- Las infecciones por bacterias multirresistentes están calificadas como una de las mayores amenazas para la salud pública mundial por la Organización Mundial de la Salud y, de seguir así, en el 2050 producirán más muertes que el cáncer
- Una jornada científica organizada por SEIMC destaca que los Programas de Optimización de Antimicrobianos son una excelente herramienta de trabajo para combatir las resistencias, pero requieren apoyo institucional y que se acompañen del reconocimiento de la especialidad de infecciosas
Madrid, 18 de noviembre de 2021. La crisis de los antibióticos se ha instalado de forma lenta y progresiva, casi inadvertida, hasta convertirse en una grave amenaza para la salud pública mundial. En los hospitales de países desarrollados ingresan pacientes con infecciones graves producidas por bacterias multirresistentes (BMR) que ya son intratables, y su diseminación hasta ahora está siendo imparable. De seguir así, las estimaciones son aterradoras, en el 2050 estas infecciones producirán más muertes que el cáncer, y solo en Europa un millón de personas morirá cada año. Por ello, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), con motivo de la celebración del Día Europeo del Uso Prudente del Antibiótico, ha querido realizar un llamamiento para concienciar sobre la amenaza que representan las resistencias bacterianas, con el fin de tratar de contribuir a su mejor uso.
En una jornada científica virtual, cuyo resumen anexamos junto a esta nota de prensa, moderada por el Dr. José Miguel Cisneros, director de la unidad de Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Medicina Preventiva del Hospital Universitario Virgen del Rocío, se ha puesto de manifiesto que los antibióticos son unos fármacos extraordinarios, porque han salvado más vidas que ningún otro grupo de medicamentos: “Sin embargo, desconocemos y olvidamos a la par que su impacto ecológico, les diferencia del resto de medicamentos, porque trasciende al propio paciente que lo recibe y afecta a la sociedad”.
¿Cuál es el tratamiento de esta crisis? La SEIMC recuerda que dos medidas clave son la formación y la investigación. Tal y como señala el Dr. José Ramón Paño, investigador del Grupo de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínico de Zaragoza, los PROA (Programas de Optimización de Antimicrobianos), liderados por equipos formados por, entre otros especialistas, microbiólogos, farmacéuticos e infectólogos se han convertido en una herramienta clave y muy útil, puesto que mejoran el uso de antibióticos: “Para ello, es imprescindible el apoyo institucional con financiación para pagar el tiempo que la formación requiere, y para incorporar los avances del diagnóstico microbiológico precoz”.
El estudio de las resistencias bacterianas es crucial en un Servicio de Microbiología, ya que es un aspecto fundamental del trabajo con un impacto directo muy importante en la atención del paciente, precisa la Dra. Nieves Larrosa, jefe clínico de Bacteriología y Micología en el Servicio de Microbiología del Hospital Vall d'Hebron. Asimismo, otra de las tareas fundamentales del microbiólogo es la de vigilar la tendencia a la resistencia de determinados microorganismos clave e informar al resto de profesionales de estos datos para que puedan conocer su epidemiología local y adecuar protocolos y tratamientos.
Así mismo, el Dr. José Ramón Paño incide en que una parte muy importante de la solución a este problema global es que disminuyamos el porcentaje de prescripciones inadecuadas. “Uno de los principales aspectos que se ha tenido en cuenta es la necesidad de tener un conocimiento y una práctica suficiente en el manejo de esta medicación, debido al hecho que estos tratamientos pueden ser prescritos por distintos especialistas, por ello es muy importante aumentar y mejorar la formación de todos aquellos profesionales que tengan la responsabilidad de prescribir antibióticos”, destaca el Dr. Paño.
En esa línea, el Dr. Santiago Grau, jefe Sección Farmacología del Hospital del Mar - Parc de Salut Mar, destaca que la disponibilidad de prescripción por parte de todo tipo de facultativos, algunos de ellos no dedicados al área de la medicina infecciosa, también supone un riesgo para la correcta prescripción de estos fármacos y para el incremento de las resistencias. “La evolución de las resistencias bacterianas precisa de una actualización constante por parte de los facultativos implicados en la prescripción de los antimicrobianos, existe una necesidad imperiosa sobre una actualización permanente que no siempre es posible llevar a cabo”, resalta Grau.
A pesar de esto, los especialistas subrayan que hay que asumir que la complejidad de la prescripción de antibióticos es creciente, la resistencia antimicrobiana aumenta la complejidad y obliga a que existan expertos en esta área. Pero no es solo un problema de conocimiento, indica el Dr. Paño, “cuando un médico tiene que tomar decisiones, éstas pueden estar determinadas por distintos factores, y es importante trabajar para que todos estos factores no influyan negativamente a la hora de prescribir”. Para el Dr. Paño, “los PROA deberían ser considerados como una iniciativa institucional, y que las actividades dirigidas a reducir el consumo de antibióticos cuenten con los recursos, tanto humanos como económicos necesarios para poder llevarse a cabo”.
Especialidad de enfermedades infecciosas
El Dr. Cisneros añade que el diagnóstico microbiológico es determinante en la lucha contra las resistencias, sin él, no podemos identificar al “enemigo” y que España necesita, de forma urgente, el reconocimiento de la especialidad de enfermedades infecciosas, porque son los infectólogos (especialistas en antibióticos y en infecciones) los que contribuyen a elevar el nivel de conocimiento de sus compañeros. “Las razones científico-técnicas para reconocerla son poderosas y son las mismas que han llevado al resto de los países europeos a crear la especialidad”, concluye Cisneros.
