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  • El 40 por ciento de los españoles menores de 65 años, así como el 80 por ciento de la población mayor de esta edad, tienen insuficiencia de 25-OH vitamina D, en lo que influyen las actuales conductas y patrones de vida.
  • Un grupo de trabajo multidisciplinar impulsado por Fundamed, con la colaboración de FAES Farma, ha analizado las consecuencias de este déficit generalizado y ha definido las estrategias clave para reforzar el seguimiento de los pacientes y mejorar los niveles séricos en la sociedad.
  • Los expertos instan a aprovechar el mayor interés suscitado durante la pandemia de la COVID-19 por la hormona D para aumentar la concienciación social sobre su importancia para el organismo.

 

La gran cantidad de horas de sol en España y la alimentación parecen ser insuficientes para alcanzar niveles óptimos de 25-OH vitamina D en la población. En este sentido, aunque la pandemia ha aumentado el interés por esta hormona (común y erróneamente conocida como una vitamina), es necesaria una mayor concienciación social sobre su importancia para el organismo. Estas son las principales conclusiones de un informe elaborado por el Grupo de Trabajo ‘Hormona D en 2021. Retos y estrategias ante el déficit generalizado en la población’ impulsado por Fundamed, con la colaboración de FAES Farma, y coordinado por el Dr. Esteban Jódar, jefe del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Quirón Salud (Madrid).

El objetivo de este informe es doble: por un lado, resaltar la importancia de la conocida como ‘vitamina D’ en el correcto funcionamiento del organismo y las consecuencias del déficit de 25-OH vitamina D en distintas patologías y, por otro, definir estrategias para reforzar el seguimiento de los pacientes y mejorar los niveles séricos entre la población. Y es que, según destacan los expertos de este equipo multidisciplinar de trabajo —formado por profesionales de atención primaria, salud pública, expertos en enfermedad metabólica ósea, endocrinología, farmacia hospitalaria y urgencias—, aunque España es uno de los países de Europa con más horas de sol, 4 de cada 10 habitantes menores de 65 años, y 8 de cada 10 respecto a la población mayor de esta edad, tienen insuficiencia de 25-OH vitamina D[1].

Ahora bien, como aspecto positivo, desde el inicio de la pandemia por SARS-CoV-2 el interés por el papel del sistema hormonal D ha ido en aumento, tanto en la comunidad científica como en la población general. En este sentido, han sido cuantiosos los estudios publicados sobre la relación de unos niveles deficientes de 25-OH vitamina D con una peor progresión de la infección por COVID-19, como se refleja en el informe.

Fruto del trabajo de este grupo, se ha llegado a otras importantes conclusiones como:

  • En poblaciones de riesgo (como, por ejemplo, pacientes con osteoporosis u otras enfermedades óseas) existe consenso al establecer niveles de 25-OH vitamina D mayores de 30 ng/ml como necesarios para una adecuada salud ósea, así como considerar déficit claro niveles inferiores a 12 ng/ml[2]. En cualquier caso, por debajo de 30 ng/ml se debe suplementar según el valor detectado y la situación del paciente.
  • Las principales consecuencias de niveles bajos de 25-OH vitamina D son la disminución de la densidad mineral ósea (DMO) y la fuerza muscular. Por otro lado, cada vez más estudios sugieren que la hormona D juega un papel en las enfermedades oncológicas, inmunitarias y autoinmunes, pero se necesitan más datos que evidencien esta asociación.
  • Pese a la gran cantidad de horas de sol en España, las actuales conductas y patrones de vida limitan la exposición solar, como la duración de la jornada laboral.
  • Para el tratamiento de este déficit se dispone de preparados de vitamina D3 (colecalciferol) y 25-OH-D3 (calcifediol). Los estudios han demostrado que calcifediol es más potente y rápido que colecalciferol para corregir los niveles de 25-OH-D[3].

 

COVID-19 y hormona D

El informe se hace eco, asimismo, de recientes publicaciones que sugieren que concentraciones bajas de 25-OH vitamina D en sangre podrían asociarse con una mayor susceptibilidad a la infección por el SARS-CoV-2, y un curso más grave[4]. En concreto, en uno de esos estudios, los casos severos de COVID-19 presentan un 64% más de deficiencia de 25-OH vitamina D que los casos leves[5]. No obstante, los especialistas señalan que sería óptimo disponer de más estudios al respecto.

Asimismo, recientes estudios sugieren que la suplementación con calcifediol en pacientes hospitalizados por COVID-19 podría reducir de forma significativa los ingresos en UCI y la mortalidad. En este punto, los expertos reiteran que, aunque dichos estudios y protocolos ya aprobados avalarían la administración de calcifediol o colecalciferol en estos casos, es necesario generar más evidencia científica.

El informe completo está disponible para su consulta en https://www.fundacionfundamed.org/GT-Informe-Hormona-D-2021.aspx .

 

Sobre el Grupo de Trabajo ‘Hormona D en 2021. Retos y estrategias ante el déficit generalizado en la población’

Junto al coordinador Esteban Jódar, el Grupo de trabajo ha estado conformado por José Manuel Quesada, representante de la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (SEIOMM); José Manuel Fernández, coordinador del Grupo de Trabajo de Nutrición de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMERGEN); Isabel Jimeno, representante de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG); Mariola Sirvent representante de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), directora de Farmacia del Grupo HLA y coordinadora del grupo de Nutrición Clínica de la SEFH; Iría Miguéns representante de la Sociedad Española de Urgencias y Emergencias (SEMES); Ángel Gil catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos y experto en Salud Pública; y Fernando Prados, gerente del Hospital de Emergencias Enfermera Isabel Zendal (Madrid).

 


[1] Varsvasky M, Rozas-Moreno P, Becerra-Fernández A, Luque-Fernández I, Quesada-Gómez JM, Ävila-Rubio V, et al. Recommended vitamin D levels in the general population. Endocrinol Diabetes Nutr. 2017; 64(1):7-14

[2] Jódar Gimeno, E.. (2014). Recomendaciones sobre cómo administrar la vitamina D: guías internacionales y nacionales. Revista de Osteoporosis y Metabolismo Mineral, 6(Supl. 1), 19-22. https://dx.doi.org/10.4321/S1889-836X2014000500004

[3] Quesada-Gómez Jm, Bouillon R. Is calcifediol better tan cholecalciferol for vitamina D supplementation? Osteoporos Int. 2018; 29(8):1967-711.

[4] Marta Entrenas Castillo, Luis Manuel Entrenas Costa, José Manuel Vaquero Barrios, Juan Francisco Alcalá Díaz, José López Miranda, Roger Bouillon, José Manuel Quesada Gomez, “Effect of calcifediol treatment and best available therapy versus best available therapy on intensive care unit admission and mortality among patients hospitalized for COVID-19:A pilot randomized clinical study”, The Journal of Steroid Biochemistry and Molecular Biology, Volume 203,2020, 105751, ISSN 0960-0760, https://doi.org/10.1016/j.jsbmb.2020.105751..

[5] 8 Pereira M, et al. Vitamin D deficiency aggravates COVID-19: systematic Review and meta-analysis. Crit rev food Sci Nutr. 2020 4:1-9. doi: 10.1080/10408398.2020.1841090

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