El reconocido cardiólogo defiende en la Escuela de Salud Pública de Menorca que el deporte debería prescribirse como un medicamento, adaptando las indicaciones a cada caso personal
“Un corazón deportivo mantiene el cerebro activo, de cada vez más la neurociencia va demostrando con nuevos estudios que tener un cuerpo sano lleva a una mente sana. Hacer ejercicio no sólo tiene beneficios a nivel físico sino que también se activa el cerebro, se liberan endorfinas, se generan nuevas conexiones entre las células del cerebro y se alarga la vida de las neuronas", defiende Ricard Serra Grima, uno de los padres de la cardiología deportiva en España.
El reconocido médico, que ha sido responsable de la unidad de Rehabilitación Cardíaca del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y cardiólogo del Fútbol Club Barcelona, ha participado como ponente en la VI Jornada de Actividad Física y Salud "El arte de caminar "que organiza el Consell Insular de Menorca en la Escuela de Salud Pública del Lazareto.
Comenta que un nuevo estudio ha visto como los niños que hacen ejercicio tienen más capacidad de memorización y aprendizaje después en la escuela. "Los padres no deberían castigar nunca a un niño sin hacer deporte. ¡Al contrario! Que juegue una hora más, porque hará más deporte y esto mejorará su capacidad física e intelectual", apunta. Incluso aquellos que hacen muchas horas al día de deporte, porque se dedican al deporte de alto rendimiento, las pocas horas que tienen para hacer los deberes y estudiar las aprovechan mucho más porque activan el cerebro.
"A largo plazo, he visto como muchos deportistas veteranos se encuentran mejor cuando envejecen, tienen las ideas más claras. Por ello, la Unidad de Alzheimer del Hospital Sant Pau ha empezado a estudiar el cerebro de los deportistas de más de 65 años que corren maratones", comenta. El ejercicio es beneficioso para el corazón, pero también regula el azúcar y la presión arterial, ayuda a perder peso... "a todo esto, que ya está bien, se le añade ahora la parte neurológica, ya que ayuda a mantener más estable el envejecimiento cerebral".
El cardiólogo defiende que todo el mundo puede hacer ejercicio, pero hay que mirar qué tipo de ejercicio: "caminar, que tanto recomienda todo el mundo, no va bien a ciertas personas que tienen problemas de articulaciones u otras patologías, por lo tanto, se deben buscar alternativas y otras actividades que sí puedan hacer”. Por ejemplo, Serra Grima fue pionero en demostrar que las restricciones de actividad física que seguían los trasplantados de corazón no estaban justificadas, y que hacer más ejercicio pero supervisado, mejora su estado físico y la calidad de vida. "Hoy en día sabemos que incluso aquellos que esperan un trasplante de corazón se pueden beneficiar de hacer ejercicio. Debemos evitar exclusiones porque el beneficio siempre es superior al riesgo", concluye.
En este sentido, defiende que el ejercicio físico se debería prescribir igual que un medicamento, con indicaciones claras y por escrito, para ayudar a la gente más sedentaria a motivarse. "Es muy fácil recomendar ejercicio para la gente que no tiene problemas, lo que tenemos que hacer es trabajar para aquellos que tienen problemas y están encerrados en casa", apunta. Y es suficiente con empezar muy despacio, sin cansarse y haciendo menos de lo que se podría, porque lo más importante es que sea regular. Si el médico de cabecera no puede o no sabe hacerlo, anima a la gente a informarse de cómo hacer ejercicio en centros cívicos, con enfermeros de los centros de salud o con profesionales del deporte. También destaca la importancia de transmitir mensajes positivos y de ánimo a los que empiezan a hacer deporte.
En cuanto al tiempo mínimo, depende de cada caso, pero para caminar está bien hacer 30 minutos al día a ritmo normal, sin forzar, y aquí se incluyen también todas las caminatas que se realizan para ir de compras o desplazamientos. Si uno hace una actividad dirigida durante más tiempo, algún día de la semana puede descansar.
La VI Jornada de Actividad Física y Salud es el encuentro que cuenta con más participantes de la Escuela de Salud Pública de Menorca, con unos ochenta inscritos. Además del cardiólogo Serra Grima intervienen Teresa Gustems, entrenadora de la modalidad de caminar Nordic Walking; Xavier Gómez, enfermero e inventor de una aplicación móvil para animar a caminar; Sebastián Mas, Doctor en Ciencias del Deporte y responsable del programa Caminem de Lleida, que también defiende la prescripción del ejercicio físico, y la arquitecta Roser Román que explica cómo el diseño urbano de un pueblo o ciudad condiciona la práctica de ejercicio de sus habitantes.
Más información: Escuela de Salud Pública de Menorca.