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Madrid, 4 de octubre de 2021. Con motivo de la celebración de la quinta edición de Alergomenorca, un foro que ha reunido a casi medio centenar de especialistas en alergología el pasado fin de semana en Menorca, se ha insistido en una anomalía histórica que provoca especiales dificultades a las personas con enfermedades alérgicas que residen en las Islas Baleares: se trata de la única CC AA que no cuenta con un Servicio de Alergología en el sistema público sanitario. Ante este hecho, alergólogos y pacientes han manifestado la importancia de que se impulse, de manera urgente, un servicio de especialistas en esta materia, para poner solución a esta injusta situación de inequidad y graves consecuencias que supone para su calidad de vida.

Durante la jornada, además de la situación actual de la especialidad de alergia en Baleares o el desafío que supone ser una persona alérgica residente en las Islas Baleares, los profesionales han tratado otros temas de interés como la “amenaza” que suponen ciertos alimentos y las diferencias entre alergia e intolerancia. En este encuentro, se ha contado con la presencia de pacientes que han podido aportar su testimonio en primera persona.

“Nacer con alergia en Baleares no debería suponer un problema”. Con estas palabras, inauguró la jornada el Dr. Antonio Valero, presidente de la Sociedad Española de Alergología (SEAIC), que desde ya casi dos décadas lucha para revertir esta situación que va en contra de la equidad en el sistema sanitario. Así, en el foro se ha puesto de manifiesto cómo las Islas Baleares no está cumpliendo con la Ley de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud, por la que se establece la obligación de garantizar las prestaciones sanitarias en condiciones de igualdad efectiva en todo el territorio nacional.

Y es que, las alergias respiratorias, alimentarias, a medicamentos y a la picadura de determinados himenópteros y demás animales, por su elevada prevalencia, se han convertido en un verdadero problema de salud pública con una prevalencia estimada del 25% de la población en las Islas Baleares. Sin embargo, factores ambientales y genéticos apuntan un ascenso considerable de las enfermedades alérgicas, previendo la Organización Mundial de la Salud que éstas afecten a la mitad de la población en las próximas dos décadas. Por ello, la misma OMS recomienda un alergólogo/a por cada 50.000 habitantes.

En el caso de Baleares, no existe ningún Servicio Público de Alergología, pues tan sólo se cuenta con una especialista adscrita a Otorrinolaringología de Son Espases, en Palma. En este sentido, la Dra. Sendy Chugo, alergóloga adjunta en el Hospital Universitario Son Espases, puso de relieve, a través de datos, la situación en el sistema público de salud balear: un único alergólogo para cubrir 1,2 millones de habitantes, cuando en las Islas Canarias se cuenta con 32. En la misma línea, el Dr. Alberto Oheling, presidente de la Sociedad Balear de Alergología, denunció esta injusta situación indicando que, en Soria, con 98 mil habitantes, se cuenta con dos alergólogos. La situación es tal, que en Baleares no se ofrece formación MIR en alergología.

Retraso en la vacunación Covid

Los pacientes también han ofrecido su testimonio en Alergomenorca. Esther Sintes, madre de hijos con alergia al huevo y a la leche, relató “la odisea para tratar la alergia a estos dos alimentos básicos, teniendo que acudir a la privada o a la sanidad pública de Catalunya para conseguir el tratamiento de desensibilización al huevo y la leche de sus hijos”. Y añadió: “¿si no hubiéramos tenido los recursos económicos, ¿qué hubiera pasado con mis hijos?”

El retraso en el diagnóstico y tratamiento conlleva, además, consecuencias muy graves asociadas a la vacunación contra la COVID-19 para población de riesgo. En Baleares no han sido estudiadas las reacciones alérgicas en la gran mayoría de la población, condición indispensable para la administración de cualquier vacuna. Por tanto, la realidad es que, mientras la mayoría de los pacientes alérgicos puede vacunarse contra la COVID-19 sin problemas, el circuito para llegar a la autorización sufre una importante demora, la cual es otorgada por la única especialista en alergología de las Islas Baleares.

Durante su intervención, el Dr. César Alias, jefe Unidad de Alergología Clínica Corachan y uno de los coordinadores de Alergomenorca, ha expuesto las consecuencias de la falta de especialistas en las Islas Baleares. Así, indicó que “el tratamiento de cualquier enfermedad es primordial para mejorar la calidad de vida de todos y cada uno de los pacientes, pero previo a ello es la existencia de un correcto mecanismo y capacidad de diagnóstico. Por este motivo la alergia se halla infratratada e infradiagnosticada, recayendo en un insostenible coste para la ciudadanía en términos de calidad de vida, de pérdida de productividad y de un exceso de uso de los servicios de urgencias”.

“En Baleares hay determinados servicios que no se están dando, cosa que no ocurre en el resto de CC AA, por lo que los residentes en Baleares se pueden considerar ciudadanos de segunda. Un ejemplo claro es la desensibilización a los alimentos para pacientes pediátricos. Pero esto también se extiende a la desensibilización de fármacos. En otras regiones los pacientes sí tienen este tipo de servicio en la sanidad pública, aquí, sin embargo, muchos deben pasar por la sanidad privada o viajar a hospitales de otras CC AA”, explicó. El Dr. Alias también recalcó cómo no se está ofreciendo tratamiento de inmunoterapia contra himenópteros (avispas y abejas). Así, la solución para estos pacientes es, simplemente, “evitar alimentos o fármacos que generen reacción alérgica grave y esperar no recibir picaduras de himenópteros”.

Incremento de costes sanitarios

La Dra. Sendy Chugo recordó también que no se han realizado estudios alergológicos a la población, y ello afecta constantemente en todos los niveles asistenciales de la Sanidad Pública. La consecuencia es la sobresaturación de su consulta, pues tal y como está establecido el sistema ahora, la doctora debe valorar todos aquellos casos que, habiendo sido previamente valorados por distintos especialistas, no se encuentra un diagnóstico y/o tratamiento adecuado. En el resto de CCAA, los pacientes son tratados por un alergólogo y no por la especialidad en la que la enfermedad alérgica se manifiesta (Otorrinolaringología, Dermatología, Inmunología…). Así, tal y como indicó, “los pacientes son valorados por diversos especialistas por manifestaciones de una única enfermedad, lo que aumenta los costes de la atención sanitaria”.

La Dra. Chugo dio cuenta de esta situación, dando a conocer las grandes dificultades que ha puesto el proceso de vacunación en una Comunidad como la de Baleares: “Las listas de espera para la valoración daban fecha para 2022”. En este aspecto, la alergóloga solo ha contado con la ayuda de un moderador para el protocolo de vacunación, creando un gran cuello de botella que ha llevado a numerosas reclamaciones al IB-Salut de los pacientes. Además, indicó cómo los pacientes que han pasado por la evaluación sobre la idoneidad para la vacunación contra la COVID-19 “quieren ahora tener un estudio de alergias, lo que va a conllevar a un mayor aumento de las listas de espera y a la frustración de los pacientes”.

Llamada a la acción

El Dr. Alias hizo una recapitulación de las acciones que se han llevado a cabo desde el año 2001 para conseguir este ansiado servicio en la sanidad pública, concluyendo que “los partidos, sean del color que sea, sacan iniciativas para revertir la situación, pero finalmente no se ha logrado una solución”. Así, la Síndica de Greuges, María Gracia Seguí, ha denunciado cómo la situación no ha cambiado en absoluto desde que se iniciaron las quejas el año pasado.

Así, el Dr Alberto Oheling, pidió a la clase política “que piense en los pacientes, pues sólo tienen acceso a este servicio aquéllos que se lo pueden permitir”. Por su parte, Irene Triay, diputada del Grup Socialista en el Parlament de les Illes Balears, recogió el guante de la jornada reconociendo el grave problema que esta situación está provocando en los derechos y en la salud de la ciudadanía, asegurando que ahora “estamos trabajamos en una iniciativa consensuada con el resto de grupos parlamentarios para que salga adelante este Servicio Público de Alergología y, sin duda, va por el buen camino”.

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