- El estudio, que se va a poner en marcha en 10 hospitales de diferentes puntos de España, pretende evaluar los posibles cambios en la composición corporal de pacientes que hayan requerido ingreso en UCI por SDRA (Síndrome de Distrés Respiratorio Agudo) a los tres meses del alta hospitalaria tras haber realizado un programa de intervención nutricional y de recuperación física.
- Según los expertos, la ecografía muscular es una técnica clave que permite clasificar mejor a los pacientes e identificar a aquellos con más riesgo de presentar desnutrición grave por SARS-CoV-2. También es de gran utilidad para realizar un seguimiento de los cambios en la composición permitiendo un tratamiento metabólico de nutrición individualizado, que induzca cambios favorables en la composición corporal y esté dirigido a mantener o aumentar la masa muscular.
- En la actualidad, Nutricia, la división de nutrición especializada de Danone, está colaborando en tres proyectos de investigación en España para ayudar a la recuperación de los pacientes con COVID-19. Estos proyectos involucran a 28 hospitales de diferentes zonas geográficas y alrededor de 500 pacientes infectados por SARS-CoV-2.
Madrid, 28 de octubre de 2020.- La desnutrición se considera un desequilibrio entre el aporte y los requerimientos de energía y nutrientes que produce una serie de cambios metabólicos y funcionales a nivel corporal. En los pacientes con COVID-19, sobre todo en los casos más grave que necesitan ingreso en UCI, se ha observado que hasta el 75% de ellos presentan riesgo nutricional[i].
En este contexto, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), con la colaboración de Nutricia, la división de nutrición especializada de Danone, van a poner en marcha un estudio cuyo objetivo principal es evaluar los posibles cambios en la composición corporal de pacientes que hayan requerido ingreso en UCI por SDRA (Síndrome de Distrés Respiratorio Agudo) a los tres meses del alta hospitalaria, tras haber realizado un programa de intervención nutricional y de recuperación física que incluya un suplemento nutricional oral diseñado para la recuperación muscular y rehabilitación motora. El estudio va a desarrollarse en 10 hospitales de distintos puntos de España, entre los que se encuentran el Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga o el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Barcelona.
“Nuestra hipótesis es que una intervención nutricional que incluya suplementos nutricionales específicos dentro de un programa global (nutricional y de rehabilitación motora) para la recuperación muscular en pacientes dados de alta tras un ingreso en UCI provocado por infección por SARS-COV-2 mejorará su estado nutricional y composición corporal, asociado con una mejora de la situación funcional y de la calidad de vida”, expone la Dra. Clara Joaquín, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona).
Las guías clínicas de la ESPEN para el manejo nutricional de estos pacientes concluyen que el tratamiento nutricional personalizado y el apoyo de suplementos nutricionales son esenciales durante la estancia hospitalaria y deben continuar tras el alta. Son muchos los pacientes que presentan riesgo nutricional previo al ingreso, y la infección y la hospitalización empeoran la desnutrición y el riesgo que estas conllevan.
“La prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la desnutrición debe incluirse de forma rutinaria en cualquier protocolo de manejo del paciente con COVID-19, teniendo en cuenta recomendaciones sencillas y prácticas que se adapten a nuestra realidad asistencial. La terapia nutricional debe basarse en el refuerzo de la dieta, el uso rutinario y protocolizado de suplementos nutricionales hipercalóricos/hiperproteicos y la nutrición enteral para aquellos pacientes que no pueden utilizar la vía oral. Tenemos que avanzar cada vez más hacia una terapia personalizada en la que, el estudio de la composición corporal y de la funcionalidad muscular jueguen un papel cada vez más relevante en lo que acabará siendo la terapia nutricional de precisión para cada caso concreto”, explica Francisco Botella, coordinador del Área de Nutrición de la SEEN.
LA ECOGRAFÍA, TÉCNICA CLAVE PARA DETECTAR LA DESNUTRICIÓN EN PACIENTES COVID-19
Actualmente, todas las definiciones de desnutrición incluyen la medida de la afectación de la masa muscular. La Sociedad Americana de Nutrición Parenteral y Enteral (ASPEN, por sus siglas en inglés) además, entre los criterios para el diagnóstico de la desnutrición en adultos, recomienda incluir una evaluación de los depósitos de grasa. Sin embargo, no existe una forma única de evaluar la composición corporal y en cada centro hospitalario se utilizan distintas herramientas, desde la medida de pliegues y circunferencia muscular del brazo hasta el uso de bioimpedancia, ecografía o técnicas radiológicas.
La ecografía muscular para el estudio morfológico y estructural de la masa muscular es una técnica emergente, respaldada por distintos estudios, que determina el área de superficie muscular en una posición transversal y longitudinal. En particular, con un análisis de ultrasonidos, es posible medir los parámetros clave del volumen del músculo. El ultrasonido tiene la ventaja de ser relativamente económico, portátil y no implica radiación ionizante. Existen publicaciones sobre la aplicación en la práctica clínica de la medida de la ecografía en la evaluación nutricional de diferentes patologías, como en pacientes críticos y ancianos. Por ello, las últimas guías de la Sociedad Europea de Nutrición y Metabolismo (ESPEN) sobre paciente crítico recomiendan esta técnica para evaluar la masa magra.
“La ecografía nutricional es una herramienta que está asumiendo un papel cada vez más relevante en las unidades de nutrición para identificar y valorar el impacto de la desnutrición en los pacientes. Asimismo, es de gran utilidad para realizar un seguimiento de los cambios en la composición permitiendo un tratamiento metabólico de nutrición individualizado, que induzca cambios favorables en la composición corporal y esté dirigido a mantener o aumentar la masa muscular”, asegura la Dra. Irene Bretón, presidenta de la Fundación SEEN.
EL COMPROMISO DE DANONE SN CON LA INVESTIGACIÓN EN COVID-19
Esta colaboración de Nutricia, la división de nutrición especializada de Danone, se enmarca dentro de un plan de apoyo a gran escala para la investigación clínica, de la mano de importantes hospitales y especialistas a nivel nacional. En la actualidad, Nutricia está colaborando en tres proyectos de investigación en España para ayudar a la recuperación de los pacientes con COVID-19. Estos proyectos involucran a 28 hospitales de diferentes zonas geográficas y alrededor de 500 pacientes infectados por SARS-CoV-2. Esta alianza en investigación clínica refuerza la importancia de la unidad entre entidades públicas y privadas en la lucha común contra la COVID-19.
Con el objetivo de promover la innovación tecnológica en la actividad asistencial y el impulso a la investigación, se va a promover un programa de becas de la Fundación SEEN, como parte del proyecto NutriCover de Nutricia, en el que se financiarán 10 ecógrafos destinados a evaluar la composición corporal, para el desarrollo de proyectos de investigación clínica que utilicen esta técnica.
“Son muchas las personas que viven en la actualidad con secuelas y síntomas persistentes tras haber padecido el cuadro agudo de COVID-19. Debemos poder darles apoyo médico y seguimiento, así como continuar dedicando recursos a investigar y definir mejor cuál es su evolución a más largo plazo y qué tratamientos pueden ser útiles para mitigar estas secuelas y favorecer su recuperación. Para Danone Specialized Nutrition, este tipo de alianzas en investigación clínica en colaboración con la comunidad médica y científica son tan importantes en estos momentos de pandemia”, comenta Patricia Oliva, Directora General de Danone Specialized Nutrition.
[i] Estudio con más de 200 pacientes que se está desarrollando en el Hospital de Mataró durante el periodo de un año para conocer la prevalencia de disfagia orofaríngea (DO), de riesgo nutricional, así como las necesidades de tratamiento compensatorio y de las complicaciones a los 3 y 6 meses de seguimiento de los pacientes ingresados por COVID-19 en un Hospital General.