ni en los pacientes de raza negra.
“Los datos de CEPHEUS y AURIGA refuerzan el papel de los regímenes basados en este fármaco como tratamiento de primera línea, incluido el tratamiento de mantenimiento para el mieloma múltiple de nuevo diagnóstico en pacientes candidatos a trasplante”, ha señalado el Dr. Edmond Chan, director para Europa, Oriente Medio y África del área terapéutica de Hematología de Johnson & Johnson Innovative Medicine. “Con ANDROMEDA, ampliamos el volumen de evidencia procedentes de estudios de fase 3 que muestran el beneficio sobre la supervivencia global de los regímenes basados en este tratamiento para personas con trastornos hematológicos difíciles de tratar”.
Análisis final del estudio fase 3 ANDROMEDA en pacientes con amiloidosis de cadenas ligeras (AL).
En ASH también se ha presentado el análisis final del estudio fase 3 ANDROMEDA (Abstract #891), en el que se muestra que añadir daratumumab SC a bortezomib, ciclofosfamida y dexametasona (D-VCd) consiguió respuestas hematológicas más profundas y rápidas que dieron lugar a una mejora estadísticamente significativa tanto de la SG como de la SLP por deterioro de órganos importantes (SLP-DMO) (es decir, enfermedad renal o cardiaca en fase terminal, progresión hematológica o muerte) en pacientes con amiloidosis de cadenas ligeras de nuevo diagnóstico, un trastorno plasmático poco frecuente asociado al deterioro de órganos vitales.
Después de una mediana de seguimiento de 61,4 meses, los pacientes tratados con D-VCd presentaron una reducción del 56% en el riesgo de padecer enfermedad renal o cardíaca en fase terminal, progresión hematológica o muerte (hazard ratio [HR]=0,44, p< 0,0001). La mediana de SLP por deterioro de órganos importantes no se alcanzó para D-VCd, mientras que fue de 30,2 meses para VCd.3 Además, D-VCd también aportó beneficios significativos sobre la supervivencia con un cociente de riesgos, HR, de 0,62 (p=0,0121), lo que indica una reducción del 38.0% en el riesgo de muerte en comparación con VCd.3 La tasa de supervivencia a cinco años fue del 76,1% para D-VCd frente al 64,7% para VCd.3
Los resultados de seguridad fueron consistentes con los perfiles de seguridad conocidos de daratumumab y VCd, siendo los acontecimientos adversos relacionados con el tratamiento más frecuentes de grado 3/4 la linfopenia (13,0% frente a 10,0%), neumonía (8,0% frente a 4,0%), diarrea (6,0% frente a 4,0%), insuficiencia cardíaca (congestiva; 6,0% frente a 3,0%), neutropenia (5,0% frente a 3,0%) y síncope (6,0% frente a 6,0%), cansancio (5,0% frente a 3,0%), hipocalemia (2,0% frente a 5,0%) y edema periférico (3,0% frente a 6,0%), respectivamente.