Investigadores del CSIC, en colaboración con varias universidades y hospitales españoles, han iniciado un proyecto pionero para estudiar con Inteligencia Artificial el efecto de la nutrición y el estilo de vida en la microbiota y su efecto beneficioso en el tratamiento y control de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII). El proyecto está inspirado en la experiencia real de uno de los investigadores del equipo, que es paciente de colitis ulcerosa desde 1992 y experto en Inteligencia Artificial: “Debido a mi pasión por la práctica deportiva intensiva (correr y hacer montañismo) y a mi condición de paciente con EII, a lo largo de los años me he visto obligado a “aprender” a comer mejor y de forma consciente. Con el paso del tiempo, creo que una buena nutrición y un estilo de vida saludable me han ayudado mucho en la evolución a largo plazo de mi enfermedad. Ahora, a través de este consorcio de investigación queremos convertir esta creencia en evidencia científica para ayudar a otros”, explica David García.
ANTECEDENTES
La EII, que engloba la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, es un trastorno inflamatorio autoinmune crónico y recidivante del tracto gastrointestinal que afecta a 7 millones de personas en todo el mundo, con una tendencia al alza. Sólo en España se calcula que hay alrededor de trescientos mil pacientes. El proceso inflamatorio conlleva la ulceración y el sangrado de los tejidos que recubren los intestinos, lo cual puede provocar diversos síntomas, como dolor abdominal, pérdida de peso involuntaria, diarrea, sangrado rectal y fiebre. A veces también se presentan otras afecciones, como artritis y anemia. Los síntomas pueden ser leves o graves, y suelen aparecer y desaparecer. La mayoría de las personas que padecen EII experimentan periodos de buena salud, seguidos de momentos en los que sus síntomas se agudizan y pueden requerir ingreso hospitalario y cirugía.
Aunque la tasa de mortalidad por edad es relativamente baja e incluso se ha reducido en los últimos años, la carga no mortal es enorme y sigue aumentando. La EII puede comprometer sustancialmente las dimensiones física, psicológica, familiar, laboral y social de la vida de los pacientes. Los efectos secundarios de la enfermedad se manifiestan a menudo en el aumento de los índices de ansiedad, depresión y estigmatización, entre otros problemas emocionales. En este escenario, el impacto para los sistemas de salud y las economías es enorme porque la atención estándar para enfermedades crónicas como la EII es extremadamente costosa, debido a factores como el uso de medicamentos caros, hospitalizaciones, servicios de urgencias, cirugía, y otras condiciones médicas asociadas con la EII, como la anemia o la psiquiatría.
INVESTIGACIÓN COMPUTACIONAL Y NUEVAS TERAPIAS
A fecha de hoy, la causa de la enfermedad sigue siendo desconocida, por lo que los tratamientos actuales están orientados más a tratar la sintomatología que la causa subyacente. La terapia actual de la EII se centra en suprimir la respuesta del sistema inmunitario, lo cual comporta importantes riesgos y efectos secundarios no deseados. Además, la eficacia incompleta de los fármacos actuales invita a desarrollar y emplear otras terapias. La investigación de la microbiota apoyada en datos e Inteligencia Artificial (IA) es un campo de creciente desarrollo e interés que ya ha demostrado éxitos significativos en el campo de la salud. Cuando comemos, no solo alimentamos el paladar sino también la microbiota intestinal, y su composición puede tener un impacto fundamental en la EII.
Ascensión Marcos, directora del Grupo de Inmunonutrición del CSIC, nos explica la hipótesis de trabajo del equipo: “Nuestro objetivo es llevar a cabo una intervención integral en la dieta y el estilo de vida para lograr una mayor diversidad de alimentos y nutrientes en la ingesta diaria. Esta elevada diversidad puede modular las poblaciones bacterianas intestinales, reduciendo las señales inflamatorias y aumentando la producción intestinal de compuestos antiinflamatorios. Por lo tanto, al modular las poblaciones bacterianas intestinales y la respuesta inmunitaria en estos pacientes, el número de episodios de la enfermedad disminuirá. Estamos ilusionados con este proyecto porque hemos reunido un equipo muy motivado y completo compuesto por especialistas en EII, Inmunonutrición, Microbiología, Datos, Inteligencia Artificial y Bioestadística. La EII es una enfermedad muy compleja que requiere de un enfoque multidisciplinar para entenderla y tratarla.”
IMPACTO
Si la hipótesis del equipo se confirma, los beneficios del proyecto serían enormes. Según Felipe Lombó, profesor de la Universidad de Oviedo y coordinador del Grupo de Investigación de Biotecnología en Nutracéuticos y Compuestos Bioactivos-BIONUC: “Tendríamos un mejor control de la enfermedad, con una reducción de los componentes más costosos de la atención a la EII. La intervención dietética no significaría un mayor coste para los sistemas de salud o para los pacientes, sino una mejor educación nutricional. Reduciríamos las complicaciones a largo plazo de la EII, como el cáncer colorrectal inducido por colitis ulcerosa. Y aumentaríamos la calidad de vida de los pacientes, con una disminución de los niveles de ansiedad y depresión. La intervención sobre la dieta y el estilo de vida empoderaría a los pacientes para hacer frente a su enfermedad facilitándoles una herramienta que podrían utilizar activamente en el día a día para mejorar su evolución.”
FINANCIACIÓN
El equipo actualmente se encuentra en búsqueda activa de financiación público-privada para el estudio. El proyecto completo tiene un horizonte temporal de tres años, pero se prevén conclusiones parciales con potencial de aplicabilidad clínica ya al final del primer y segundo años.
COLABORAN
CSIC, Universidad Complutense de Madrid y Universidad de Oviedo
CONTACTO
Más información y contacto: https://www.nutribiota-ibd.ai
Publicado por Juan Carlos Santamaría
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