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07

Sep 2021

Escrito por Comunicación ANIS
El trabajo de los periodistas durante toda la pandemia ha sido en general muy bueno

Los hospitales durante la pandemia se convirtieron en un foco de atención periodística importantísimo, tanto para saber cómo estaba afectando la COVID-19 a nuestro sistema sanitario como para encontrar fuentes de información que pudieran explicar cualquier aspecto relacionado con la enfermedad.

 

El Hospital Vall d’Hebron en Barcelona es uno de los hospitales de referencia en Cataluña y en España, y obviamente fue uno de los puntos calientes informativos, sobre todo durante la primera ola. Fran García es su director de comunicación y con él hemos hablado de cómo se adaptó el centro a la nueva situación desde el punto de vista informativo.

-       ¿Cómo recuerdas que fue el inicio de la pandemia a nivel comunicativo en vuestro centro?

-       Yo estoy en el Comité de Dirección del hospital, y cuando salieron los casos chinos ya empezamos a hablar de lo que podría suponer este virus. Pero fue a partir de los casos italianos que empezamos a ponernos en alerta. Se elaboró un plan de contingencia que en su fase más avanzada contemplaba que íbamos a llenar cada una de las plantas del hospital general con pacientes de COVID-19. Fue algo que nos impactó mucho y estuvimos debatiendo si publicarlo en nuestra intranet, teniendo en cuenta que nosotros tenemos una plantilla de 9.000 trabajadores que con todo su círculo podrían saber que estábamos planeando llenar todo el hospital de pacientes de COVID-19. Fue una decisión muy dura, pero al final acordamos publicarlo y ese fue el inicio de la transparencia absoluta en la gestión del COVID-19 en nuestro centro. Desde ahí decidimos informar de absolutamente cada paso que estaba tomando Dirección, de cada cambio y transformación que llevó a nuestro hospital a dedicarse en un 90% a una sola patología. Fue una decisión complicada porque sabíamos que se podía generar pánico, pero decidimos optar por la total transparencia.

-       ¿Hubo algún momento que supusiera un punto de inflexión en vuestro trabajo de comunicación?

-       Un punto importante que cambió fue con las televisiones. Nosotros en las primeras semanas fuimos el hospital que más pacientes recibía y en la primera ola el que más pacientes tuvo en la UCI. Entonces nos llamaban de televisiones y de agencias de fotografía porque querían entrar, sobre todo en la UCI. Eso fue en los inicios, cuando todavía no se sabía cómo había que protegerse y habíamos decidido cerrar el hospital a todos los familiares y visitantes para evitar que la pandemia se extendiera. Pero al mismo tiempo, en línea con nuestra política de transparencia comunicativa, tanto interna como externa, vimos que los medios en aquel momento necesitaban imágenes, no solo la información que ya dábamos. Personalmente yo hablé con la gente de comunicación del Departament de Salut y del Institut Català de la Salut para decirles que había que abrir el hospital a los medios. Con todas las protecciones que fuera necesario, pero abrirlo. Se propuso hacer un pool de agencias y televisiones y que cada dos o tres fueran a un hospital u otro para que pudieran enseñar lo que estaba pasando. Eso fue el inicio de abrir el hospital a los medios de comunicación.

-       ¿Resultó muy complicado para vosotros gestionar la avalancha de peticiones de periodistas en los peores momentos de la crisis?

-       Desde luego, porque en el departamento de comunicación no incorporamos a nadie y las peticiones se multiplicaron de forma exponencial. Ahora tenemos una media de 20 peticiones diarias diversas, pero durante la pandemia al inicio esto se multiplicó por 20, llegó a las 400 diarias. No solo eran periodistas sanitarios de la prensa generalista y especializada, sino que se sumaron los periodistas no especializados de cualquier medio, ya no solo español, sino también internacional. Fueron jornadas de trabajo de unas 17 horas en la primera ola. Nos llegaban mensajes a las siete de la mañana y a la una de la madrugada todavía estábamos solucionando temas. Gestionamos entrevistas para cualquier medio. Recuerdo a nuestros doctores saliendo en el Sálvame, aunque tuvimos dudas, pero comprendimos que la trascendencia de la pandemia hacía necesario que nuestros profesionales explicaran a la mayor cantidad posible de gente qué estaba sucediendo en ese momento.

-       ¿Fue más difícil manejar a los periodistas no especializados?

-       Por supuesto. Era un colectivo de profesionales a los que no nos dirigíamos habitualmente, por lo que había que ir con mucho cuidado con las cosas que se explicaban. Nuestros portavoces tuvieron que hacer un esfuerzo de divulgación más grande que el habitual incluso, para que estos periodistas que no estaban habituados a trabajar en sanidad no distorsionaran el mensaje, porque era importante y trascendente. Debo decir que, excepto unos pocos casos puntuales, durante un año y medio que llevamos de pandemia, los periodistas se han portado bastante bien. Esto ha tenido también un impacto positivo. Hablar del COVID y hablar tanto de él, ponerlo en la primera plana y que lo hicieran todos los medios creo que fue bueno para que al final, habiendo tenido un impacto muy grande, no fuese tanto como hubiera podido haber sido.

-       ¿Hubo alguna estrategia a la hora de designar portavoces para relacionarse con los medios de comunicación?

-       Nosotros decidimos no tener un único portavoz sino varios. En primer lugar, los portavoces institucionales, que serían el director asistencial, los dos subdirectores de ese momento y el director gerente, a los que íbamos distribuyendo en función de los medios que nos solicitaban datos y su trascendencia. Luego tuvimos los portavoces especializados, que también por suerte fueron más de uno. La Dra. Magda Campins fue la portavoz de Epidemiología, el Dr. Ricard Ferrer como portavoz de Intensivos, el Dr. Tomàs Pumarola como referente de Microbiología, y el Dr. Benito Almirante de Enfermedades Infecciosas. Los portavoces institucionales explicaban cómo estábamos en el hospital y los otros explicaban la enfermedad desde todos los puntos de vista. Yo creo que fue una estrategia que nos fue bien, aunque en ocasiones algún portavoz especializado se convirtió también en portavoz general, porque se aprovechaba para preguntarle de todo. Pero nosotros inicialmente quisimos separarlo, aunque no siempre lo conseguimos porque eran muchas peticiones y muchos contextos diferentes. Pero la idea era disponer de diferentes portavoces para cubrir las necesidades de los medios de comunicación, explicando las cifras del hospital y de la población para saber qué era lo que estaba pasando.

-       ¿Hubo que hacer muchos cambios para adaptarse a la nueva situación?

-       Sí, no fue solo pasarse a Zoom. No era tan solo que la gente no pudiera salir y moverse tanto, es que además nosotros estábamos en un lugar al que no podían venir. Por lo tanto, debíamos intentar que se acercaran al hospital lo mínimo posible. Aún así, no dejaron de venir periodistas desde muy pronto, ya a finales de marzo, sobre todo de televisiones. Hubo también cosas surrealistas. Hemos llegado a grabar nosotros vídeos para televisiones cuando no podían venir. Y lo que hemos institucionalizado ya son las ruedas de prensa también en streaming. Hubo un momento en que solo fueron así pero luego se han ido convirtiendo en un formato mixto de presencial más streaming. Esta herramienta, la verdad es que la hemos utilizado para muchas cosas, tanto para ruedas de prensa como para sesiones informativas o explicaciones internas de lo que estaba pasando. Es algo que creo que ha venido para quedarse. Hubo un momento en que debimos seguir haciendo seminarios y congresos. Algo tan fácil como el streaming permite llegar a mucha más gente. Mientras que en una actividad presencial pueden venir unas cien personas, con el streaming es posible que sean mil, dos mil o tres mil. Comporta un alquiler y un gasto extra, pero que se justifica. Una de las pocas cosas buenas que ha dejado la COVID-19 es que nos hemos adaptado rápidamente a las nuevas tecnologías, a otras maneras de estar en contacto con los periodistas y con los nuestros. Es un añadido que a partir de ahora lo usaremos más.

-       ¿Cuándo empezasteis a pensar que era el momento de hablar de más cosas que no fueran la COVID-19?

-       Fueron los propios periodistas los que nos lo pidieron. Durante la pandemia es cierto que la mayoría de los profesionales o estaban centrados en la COVID-19 o ayudaban y se dedicaban a hacer cosas relacionadas con la COVID-19. La actividad asistencial del hospital se paró, los pacientes no venían y los proyectos de investigación y muchas otras cosas se pararon y, por lo tanto, no había difusión. Pero hubo un momento en que varios periodistas hablaron conmigo para decirme que necesitaban explicar otras cosas y que la gente estaba harta de oír hablar de la COVID-19. Ese fue el momento en el que empezaron a aparecer otros temas. Luego ya, con la segunda y la tercera ola, cuando baja un poco la intensidad, ahí vamos incorporando un poco otros temas, porque hay muchas otras cosas importantes. Pero luego es cierto que en muchos temas hay una relación indirecta con la pandemia. Así, nuevos proyectos, como la apertura de la unidad de semicríticos en nuestro hospital o los cambios en la organización de urgencias son producto de la COVID-19.

-       ¿Fue posible incorporar el teletrabajo en el equipo de comunicación del hospital?

-       Ese es un tema curioso. En nuestro equipo, aquellos que tenían que interactuar con profesionales sanitarios y con los periodistas, grabar vídeos o realizar tareas que requerían de presencialidad, pues estuvieron presenciales. Los que trabajaban en aspectos digitales o de marketing iban haciendo teletrabajo en función de las necesidades. Eso fue en la primera ola. Luego en la tercera, cuando en el hospital hubo brotes, decidimos apostar más por el teletrabajo porque los quisimos evitar, y nos distribuimos por horarios. La gente con más responsabilidad y con reuniones diarias con la dirección que no eran online no lo hicimos, pero gran parte del equipo sí que se turnó en ese momento. Ahora tenemos una cierta vuelta a la normalidad, pero sigue habiendo gente teletrabajando. También esto ha servido para comprobar que la gente que teletrabaja lo hace igual o incluso más que en presencial. Así que el teletrabajo también es otra cosa que ha llegado para quedarse. Lo que pasa es que, claro, nosotros trabajamos en un hospital de la mano de profesionales asistenciales, y una parte dentro de nosotros nos impedía estar en casa si ellos estaban aquí jugándose la vida. Por eso nos cuesta un poco más, pero cuando ha sido necesario el teletrabajo lo hemos hecho y contemplado como una opción.

-       ¿La pandemia ha servido al menos para poner en valor el periodismo sanitario?

Es cierto que una parte buena de esta pandemia ha sido que los contenidos de salud son ahora los que priman en salud. Lo fueron en los momentos más críticos y ahora lo siguen siendo. Por lo tanto, eso egoístamente beneficia a los que se dedican a informar de salud y a las instituciones que tenemos que ver algo con la salud, que hemos conseguido que la sociedad se conciencie sobre la importancia de lo que hacemos. Yo creo que esto ha servido para ponernos en la primera plana, pero ya no pensando en protagonismo sino en concienciación, en hacer entender lo importante que es la investigación y disponer de profesionales buenos cuando pasan cosas como estas.

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