La COVID-19 está impulsando la realización de tratamientos de fecundación in vitro (FIV) para conservar la fertilidad en un momento en el que existen muchas incertidumbres sobre los efectos de esta enfermedad a medio y largo plazo, según el doctor Jan Tesarik, asesor científico y ponente en la La Cumbre Global Virtual sobre la COVID-19, celebrada este fin de semana.
El evento online reunió a un extenso panel de expertos internacionales en diferentes áreas como la salud, las políticas sanitarias, la investigación biomédica o la economía. Los ponentes abordaron también cuestiones específicas vinculadas a la pandemia como la fertilidad, el cáncer infantil, la salud de los mayores, la salud mental, el estrés psicológicos, los métodos de rehabilitación de personas con secuelas de esta enfermedad… Asimismo, se analizó el nivel de preparación general para abordar una previsible segunda ola de la Covid-19 en otoño y los medios necesarios para acelerar la investigación en todos los aspectos de la enfermedad y su rápida aplicación clínica.
Según las investigaciones realizadas en los últimos meses por el equipo de la Clinica MARGen de Granada, encabezado por el doctor Tesarik y la doctora Raquel Mendoza-Tesarik, el virus no se transmite ni a través de los espermatozoides ni a través de los óvulos, “porque tanto los espermatozoides como los óvulos carecen en su superficie de los componentes que actúan como posible puerta de entrada del virus”. Sin embargo, estos componentes si están presentes en otros tipos de células de los testículos y los ovarios, “muchas de las cuales sirven de soporte para el desarrollo y la maturación de los espermatozoides y de los óvulos”.
En su intervención el doctor Tesarik señaló que la infección de diferentes tipos de células por el coronavirus es imprevisible, y el hecho de que un o una paciente este contagiado no significa automáticamente que el virus infectará células del testículo o del ovario. Sin embargo, según el científico granadino, “las células con las moléculas ACE2 (la única puerta de entrada posible para el virus) no están exentas de este riesgo y ya hemos visto una variabilidad extraordinaria de la sintomatología de la COVID-19 en diferentes pacientes, aunque la diana principal del virus es el pulmón”.
Esta situación de incertidumbre está acelerando los tratamientos de Fecundación In Vitro, tanto la transferencia de embriones “libres de virus” en fresco o su congelación para una transferencia diferida. En el caso de los hombres jóvenes positivos de COVID-19 asintomáticos, Tesarik recomienda la congelación de su esperma, ante la incertidumbre del impacto de la infección sobre su futura fertilidad. “El objetivo es informar correctamente a las parejas de estos riesgos potenciales y tomar las medidas necesarias para preservar su fertildad” y el equipo biológico de la clínica MARGen, dirigido por la doctora Raquel Mendoza-Tesarik, trabaja en esta dirección.
En su intervención, el doctor Tesarik advirtió del peligro de un exceso de optimismo respecto a una solución rápida de la crisis de COVID-19 , mediante una vacuna o un agente antiviral eficiente. “Esas vacunas pueden no llegar o tardar más de lo deseado. Son muchos los especialistas que dudan de la protección de los anticuerpos generados por un virus completo en pacientes que ya han pasado por la enfermedad y, de ser así, será difícil que una vacuna basada en un virus atenuado pueda generar anticuerpos más eficaces. Además el efecto de cualquier vacuna puede durar muy poco, a causa de la selección de formas resistentes del virus. En cuanto a los agentes antivirales, tales como antirretrovirales, antipalúdicos o, últimamente remdesivir, no han mostrado mucho efecto y algunos (remdesivir) dañan los espermatozoides. Ante esta situación, la realización de la FIV lo antes posible es la solución la más razonable".
Más información sobre la cumbre se puede encontrar utilizando el link siguiente: https://www.onstreammeet.com.