El año 2016, ha sido el año donde se han publicado más artículos advirtiendo sobre el cuidado del exceso de las prescripciones y consumo excesivo de AINES (Anti-inflamatorios no esteroideos). Los últimos estudios revelan que el uso continuo de AINES -en dosis altas y a diario- podría estar ligados a un mayor riesgo de sufrir problemas en otros órganos como son el riñón, el corazón y otro tipo de posibles accidentes cardiovasculares en dosis elevadas y en personas mayores.
Sin embargo, lo que es una realidad es que más de 7 millones de personas en España sufren dolor, según los estudios realizados.
En este grupo se encuentran todas las personas que, por ejemplo, se les han practicado una artrodesis lumbar y siguen sufriendo dolor incapacitante a diario. Todos los pacientes a los que se les han intervenido una articulación que son portadores de una prótesis y su dolor continúa. También las personas que sufren enfermedades inflamatorias y sufren dolor articular a diario. Y, entre otros, también todos los pacientes que se encuentran luchando contra una enfermedad como es el cáncer, cuyos clínicos han conseguido cronificarlo, pero siguen sufriendo dolor.
¿Qué hacen estos pacientes –que son padres- y deben seguir viviendo y levantarse cada día?
¿Qué alternativas tiene una persona que sufre dolor a diario inflamatorio y no tiene otra solución que recurrir a medicación –aunque ésta no sea su mejor opción-?
Morethandoctors.com ha consultado con nuestros expertos e iremos presentando algunas alternativas que en algunos casos pueden ser útiles, según demuestran las investigaciones realizadas a miles de pacientes y publicadas en las más prestigiosas revistas científicas. Queremos bucear dentro de estas alternativas con sus ventajas e inconvenientes con el objetivo de tratar de ayudar a algunos pacientes que sufren y viven con dolor diariamente.
El Doctor Manuel Salvador es tajante: Se ha abusado de la prescripción de AINES porque no ha habido otro remedio. Nos encontramos con mujeres trabajadoras que tienen que ir a sus correspondientes trabajos. En cuanto un niño tiene un cuadro inflamatorio de garganta -al no poder faltar a su trabajo- recurren al jarabe de turno para evitar un despido. Y hoy, más que nunca, hay un número elevado de personas alérgicas a los Anti-inflamatorios no esteroideos (AINES). Alergias que, según los especialistas, hay que seguir muy de cerca porque pueden provocar edemas -que en algunos casos- pueden llegar a ser muy graves. “Antes, cuando un niñ@ tenía 38 de fiebre se quedaba en casa reposando. Ahora, esto no se puede permitir. Vivimos en una sociedad que no apoya para nada el sufrimiento ni el dolor. Se están generando nuevas enfermedades vinculadas al estrés y a la inflamación”, señala el Doctor Salvador.
El Doctor Gualberto Díaz, médico de familia y homeópata es de la misma opinión. Y, añade, “necesitamos algún tipo de medicación porque la población envejece y en general el envejecimiento conlleva lesiones, dolor e inflamación”, explica este experto.
Con estas afirmaciones hemos realizado una entrevista en profundidad al Doctor Díaz, especialista y homeópata con gran experiencia en dolor oncológico. Nuestro objetivo: Conocer otras alternativas terapéuticas que ayuden a algún grupo de pacientes para mejorar su calidad de vida.
1. ¿Qué aporta la homeopatía a los pacientes que sufren problemas de salud y dolor diario?
El punto de partida que hay que dejar claro es que los principios activos de la homeopatía son una herramienta más a nuestra disposición, compatible con todas las medicaciones convencionales y con el resto de terapias que realice el paciente. La homeopatía puede tratar muchos problemas, y en otras ocasiones es una “muleta” que nos acompaña para ayudar al paciente en su enfermedad, compatible con todos los tratamientos clínicos tradicionales y útil incluso para aliviar sus efectos secundarios.
En los últimos años, mi experiencia se ha enfocado más hacia los pacientes oncológicos, que sufren dolor (entre otros síntomas) y, también sufren las consecuencias de la radioterapia y la quimioterapia.
La homeopatía nos ofrece a los especialistas más medicamentos adicionales que pueden ayudar al paciente con dolor. Contamos con una batería de principios activos con los que podemos hacer frente de forma específica a diferentes tipos de dolor: inflamatorio, neuropático, de origen vascular, por lesiones y contracturas musculares, etc.
La homeopatía también es compatible con la terapia neural, la acupuntura, la mesoterapia, incluso se puede tratar a los pacientes que están bajo fuertes medicaciones anti-inflamatorias como pueden ser los medicamentos biológicos.
Y, también quiero destacar que la homeopatía es un complemento útil para algunos pacientes mientras se realiza un correcto diagnóstico. En muchos casos éste llega después de años de espera mientras el paciente sigue con su sufrimiento y dolor. El valor de la homeopatía en este caso es que podemos elegir medicamentos muy específicos dependiendo de los síntomas que manifiesta el paciente, aunque aún no dispongamos de ese diagnóstico.
La homeopatía aporta medicamentos eficaces y seguros, que pueden formar parte de estrategias globales más allá del dolor o la lesión. Por ejemplo, sabemos que toda persona que sufre dolor diario puede desarrollar ansiedad y depresión en diferentes grados. En muchas ocasiones la primera apuesta del clínico son las benzodiacepinas, pero personalmente creo que es un error recurrir a este tipo de medicamentos como primer escalón terapéutico, ya que el paciente puede crear una dependencia psíquica y física de estos fármacos. En estos primeros momentos, el facultativo puede recurrir a la homeopatía y sus diferentes principios activos, para ayudar sin crear dependencia. Hay estudios que muestran que esta opción es real (1).
Desde la homeopatía el abordaje clínico del paciente siempre debe ser global y no sólo evaluar la lesión que está irritando todo el sistema nervioso central. Por ejemplo, una persona que sufre una disfunción de la articulación temporomandibular también sufrirá contracciones de defensa en las cervicales e incluso terminará desarrollando dolor lumbar. Cuando se rompe el equilibrio de una articulación, surgen nuevas lesiones musculo-esqueléticas, pero también otras muchas disfunciones ligadas a lo que llamamos “sistema vegetativo” de modo que podrían aparecer todo tipo de síntomas aunque aparentemente no tengan relación entre sí. Con una lesión musculo-esquelética se rompe el equilibrio globalmente y pueden surgir otras comorbilidades con otras enfermedades con las que no contábamos.
La homeopatía permite identificar todos esos trastornos como un solo problema con una solución concreta, adaptada a esa forma concreta de manifestarse en diferentes órganos y sistemas.
2. ¿Qué batería de principios activos ofrece la homeopatía y cuál debe ser el punto de partida?
Lo primero que debe realizar el especialista es realizar un estudio fisiopatológico para entender en profundidad el problema de salud individual de cada paciente y, plantearse diferentes maneras de abordarlo.
Dependiendo del origen del dolor utilizaremos uno u otro principio activo. Cuando recibo pacientes en tratamiento con fármacos tradicionales, siempre utilizo la homeopatía como un apoyo para complementar su efecto. A menudo cuando el paciente mejora es posible reducir las dosis de fármacos tradicionales.
Algunos estudios científicos realizados en Inglaterra y Francia han demostrado que los pacientes tratados con medicamentos homeopáticos requieren mucha menos medicación clásica, casi la mitad (1,2).
En el caso del dolor neuropático podemos recurrir, por ejemplo, a los principios activos elaborados a partir de Causticum o de Hypericum.
En lesiones inflamatorias con predominio de congestión vascular (“muy rojas y calientes”) como por ejemplo un absceso, recurrimos a la Belladonna –que también se utiliza como materia prima para principios activos tradicionales como la Atropina-.
Cuando recibimos un paciente con un fuerte edema inflamatorio, o con un derrame articular que produce inmovilidad y dolor, recurrimos a un medicamento como es la Bryonia, cuya acción se dirige, sobre todo, a ese tipo de tejidos llamados “serosas”.
Para lesiones musculares contamos con el Arnica, que se usa también en fitoterapia. Si hay espasmo muscular, añadimos Cuprum o Magnesia phosphorica. Si hay afectación de los tendones, añadimos Ruta graveolens. Para ayudar a reparar los tejidos que rodean la articulación, Rhus toxicodendron.
Cada uno de estos medicamentos, que son solo algunos ejemplos, se corresponde, además, con formas concretas de padecer el dolor: ¿Mejora o se agrava con el movimiento? ¿Mejora o se agrava con el frío o con el calor? En el caso de la lumbalgia, ¿Está mejor de pie, sentado o tumbado? No todos los dolores ni todos los pacientes son iguales, y en homeopatía usaríamos medicamentos diferentes para cada uno en concreto.
Insisto mucho en que se debe tratar a cada paciente de forma diferente puesto que el origen del dolor es totalmente distinto en un paciente y en otro. Además, de utilizar un principio activo diferente –dependiendo de la lesión que nos encontremos- también puede cambiar su presentación y administración. Si bien es cierto que lo más normal es prescribir un tratamiento oral que actúa de una forma sistémica, obviamente, en determinados casos, es interesante recurrir a otras formas de administración. En ocasiones se puede pinchar este principio activo en dicha lesión a diferentes niveles (subcutánea o muscular), según sea necesario. Pero para ello es necesario recurrir a un especialista que tenga una gran experiencia en infiltrar estos principios activos y también en el conocimiento de dichas estructuras anatómicas. Eso es importantísimo. Reitero que lo primero, el punto de partida consiste en estudiar la fisiopatología del origen del dolor de cada paciente.
Existen gotas, ampollas, y diferentes vías de administración. Pero la vía oral es mi preferida porque la respuesta de una lesión en el organismo acaba siendo global si no se aborda a tiempo.
3. Hablemos de eficacia y seguridad. ¿Qué estudios científicos avalan sus afirmaciones?
Hay muchos estudios publicados, más 6.000 en la base de datos de artículos científicos que usamos todos los médicos, y los que son favorables nos indican el camino a seguir.
Quisiera hablar de un proyecto francés cuyo comité científico (Grupo EPI3-LASER) es intachable (catedráticos, miembros de la agencia de evaluación, etc) y, han publicado ya 11 publicaciones científicas en revistas científicas internacionales. Participaron más de 800 clínicos y más de 8.500 pacientes. Se dividió a los pacientes en tres grandes grupos. El primer grupo, estaba compuesto por pacientes afectados por infecciones de oídos y garganta. El segundo grupo, estaba formado por pacientes que presentaban dolor musculo-esquelético. Y, el tercer grupo de pacientes, estaba constituido por personas que presentaban cuadros de depresión, ansiedad e insomnio.
Asimismo, se dividió a los doctores en tres grandes grupos: El primer grupo constituido por especialistas que empleaban la homeopatía en sus prescripciones de forma habitual. El segundo grupo lo formaban expertos que lo utilizaban sólo en ocasiones. Y, el último grupo estaba constituido por facultativos que nunca empleaban la homeopatía.
Este estudio demostró que los pacientes que habían sido tratados por doctores que empleaban la homeopatía de forma rutinaria junto a su medicación tradicional, consumían menos de la mitad de esos medicamentos tradicionales, como pueden ser los AINES, entre otros (2).
Otro estudio muy interesante realizado en Inglaterra (3) revela que se comprobó que de casi 500 pacientes que llevaban más de dos y hasta 5 años sin encontrar alivio a su problema de salud, fueron derivados a médicos homeópatas y se demostró que más de un 80% de ellos, encontraron algún tipo de alivio a su dolor. Y, además, un 30% pudieron dejar su medicación tradicional y otro 30% reducirla. De estas conclusiones se desprenden otros estudios similares (4). Cuando un paciente se queda estancado y su organismo ya no reacciona, en algunos casos, al incorporar la homeopatía, su cuerpo puede tener una respuesta positiva. Es un enfoque nuevo para poder salir de esa situación.
4. Hablemos de las dependencias y el dolor. Recientemente una socia enfermera -que presenta una neuropatía- comentaba que sufría una fuerte dependencia a un fármaco. ¿Qué puede aportar en estos casos la homeopatía?
Soy consciente de que estos cuadros surgen por necesidad terapéutica del paciente que no puede soportar más su dolor. En algunos de estos casos la homeopatía también puede ayudar con determinados principios activos y con un abordaje holístico. Es necesario emplear el tiempo necesario para hablar con el paciente. Y, se precisa informarle de los síntomas que sufrirá por el cuadro de abstinencia y acompañarle en el proceso. En los últimos Congresos de SEMERGEN y de Medicina del Trabajo se han presentado experiencias donde la homeopatía puede ayudar a pasar este trance. De nuevo vuelvo a decir, la homeopatía puede ser una muleta en la que un paciente se puede apoyar para pasar mejor los efectos de la abstinencia. Me consta que se están investigando nuevos principios activos que no crearán estos cuadros de dependencia en la medicina tradicional y de nuevo podremos acompañarles con tratamientos homeopáticos específicos.
5. ¿Se ha abusado de la prescripción de los Aines?
Todos los clínicos hemos abusado porque no éramos conscientes de algunos de los efectos secundarios en grandes dosis y largos tratamientos, y en personas mayores o enfermos cardiópatas. Ahora sí que conocemos los posibles efectos secundarios que son varios. La sociedad necesita más medicamentos e intervenciones para el dolor porque el envejecimiento va a unido al dolor y a la inflamación, y hay que tirar de todas las soluciones posibles priorizando las que sean más seguras y mejor toleradas.
6. ¿Existe la alergia a principios homeopáticos?
Es extremadamente raro, depende sobre todo de los excipientes (sacarosa y lactosa en general, pero algunos pueden llevar otros diferentes). Y, en el caso de que el paciente sea alérgico o que diagnostiquemos dicha alergia habrá que adaptar la prescripción.
Hay otras reacciones, que no son alergias en realidad, que se pueden producir en un 5% de las ocasiones y que tienen que ver con las reacciones de reparación del organismo y con su proceso de regreso al equilibrio.
A veces, puede aparecer una leve irritación de la piel porque en el organismo se están poniendo en marcha mecanismos para modular y reparar inflamación o lesiones. Los estudios las definen como poco frecuentes, de intensidad leve y de corta duración (transitorias) (5). No hay registros de reacciones graves a los principios activos homeopáticos. Es muy importante destacar que todos los principios activos homeopáticos son compatibles con otros principios activos tradicionales como son la quimioterapia y la radioterapia. Y, además, son capaces de aliviar sus efectos secundarios.
FUENTES CIENTÍFICAS:
1.- Grimaldi-Bensouda L, Engel P, EPI3-LA-SER group. Who seeks primary care for sleep, anxiety and depressive disorders from physicians prescribing homeopathic and other complementary medicine? Results from the EPI3 population survey. BMJ Open. 2012 Nov 22;2(6). pii: e001498.
2.- Rossignol M, Begaud B, EPI3-LA-SER group. Impact of physician preferences for homeopathic or conventional medicines on patients with musculoskeletal disorders: results from the EPI3-MSD cohort. Pharmacoepidemiol Drug Saf. 2012 Oct;21(10):1093-101.
3.- Sharples F, van Haselen R, Fisher P. NHS patients’ perspective on complementary medicine. Complement Ther Med 2003; 11: 243–8.
4.- Richardson WR. Patient benefit survey: Liverpool Regional Department of Homoeopathic Medicine. Br Homeopath J. 2001 Jul;90(3):158-62.
5.- Dantas F, Rampes H. Do homeopathic medicines provoke adverse effects? A systematic review. Br Hom J 2000;89:S35-38
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