- El ‘cuidado enfermera’ en pacientes con depresión ha adquirido un papel más relevante en el abordaje terapéutico en cuanto a evaluación y monitorización de casos, y se basa en un manejo integral que contempla la valoración del estado mental y emocional del paciente, la intervención mediante planes individualizados, el seguimiento, la educación al paciente y su entorno y la promoción de la salud mental.
- Según las conclusiones de la jornada “LUZ. Iluminando vidas desde la enfermería en salud mental”, la depresión continúa siendo objeto de gran estigmatización social, lo que provoca que los pacientes retrasen la consulta a un profesional sanitario.
El abordaje de la depresión desde la enfermería especializada en salud mental es relativamente reciente. Sin embargo, ha supuesto un cambio de paradigma en los cuidados enfermeros del paciente con esta enfermedad, en especial en los que se objetiva una resistencia al tratamiento, dando la oportunidad a la enfermería de contribuir a la recuperación a través de una atención integral y más individualizada. Esta es una de las principales conclusiones de la jornada “LUZ. Iluminando vidas desde la enfermería en salud mental”, organizada por Johnson & Johnson y celebrada en Valencia.
La depresión resistente es una enfermedad discapacitante y devastadora, y puede manifestarse de manera diferente de una persona a otra. Sus síntomas suelen incluir pérdida de interés en las actividades cotidianas, trastornos del sueño, del apetito o del deseo sexual, pensamientos suicidas y disminución de la velocidad del habla y de la acción, lo que supone una carga significativa en la vida diaria de quienes conviven con esta condición, a nivel personal, familiar y laboral.1,2
Lidia Martínez, enfermera especialista en salud mental en el Centro de Salud Mental La Fábrica de Alcoy (Alicante) y profesora asociada del Departamento de Enfermería de la Universidad de Alicante, considera que la intervención de los profesionales de enfermería “debe ser lo más temprana y ágil posible. Si se retrasa el inicio del abordaje efectivo de la depresión, se va produciendo una reducción en la capacidad del cerebro para generar nuevas conexiones y adaptarse, con la consiguiente pérdida de neuroplasticidad y conectividad cerebral. Ello, a su vez, prolonga el sufrimiento y aumenta el empeoramiento de los síntomas del paciente, tanto a nivel emocional como físico”.
Depresión resistente al tratamiento: la importancia del abordaje efectivo temprano
Se considera que un paciente con depresión que no evoluciona favorablemente a pesar de haber recibido tratamiento con dos o más antidepresivos (administrados a dosis y durante un tiempo adecuados) presenta depresión resistente al tratamiento (DRT). Las guías de DRT más actualizadas estiman que hasta el 55% de los pacientes con depresión cumplen los criterios de DRT1.
En los últimos años, “se ha ampliado el rol de la Enfermería en salud mental, asumiendo una función clave en la administración segura de la medicación, en el monitoreo de sus efectos adversos y en su eficacia, pero también prestando el marco perfecto para un abordaje integral del paciente, al llevar implícito un contacto frecuente durante las primeras semanas o meses de la administración, que favorece la consolidación de una relación terapéutica de calidad”, ha indicado Sonia Vega, enfermera y coordinadora de la Unidad de Depresión del Hospital Cruz Roja de Córdoba.
El valor emocional del cuidado enfermera
Otro de los temas abordados en el encuentro “LUZ” ha sido la importancia de un apoyo familiar y social de calidad para las personas con depresión. Según Sonia Vega, “este apoyo supone para el paciente una red de seguridad que impide que se sienta aislado por completo, favorece la adherencia al tratamiento y crea un entorno seguro en caso de riesgo de ideación suicida. Por tanto, es fundamental que desde enfermería se pueda proporcionar formación a dicha red en habilidades de cuidado específicas, como la gestión de la medicación, la supervisión de la seguridad y la identificación de signos de crisis”.
Uno de los motivos por los que a los pacientes puede costarles recurrir a la ayuda de profesionales sanitarios o de su propio entorno es la gran estigmatización social de la que siguen siendo objeto. “Persisten mitos y tabúes que es necesario derribar. La estigmatización de la depresión puede manifestarse de diversas formas y, aunque sabemos que es una patología que puede afectar a cualquier persona, sin importar su condición, siguen existiendo barreras en muchos pacientes para buscar la ayuda que precisan y para que puedan recibir el tratamiento adecuado. Un mayor conocimiento y comprensión de la patología podría reducir esta estigmatización y fomentar la ayuda de búsqueda temprana” concluye Lidia Martínez.
Este encuentro, que reunió a 345 enfermeras de todo el panorama nacional, ha significado una oportunidad para compartir experiencias y realizar una actualización de conocimientos para seguir avanzando en el abordaje del paciente con depresión. Pues, tal y como se ha abordado en la reunión, un día más sin alcanzar una respuesta óptima al tratamiento puede significar para un paciente un día más de desesperanza, empeoramiento de los síntomas tanto a nivel emocional como físico y prolongación del sufrimiento.