Los fisioterapeutas de Castilla-La Mancha, como profesionales sanitarios que son, también quieren aportar su trabajo y esfuerzo para ayudar en esta crisis sanitaria global provocada por el COVID-19. Los fisioterapeutas pertenecientes al Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha (COFICAM) suspendieron su actividad programada, tanto en el sector público como en el privado, debido a la falta de garantías de seguridad para atender a sus pacientes, evitando de esta forma la posibilidad de convertirse en vector de contagio de la enfermedad.
Sin embargo, los fisioterapeutas pertenecientes al SESCAM, al margen de los tratamientos fisioterápicos urgentes a pacientes ingresados, están realizando otras labores asistenciales en los hospitales tales como tareas administrativas, atención telefónica a familiares de ingresados, soporte a otros profesionales sanitarios y administrativos, colaboración en farmacia hospitalaria, apoyo en residencias de ancianos de la provincia y en todas aquellas tareas que se les requiere. Incluso se han cedido las instalaciones de las salas de Fisioterapia para la habilitarlas como zona de preingreso hospitalario. En los centros de salud también están colaborando, realizando seguimientos de los pacientes vía telefónica, triaje, pero también informando de los protocolos a seguir e intentando transmitir tranquilidad. Algunos de los fisioterapeutas colegiados del COFICAM han querido contar sus vivencias de estos días en primera persona:
“En el centro de salud los fisioterapeutas estamos a las órdenes de la coordinadora de enfermería, quien estos días distribuye las tareas a realizar ante la falta de personal que tenemos, ya que cada día contamos con algún sanitario menos trabajando por contagio. Yo, por ejemplo, llevo desde el 16 de marzo atendiendo llamadas de teléfono y haciendo cribado de pacientes”, cuenta María Pérez Palomera, fisioterapeuta de la Gerencia de Atención Integrada de Valdepeñas (Ciudad Real). Además, en las residencias de mayores de Gregorio Marañón (Ciudad Real) y Consuegra (Toledo), Azucena Muñoz señala que “los fisioterapeutas tratan las estancias temporales, llaman a familiares para informarles de la situación existente o realizan labores de ocio a grupos reducidos, entre otras actividades”.
Por su parte, las fisioterapeutas Isabel Fernández, que realiza sus funciones en el Centro de Salud de San Clemente (Cuenca) y Marta Martínez, en Molina de Aragón (Guadalajara), hacen el seguimiento telefónico de la agenda de control domiciliario de pacientes sintomáticos de COVID-19. En Cuenca también, Isidro Granero informa que desde su centro de salud están llamando a los pacientes que están en lista de espera para que les cuenten en qué fase del proceso están. Además, les envían un email con pautas, recomendaciones y ejercicios para que lo vayan poniendo en práctica en casa y poder ir ayudándoles a mejorar su patología.
“Yo he tomado la iniciativa de quedarme en la puerta de entrada del centro, al mismo tiempo que atiendo llamadas, junto con la administrativa. Nos hemos reorganizado y adaptado a las nuevas necesidades sanitarias, siguiendo los protocolos modificados casi diariamente, siempre con el ánimo de llegar a todos y combatir, desde las primeras filas, el avance de esta pandemia”, cuenta Sandra Alonso, fisioterapeuta en el centro de salud de Belmonte (Cuenca).
En Albacete, donde la actividad de las fisioterapeutas es muy intensa y reconocida, Virtudes Arnedo, Supervisora de Fisioterapia del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete (CHUA), comenta que han cedido las instalaciones de las salas de Fisioterapia para la habilitarlas como zonas de preingreso hospitalario, tanto en el CHUA, como en el Hospital Perpetuo Socorro de Albacete. Además, también realizan tareas administrativas o de desinfección de superficies, así como apoyo al personal de enfermería.
Por su parte, Javier Rodríguez está trabajando en el servicio de Salud Laboral del Hospital de Almansa. En este centro se ha habilitado un servicio aparte formado por dos fisioterapeutas, una logopeda y tres enfermeras. “Nuestro cometido consiste en hacer seguimiento telefónico de todos los pacientes que están de baja, bien sea porque han dado positivo o porque están a la espera de resultados. Se les llama todos los días para ver cómo se encuentran y se deja anotado cuál es su estado actual de salud. También nos ocupamos de mirar diariamente si han salido los resultados de las PCR (test de diagnóstico del COVID-19) y de ser así, comunicárselo al paciente”, comenta Javier.
Pero también, un grupo muy numeroso de los fisioterapeutas castellano-manchegos del sector privado se han puesto a disposición del Consejero de Sanidad para colaborar en todo lo que puedan con sus compañeros sanitarios de acuerdo con las necesidades del momento.