La Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida (CNRHA) ha desestimado el proyecto de investigación de “Donación de ooplasma (citoplasma de óvulos de donantes sin núcleo) en reproducción asistida (DORA)”, presentado a principios de 2017 por el equipo del doctor Jan Tesarik, cuyo objetivo es ayudar a mujeres infértiles a procrear con su propia información genética y a evitar la transmisión de ciertas enfermedades muy graves. La solicitud del doctor Tesarik coincidió en el tiempo con la autorización a utilizarla en el Reino Unido por parte de las autoridades sanitarias británicas.
Existen 2 variantes de DORA: inyección directa del ooplasma donado a los óvulos de las pacientes, o la transferencia de los cromosomas (portadores de la información genética nuclear) desde los óvulos enfermos de las pacientes a los óvulos previamente “enucleados” de las donantes. La variante más fiable, conocida popularmente como “hijos de tres padres”, fue publicada en el año 2000 por un equipo de investigadores españoles, franceses e italianos, liderados por el doctor Jan Tesarik en la revista Human Reproduction y gracias a ella nacieron más de 50 niños en los primeros años de los 2000.
La desestimación de la CNRHA se fundamenta en las limitaciones establecidas en la legislación vigente, del año 2006, y en el incumplimiento de determinados requisitos documentales y protocolarios.
“Que inventen ellos”
Al inicio del año 2017, el doctor Jan Tesarik, junto con la doctora Carmen Mendoza, ex profesora de la Universidad de Granada y coautora de la publicación original, pidieron autorización para utilizar la técnica DORA en la Clínica MARGen de Granada. Comenzaba así un periplo burocrático laberíntico que incluía dudas competenciales sobre a qué administración competía la autorización. Un juego de “ping pong”, donde el único interlocutor fue un escueto formulario, a rellenar vía Web, que no contemplaba la opción oportuna.
“Tras casi dos años de espera -señala el doctor Tesarik- mi primera reacción al leer la carta de la Junta fue una sonrisa: El resultado de casi 2 años de reflexión es un texto de menos de una página, lleno de contradicciones, que parece haber sido escrito de prisa para quitarse un problema de encima.”
Entre las “perlas” del documento, Tesarik destaca el tercer párrafo donde se dice: …se establece como infracción muy grave la transferencia a la mujer receptora en un mismo acto de preembriones originados con ovocitos de distintas mujeres. “Por supuesto -indica el científico- esto no era nuestra intención ya que el ooplasma no es un ovocito. Yendo más lejos se señala: …la documentación adjuntada a la solicitud presenta deficiencias metodológicas (desarrollo del protocolo del proyecto, ausencia de la experiencia del centro, currículum del equipo investigador…). “Es difícil de adivinar – añade- qué tipo de experiencia y qué currículum se está pidiendo a los mismos autores de la técnica por realizar.”
El doctor Tesarik recuerda la célebre frase de Miguel de Unamuno, “Que inventen ellos”, formulada en el año 1906, “y todo parece indicar que la mentalidad administrativa no ha cambiado mucho. Unamuno identificaba, en aquella época, la “ciencia española” con la mística y opinaba que “la ciencia quita sabiduría a los hombres” y “la luz eléctrica alumbra aquí tan bien como allí donde se inventó”.
“Sin embargo yo no creo que la Consejería de la Salud de la Junta de Andalucía ni la CNRHA hayan actuado desde unas convicciones filosóficas tan profundas”, comenta el doctor Tesarik. “Además nos han dejado una salida paradójica. A pesar de considerar la técnica ilegal y el equipo inexperimentado, proponen que …la autorización del proyecto deberá solicitarse teniendo en cuenta el contenido del citado informe y la adecuación y el cumplimiento de la normativa vigente en materia de investigación biomédica.
“Yo nací en el país de Franz Kafka -concluye- pero esta carta supera los episodios los más absurdos de sus novelas. Vivir en un país oscilando entre Unamuno y Kafka puede ser hasta divertido para un científico racionalista, pero lo es menos para los jóvenes científicos que les gustaría poder investigar en su país. Y aún peor para los pacientes que, además de aprender a tramitar el pasaporte y a sacar un billete al extranjero, también tienen que ahorrar mucho dinero, porque la realización del tratamiento necesario en el extranjero les saldrá sin duda bastante más caro que en Granada”.