• Han permitido liberar camas en los hospitales convencionales y han gestionado de forma total o parcial “hoteles COVID”.
• Su implantación en el territorio nacional es irregular, con comunidades como Extremadura o Castilla La Mancha que no cuentan con ninguna.
• Los expertos apuntan que, pese a estar en la Cartera Básica de Servicios del SNS desde 2006, falta un modelo homogéneo aplicable a nivel nacional, un sistema de acreditación que defina las competencias de los profesionales que trabajan en estas unidades y criterios comunes de medición de resultados.
• Proporcionan atención especializada de rango hospitalario a los pacientes para los que el mejor lugar terapéutico por el estado de su enfermedad es su propio domicilio, además de aportar eficacia y ahorros importantes en muchas patologías al SNS y altísimos grados de satisfacción a los pacientes y a sus familias.
Las Unidades de Hospitalización a Domicilio (HaD) se han mostrado como una herramienta muy eficaz y de máxima importancia en la gestión de pacientes en un entorno tan complejo como el de la pandemia por coronavirus. En la Cartera Básica de Servicios desde 2006, su actividad e implementación en el territorio nacional había venido siendo dispar. Sin embargo, en estos meses, muchas de estas unidades han triplicado su actividad, jugando un papel clave para la no saturación del sistema hospitalario, liberando camas en los hospitales e, incluso, gestionando de forma total o parcial los “hoteles COVID”, tal y como se ha puesto de manifiesto en la sesión técnica “El Hospital en Casa. Un futuro de calidad”, llevada a cabo en el marco del Congreso Virtual de la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA), con la colaboración de Vifor Pharma.
La doctora Eulalia Villegas Bruguera, jefe del Servicio de Hospitalización a Domicilio Dos de Maig, de Barcelona y presidenta de la Sociedad Catalano-Balear de Hospitalización a Domicilio, apunta que, durante estos meses de pandemia, las HaD han incidido tanto en la liberación de camas de pacientes no COVID (para incrementar el espacio para aquellos que sí lo eran), como en la atención de pacientes complejos con infección por coronavirus, disminuyendo también su estancia hospitalaria. En ambos casos, los ingresos en las HaD se han llevado a cabo desde los diferentes dispositivos hospitalarios (planta, Servicios de Urgencias u Hospitales de Día).
Además, explica la doctora Villegas, las HaD han venido realizando una valoración precoz de pacientes con criterio de ingreso hospitalario a solicitud directa de los recursos territoriales no hospitalarios (Atención Primaria, PADES, equipos residenciales) desde el inicio de los síntomas, asumiendo la responsabilidad del tratamiento y del seguimiento hasta el alta de los mismos.
Otro modelo de atención del paciente con COVID que algunas HaD han desarrollado ha sido la gestión sanitaria de los hoteles sanitarios COVID, donde se albergan pacientes sintomáticos con necesidad de seguimiento médico y de enfermería, sin soporte socio-familiar adecuado. Por último, algunas HaD, a demanda de su territorio, también han asumido el seguimiento de pacientes diagnosticados asintomáticos o con síntomas leves, llevando a cabo el control telefónico en su domicilio.
Unificación de criterios
Beatriz Massa, directora gerente del Departamento de Salud Alicante Sant Joan D’Alacant y presidenta de la Sociedad Española de Hospitalización a Domicilio (SEHAD), señala que estas unidades proporcionan atención especializada de rango hospitalario a los pacientes para los cuales el mejor lugar terapéutico para su estado de enfermedad es su propio domicilio, además de aportar, por una parte, eficacia y ahorros importantes en muchas patologías al SNS, y, por otra, altísimos grados de satisfacción a los pacientes y a sus familias.
Agrega que, pese a su indudable aportación, su expansión desde el 2006 ha sido dispar en el territorio nacional. Así, comunidades autónomas como Comunidad Valenciana, Cataluña, Galicia o País Vasco cuentan con 25, 24, 15 y 11 unidades respectivamente, mientras que Castilla La Mancha y Extremadura no cuentan con ninguna. Si bien, reconoce que ha habido un incremento de unidades continuo y acusado durante los últimos años.
Además, considera que falta un modelo homogéneo aplicable a nivel nacional, un sistema de acreditación que defina las competencias de los profesionales que trabajan en estas unidades y criterios comunes de medición de resultados conforme a unos estándares e indicadores.
Por su parte, la doctora Villegas recuerda que, entre las ventajas que aportan estas unidades, se encuentran el evitar la alienación de la hospitalización convencional; minimizar las complicaciones hospitalarias nosocomiales; la disminución de sobreindicación de pruebas y tratamientos; la humanización de la atención; el aumento de la adherencia terapéutica, y la potenciación de la continuidad asistencial.