- La Sociedad Española de Epidemiología ha evaluado las políticas de control del tabaquismo en España en los últimos 10 años
- Hoy, la mayoría de los ciudadanos cumple la ley, han disminuido los ingresos hospitalarios por enfermedades respiratorias y cardiovasculares, la mortalidad por infarto y las tasas de nacimientos prematuros y con bajo peso, entre otros indicadores de salud
- La exposición al humo ambiental baja en hostelería hasta un 90% los niveles de nicotina ambiental y de partículas
- La SEE pide que se continúen implantando medidas y avanzando en la lucha contra el tabaquismo en nuestro país, donde la prevalencia de consumo es superior a la media europea
La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) ha hecho balance de las políticas de control del tabaquismo en España desde que se pusieron en marcha las dos leyes de medidas sanitarias, que han cambiado los hábitos de los ciudadanos, la actitud ante el tabaco y ha mejorado la salud de los españoles.
El Grupo de Trabajo sobre Tabaquismo de la SEE ha presentado esta mañana en la Escuela Nacional de Sanidad, en Madrid, una monografía en la que evalúa los principales resultados de diversos estudios científicos sobre los diferentes ámbitos de acción de la Ley 28/2005 y de la Ley 42/2010.
Así, aunque la prevalencia del consumo de tabaco en nuestro país continúa siendo superior a la media europea, donde ocupamos el noveno puesto, han mejorado otros indicadores, como los relacionados con el impacto en la salud. Han descendido los ingresos hospitalarios y la mortalidad por infarto de miocardio, las hospitalizaciones por enfermedades respiratorias crónicas y los nacimientos prematuros, las tasas de bajo peso al nacer se han reducido con la nueva legislación hasta un 3,5%.
También la exposición al humo ambiental baja en los ámbitos de trabajo, según se recoge en la monografía publicada por la SEE. En hostelería, han disminuido los niveles de nicotina ambiental y de partículas hasta un 90% y la mortalidad debido al humo ambiental por el tabaco pasó de 1.228 personas en 2002 a 1028 en 2011. En este sentido, los datos recogidos señalan que no se ha visto afectado el volumen de negocio en este ámbito de actividad.
Hoy, la mayoría de los fumadores respetan la prohibición de fumar, aunque todavía hay en torno a un 5% que afirma fumar en el trabajo, casi un 9% en bares y restaurantes y un 4% en discotecas y pubs. Asimismo, el consumo en vehículos comerciales se sitúa en el 9,8% y en taxis en el 2,2%, a pesar de estar prohibido en estos servicios. El 4,7% de los fumadores siguen fumando en sus vehículos privados.
RETOS PENDIENTES
La Sociedad Española de Epidemiología destaca que se ha avanzado de manera muy satisfactoria en el control del tabaquismo en España, apuntan en su publicación que “nos enfrentamos a nuevos retos”. Entre las acciones pendientes para fomentar la “desnormalización” del tabaco deberían incluirse:
- El empaquetado genérico, es decir, un envase neutro sin logotipos, con el mismo color, tamaño y forma para todas las marcas.
- El desarrollo de más campañas de publicidad para prevenir el consumo.
- Igualar el precio de los diferentes productos del tabaco.
- La regulación sobre el uso de los cigarrillos electrónicos en lugares públicos debería equipararse a la del consumo de tabaco.
- Nuevos espacios libres de humo, sobre todo en lugares donde pueden estar expuestos los menores y otros colectivos vulnerables, como son los hogares y los vehículos privados. Así, apuntan la necesidad de mejorar la situación en los recintos de los hospitales y en terrazas de bares y restaurantes.
- Ampliar la ayuda para la cesación del consumo, valorando la oportunidad de desarrollar intervenciones específicas en colectivos vulnerables que podrían necesitar tratamiento farmacológico subvencionado y fomentar la formación de los profesionales sanitarios en intervenciones efectivas para dejar de fumar.
PRINCIPALES CONCLUSIONES
•En la última década, España ha avanzado de forma importante en las políticas de prevención y control del tabaquismo, destacando la prohibición del consumo de tabaco en espacios cerrados de uso público.
•La puesta en marcha de las dos regulaciones ha gozado de gran aceptación por parte de la sociedad, incluyendo la población fumadora.
•Las Leyes 28/2005 y 42/2010 no han tenido un impacto directo a corto ni medio plazo en la prevalencia del consumo de tabaco. Se sigue observando un descenso en la proporción de fumadores y en el número de cigarrillos consumidos, así como un aumento del abandono del tabaco, que reflejan probablemente la influencia del conjunto de las políticas de prevención y control del tabaquismo desarrolladas en las últimas décadas.
•Los estudios que evalúan la exposición al humo ambiental de tabaco muestran, de forma muy concordante, un impacto positivo tanto de la Ley 28/2005 como de la Ley 42/2010, ya que la prevalencia de la exposición poblacional ha disminuido. Además del impacto en la exposición en los lugares de ocio, donde los niveles de nicotina ambiental y de partículas se han reducido en más del 90%, también se ha observado una disminución de la exposición en el hogar tras ambas regulaciones.
•Los resultados de los estudios sobre el impacto en la salud de la población son esperanzadores. Se observan reducciones en los ingresos hospitalarios y en la mortalidad por infarto agudo de miocardio, un descenso de las hospitalizaciones por enfermedad pulmonar obstructiva crónica y, aunque de forma menos concluyente, una disminución de los ingresos por asma, coincidiendo con la implantación de la Ley 42/2010. Respecto a la salud perinatal, se ha demostrado una disminución del riesgo de prematuridad y de bajo peso en los recién nacidos, en especial tras la Ley 42/2010.
•Las evaluaciones sobre el impacto económico de la Ley 42/2010 coinciden en confirmar que la ampliación de la restricción del consumo de tabaco en el sector de la hostelería no ha repercutido negativamente en el volumen de negocio de esta actividad económica.
•El cumplimiento de la ley en los espacios cerrados incluidos en la primera legislación, sobre todo en el lugar de trabajo y en la Administración, sigue siendo bueno, y también es satisfactorio en los espacios cerrados a los que se amplió la prohibición, como bares y restaurantes, así como en el interior de los vehículos comerciales.