- El objetivo es que los niños alcancen la mayor autonomía posible, además de la prevención de deformidades asociadas a la espina bífida, señala COFICAM
- Esta enfermedad de carácter crónico afecta a entre 8 y 10 de cada 10.000 recién nacidos vivos
La espina bífida es una enfermedad para la que aún no existe un tratamiento definitivo, pero sí es posible encontrar algunos abordajes que contribuyen a minimizar las consecuencias de la enfermedad y a mejorar la calidad de vida de los afectados. El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-Mancha (COFICAM) quiere destacar el papel de la Fisioterapia en el tratamiento multidisciplinar de los pacientes con espina bífida, con el objetivo de que los niños alcancen la mayor autonomía posible y la prevención de deformidades asociadas.
Cada 21 de noviembre se celebra el Día Nacional de la Espina Bífida, una dolencia que en España afecta a entre 8 y 10 de cada 10.000 recién nacidos vivos y que este año bajo el lema “se busca Gobierno comprometido” quieren poner de manifiesto que sus necesidades sean escuchadas y tengan respuesta desde las autoridades.
La espina bífida es un defecto del tubo neural, es decir, un tipo de anomalía congénita del cerebro, la columna vertebral o de la médula espinal, que ocurre en la columna del feto cuando no cierra completamente durante el primer mes de embarazo. La causa más frecuente de esta enfermedad es la falta de ácido fólico en la mujer durante el embarazo. Esta vitamina B ayuda al organismo a la génesis de células nuevas y es recomendable una dieta rica en verduras de hoja verde, frutas, guisantes, nueces y panes enriquecidos con cereales.
En este sentido, la Fisioterapia es una herramienta indispensable y fundamental para que el paciente aquejado de espina bífida pueda desarrollar y mejorar su autonomía, intentar recuperar y mantener el máximo de la movilidad durante todas las etapas de la vida y también en el asesoramiento del uso y adquisición de material ortoprotésico.
La intervención temprana del fisioterapeuta es clave en el crecimiento y desarrollo del niño/a afectado de espina bífida, prestando especial atención en los cuidados posturales, la confección de férulas de protección adaptadas a las necesidades del paciente, ejercicios para mejorar el equilibrio y la coordinación, ejercicios para fortalecer miembros inferiores y por supuesto la reeducación de la marcha.
