La transmisión hereditaria de hasta nueve tipos de cáncer podría encontrarse ya en los gametos – óvulos y espermatozoides-, lo que supone una nueva oportunidad para eliminar esta predisposición genética de determinadas enfermedades antes, incluso, de la fecundación y formación del embrión.
Hace dos años, el equipo de investigadores de la clínica MARGen de Granada, liderado por el doctor Jan Tesarik y la doctora Raquel Mendoza-Tesarik, publicó un estudio que analizaba las posibilidades y los riesgos de la aplicación de la edición genética mediante el método llamado CRISPR (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats) para tratar embriones humanos afectados por diferentes anomalías genéticas.
Hoy, la evidencia de esta predisposición genética abre un nuevo debate sobre la aplicación de CRISPR en óvulos y espermatozoides, en lugar de los embriones ya formados. En este sentido, un trabajo reciente de investigadores estadounidenses, sugiere que la aceptación de la edición genética podría ser más fácil, tanto éticamente como legalmente, si se aplica a los gametos (óvulos y espermatozoides).
Según los doctores Tesarik y Mendoza-Tesarik “Esta idea abre nuevas vías para la prevención de anomalías genéticas en los seres humanos, transmitidas por los gametos, incluyendo las que predisponen las personas a un riesgo elevado de diferentes tipos de cáncer. En todo caso, habrá que esperar, por lo menos en lo que entendemos como occidente, a que las leyes permitan nuevos avances en esta investigación.”
Nueve tipos de cáncer hereditarios
Se sabía desde hace varios años que ciertos tipos de cáncer (mama, ovario o colon) estaban relacionados con anomalías de genes específicos del organismo humano. Un estudio reciente de investigadores chinos extiende a 9 el repertorio de los tipos de cáncer con una susceptibilidad genéticamente pre-programada, incluyendo los de la vejiga, cerebro, mama, cuello uterino, cabeza y cuello, riñón, pulmón, próstata y útero). Además, los resultados presentados dejan claro que estas características están presentes en la línea germinal de las personas afectadas, por lo cual son transmisibles a las próximas generaciones.