- Publicado en modo abierto, destaca que estas disfunciones no se expresan por una única conducta como la adicción al juego y se acompañan siempre de otras manifestaciones de síntomas o trastornos mentales, entre las que destacan los rasgos impulsivos de personalidad
Madrid, 15 de diciembre de 2020. Un artículo publicado en la prestigiosa revista científica Frontiers aborda, desde una perspectiva neurobiológica, el trastorno por juego partiendo de la patología dual, la psiquiatría de precisión y la neurociencia clínica. En concreto, el paper firmado por los doctores Néstor Szerman, Pablo Vega, Ignacio Basurte, Celso Arango, Francisco Ferre, Beatriz Mesías y Rodrigo Marín, señala que no es suficiente la estimulación repetitiva del sistema de recompensa cerebral por drogas o comportamientos como el juego para desarrollar adicción y es necesaria la existencia de una vulnerabilidad basada en factores individuales, genéticos, neurobiológicos, que sustenten rasgos de personalidad y otros trastornos mentales, para desarrollar una conducta adictiva.
El artículo, que ha salido publicado en modo de acceso abierto, destaca los hallazgos de la investigación que señalan que estas disfunciones no se expresan por una única conducta como la adicción al juego y se acompañan siempre de otras manifestaciones de síntomas o trastornos mentales, entre las que destacan los rasgos impulsivos de personalidad.
Según los autores firmantes, el trastorno de juego se ha asociado con otros diagnósticos psiquiátricos categóricos como: trastorno por déficit de atención con hiperactividad, depresión, trastorno bipolar, ansiedad social, esquizofrenia, trastorno por uso de sustancias, trastorno de personalidad antisocial; y síntomas dimensionales que incluyen mayor impulsividad, peor bienestar emocional, distorsión cognitiva, psicosis, autorregulación deficiente, suicidio, entorno familiar más pobre y mayor angustia mental. A esta afección clínica, los investigadores la han denominado trastorno por juego dual.
Esta revisión presenta el trastorno por juego dual como un trastorno cerebral y del neurodesarrollo, incluido en las perspectivas de la psiquiatría evolutiva, la genética, la impulsividad como endofenotipo, la hipótesis de la automedicación y las diferencias biológicas sexuales. Así mismo, se destaca la adicción como un trastorno mental del cerebro humano que no se elige. Es más, las personas vulnerables no lo son a todo tipo de adicciones y algunos lo son a estimulantes y otros a sustancias calmantes.
Tal y como se refleja en el artículo, desde una perspectiva de la psiquiatría evolutiva, "el juego basado en juegos se remonta a la historia de la humanidad como una actividad casi universal" y ha sufrido cambios psicobiológicos adaptativos para la supervivencia de formas similares a otras conductas. En esa línea, los autores destacan que los comportamientos adictivos pueden entenderse a partir de la interacción de antiguos circuitos y sistemas cerebrales evolutivos (diseñados para promover la búsqueda de recompensas) y contextos contemporáneos (donde las drogas potentes y el juego son fácilmente accesibles en nuestra sociedad).
Diferencias de género
Respecto las diferencias biológicas destacadas en la investigación, la adicción al juego junto con otros trastornos psiquiátricos, se caracterizan con frecuencia por diferencias sexuales en términos de prevalencia, síntomas y respuesta al tratamiento. Así pues, las mujeres con un trastorno por juego suelen informar que juegan debido a situaciones estresantes de la vida o estados depresivos. Por el contrario, los hombres no asocian el juego con cambios emocionales. La adicción al juego se presenta antes en los hombres, aunque la progresión es más rápida en las mujeres, comenzando a mediana edad.
En palabras del Dr. Néstor Szerman, esta visión de la enfermedad que se refleja en el estudio avanza un cambio de paradigma, destacando cómo se debe conceptualizar, diagnosticar y tratar el trastorno por juego dual. Por este motivo, la reconceptualización del Trastorno por Juego como un Trastorno por Juego Dual, según la perspectiva de la neurociencia clínica y la psiquiatría de precisión, se ha vuelto crucial para el diagnóstico y el tratamiento de estas personas.