- El Grupo de Refrigeración Evaporativa de AEFYT quiere incidir este año en que se trata de una tecnología limpia y respetuosa con el medioambiente.
- Torres de refrigeración y condensadores evaporativos favorecen la reutilización del agua y reducen su consumo.
- El empleo del agua como refrigerante no aporta emisiones de CO2.
Madrid, 20 de marzo. Con motivo de la celebración el 22 de marzo del Día Mundial del Agua, dedicado este año a la lucha contra el cambio climático, el Grupo de Refrigeración Evaporativa de AEFYT quiere reivindicar esta tecnología, capaz de incrementar la eficiencia energética, realizar un uso responsable del agua y contribuir, de este modo, a la sostenibilidad medioambiental. La refrigeración evaporativa está en condiciones de dar cumplimiento a los grandes ODS de la Unión Europea y muy especialmente a la lucha contra el cambio climático.
El Día Mundial del Agua gira este año en torno al binomio agua y cambio climático, entendiendo ambos conceptos como estrechamente vinculados e incidiendo en cómo un uso racional y eficiente del agua ayudará a combatir el cambio climático desde el mismo momento que permitirá reducir las sequías, los gases de efecto invernadero o la contaminación. El foco se pone en la necesidad de priorizar el agua en los planes de actuación de política climática, en la implicación de la ciudadanía en la lucha contra el cambio climático y en la adopción soluciones sostenibles, asequibles y escalables.
Y es aquí precisamente donde entra en juego la refrigeración evaporativa, ya que consigue reducir notablemente el consumo energético gracias a la eficiencia del proceso y el alto rendimiento energético que proporciona. En líneas generales, esta tecnología ha sido capaz de adaptarse a las nuevas exigencias del entorno y de los recursos naturales disponibles:
- La utilización del agua como refrigerante natural, principio de funcionamiento de los equipos de refrigeración evaporativa, garantiza la protección del medio ambiente, incrementando la eficiencia energética y asegurando la sostenibilidad medioambiental y económica.
- El empleo del agua como refrigerante, que no aporta emisiones de CO2, la convierte en una tecnología limpia y respetuosa con el medio ambiente, que favorece la reducción de los efectos del cambio climático. Asimismo, se reduce el efecto invernadero al limitarse las emisiones de CO2 indirectas gracias al ahorro de energía eléctrica consumida, y directas, por el menor riesgo de fugas de gases refrigerantes.
- El 98% del agua es reutilizada, quedando un 1% para la evaporación y 1% para la purga. Se reduce el consumo y se mejora el aprovechamiento del agua.
- Las mejoras de carácter tecnológico permiten considerar que el fenómeno de arrastre, con los separadores de alta eficiencia puestos en el mercado, representa entre un 0,01% y un 0,002% (en ciertos modelos) del caudal de agua en recirculación, la cantidad de agua que pudiera llegar a perderse en el arrastre es entre 20 y 100 veces menor que el agua evaporada y hasta quinientas en algunos modelos.
- Estos equipos dejan tras de sí una reducida huella hídrica (HH), un indicador medioambiental que evalúa el volumen de agua dulce empleado en la producción de bienes y servicios y, en consecuencia, el coste económico y medioambiental de cualquier producto o servicio. La HH no solo permite evaluar qué tecnología es mejor en cada momento, sino que es una herramienta de concienciación, ya que las estimaciones que ofrece permiten reflexionar sobre la necesidad de una gestión óptima del agua.
- Es más, los equipos de refrigeración evaporativa no son nocivos para el entorno, ya que el uso que hacen del agua forma parte de su ciclo hidrológico natural, en concreto en el punto del proceso correspondiente a la evaporación.
El Día Mundial del Agua es una iniciativa de las Naciones Unidas que se celebra desde 1993 y con la que se pretende dar a conocer la relevancia del agua dulce, concienciar a la sociedad sobre los millones de personas que viven sin acceso a agua potable y buscar medidas para abordar la crisis mundial del agua, siguiendo así el espíritu del ODS 6: agua y saneamiento para todos en 2030.