Un estudio con 500 corredores muestra que el corazón es sensible a correr largas distancias
La falta de entrenamiento puede provocar lesiones musculares irreversibles y problemas hepáticos y renales
Un 21% de los corredores que experimenta síntomas como el dolor torácico o mareos durante una carrera no consulta con nadie
Emma Roca, bioquímica y campeona de ultramaratones, y Pedro Manonelles, presidente de la Federación de Medicina del Deporte, han participado en la jornada sobre ejercicio físico y salud
“La gente se tiene que mover, el sedentarismo mata”, así de contundente lo decía esta mañana Emma Roca, en la Escuela de Salud Pública de Menorca, durante la Jornada de Actividad Física y Salud. Sin embargo, la actividad deportiva debe estar ligada a un entrenamiento adecuado y a los controles médicos. Esta bioquímica, bombera y corredora de ultramaratones ha dirigido el estudio que se ha llevado a cabo con diferentes hospitales e instituciones con 500 corredores. Está preparando una tesis sobre cómo afectan las carreras de ultrafondo a la salud.
Desde 2012, han estudiado las consecuencias que una mala práctica deportiva tiene sobre la salud. Se debería hacer un mínimo de dos horas y media de ejercicio físico a la semana, pero lo que no parece tan claro es dónde está el límite. “No todo el mundo está preparado para hacer el mismo tipo de deporte”, explica Emma Roca, quien recuerda que para “salir a correr no basta con ponerse unas zapatillas”.
Según recoge el estudio, el corazón es un órgano sensible a correr larga distancia. El trabajo realizado muestra que el ventrículo derecho es más delgado que el izquierdo y, por lo tanto, es más sensible al bombeo de la sangre, sufre más, “esto es fisiológico, de nacimiento, no depende del entrenamiento”. Este es uno de los elementos que marca la necesidad de realizar revisiones y controles médicos antes de llevar a cabo una actividad deportiva regular y, por supuesto, si se compite.
Al menos un 80% de los corredores no realiza ningún tipo de estudio previo, señala el doctor Pedro Manonelles, presidente de la Federación Española de Medicina del Deporte, que hoy ha participado también en la jornada organizada en la Escuela de Salud Pública de Menorca. Entre los datos aportados, ha destacado que en las personas de más de 35 años, la mayoría de las muertes súbitas haciendo deporte son por una cardiopatía isquémica, “un porcentaje significativo podría evitarse si se llevaran a cabo las pruebas médicas”.
Es la llamada de atención de quienes han estudiado las consecuencias que tiene sobre la salud, el deporte excesivo, sin un buen entrenamiento y sin pasar los controles necesarios. En torno a un 5% de los que corren experimentan dolor torácico, alrededor de un 7% afirman haber sufrido disnea, dificultad para respirar y un 10% que sufrieron mareos y síncopes durante la carrera, “esto es preocupante, porque puede haber una potencial patología de riesgo”, señala el doctor Manonelles. Pero, además, hay un 21% que no consulta con nadie estas cuestiones.
Todos estos datos y situaciones explican el goteo de fallecimientos que se producen a lo largo del año. En este sentido, el estudio que se ha llevado a cabo analiza también la parte genética. Tal y como subraya Emma Roca, “hemos visto que la expresión proteica varía en función del entorno y esto afecta también a los corredores, las proteínas en sangre cambian según el tipo de carrera y el entrenamiento y variarán hasta un 33% de nuestro genoma”.
Esta bioquímica, campeona del mundo de ultramaratones, recuerda que antes de participar en carreras hay que seguir unas pautas, con entrenamiento progresivo y la elección de pruebas. Llegar a una ultramaraton supone una preparación de más de tres años. Además, de todas las implicaciones cardiovasculares, una falta de entrenamiento lleva a roturas musculares, problemas hepáticos y renales, con un riesgo muy alto de lesiones irreversibles.
En el estudio se ha visto también una dieta desequilibrada, con falta de magnesio, por ejemplo, lo que provoca un peor rendimiento, o deshidratación, que puede afectar al riñón. Otra asignatura pendiente, destacada por Emma Roca es la de dormir bien antes de una carrera, la recuperación, “porque tenemos gente sobreentrenada pero que no duerme lo suficiente en los días previos”.
Una preparación adecuada y las revisiones médicas son los elementos clave que pueden evitar los problemas a quienes deciden participar en carreras largas. El doctor Pedro Manonelles comenta que en nuestro país hay 3,5 millones de corredores y la media de edad pasa de los 40 años. Aquí, apunta este experto en Medicina del Deporte, los que tienen más riesgo son los que sin una base empiezan a correr a estas edades y también los que siendo más jóvenes habían hecho deporte pero han pasado años sin hacer nada y ahora vuelven a engancharse.+