Las personas que viven con obesidad sufren una carga y una presión adicional al resto de las personas que padecen otras enfermedades crónicas
Para conocer esta enfermedad, es necesaria la capacitación humanista de los profesionales sociosanitarios, fomentar su prevención e impulsar un abordaje integral y biopsicosocial
Madrid, 2 de octubre de 2023.- España es uno de los países europeos en el que más personas padecen obesidad. Se estima que un 37,8% de la población española tiene sobrepeso y el 16% obesidad1 y es habitual que se considere la obesidad como un estilo de vida elegido, lo que favorece el estigma social. Esto supone que las personas con obesidad requieran de una atención especial por parte de los profesionales sociosanitarios y, en dicha atención, el aspecto que resulta fundamental para una mayor adaptación a sus necesidades es el de la humanización.
Por este motivo, la Fundación Humans, con la colaboración de Novo Nordisk, ha convocado a un grupo multidisciplinar de expertos para elaborar el Informe HASPO: Humanización de la Atención Sociosanitaria a la Persona que vive con Obesidad. El objetivo de ambas entidades con este proyecto ha sido identificar, desde distintas perspectivas, cuáles son actualmente las carencias y necesidades en la aproximación a las personas que viven con obesidad en España para, una vez analizadas, realizar propuestas de mejora que permitan abordar las dimensiones de la humanización y que estas reviertan a favor de las personas y su entorno, así como de los profesionales de la salud y los gestores sanitarios; en definitiva, de la sociedad.
“Este proyecto destaca la importancia de abordar la obesidad desde una perspectiva integral y humana. Algunas de las principales conclusiones son que la estigmatización y la discriminación deben abordarse de manera enérgica, y que se requiere una formación continua para los profesionales de la salud en la atención sociosanitaria a personas con obesidad. También es esencial proporcionar recursos adecuados para el tratamiento y el apoyo emocional a largo plazo. Las necesidades incluyen la promoción de una imagen corporal positiva y el fomento de un ambiente de atención libre de juicios”, explica Julio Zarco, presidente de la Fundación Humans y director gerente del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid.
Por su parte, Silvia Meije, directora del departamento de Acceso al Mercado y Relaciones Institucionales de Novo Nordisk España, señala que “la repercusión individual, familiar y social de la obesidad es muy alta, por lo que confiamos en que el Informe HASPO permita dar un importante paso tanto para abordarla de la forma más eficaz y segura para los pacientes, como para concienciar sobre la necesidad de considerarla exclusivamente desde el punto de vista médico, sin estigmatizarla socialmente”.
Como se advierte en el Informe HASPO, vivir con obesidad significa padecer una enfermedad crónica multifactorial que ocasiona una alta morbimortalidad y un gran rechazo social. Sin embargo, esto aún no se ha interiorizado por parte de muchos profesionales sociosanitarios y la sociedad en general. De hecho, Federico Luis Moya, paciente y director ejecutivo de la Asociación Bariátrica Híspalis Nacional, Asociación de Pacientes Bariátricos y Obesidad (ABHíspalis Nacional), llama la atención sobre que “no somos gordos o gorditos, sino que somos personas que viven con una enfermedad crónica. Y son muchas las carencias que nos encontramos en la atención sanitaria que recibimos”. En concreto, Federico incide en que, por ejemplo, “falta un diagnóstico temprano. Es evidente que es necesaria más formación en los profesionales sanitarios, así como recursos materiales y técnicos para ello”.
La realidad de las personas que viven con obesidad
Como deja constancia el Informe HASPO, las personas que viven con obesidad sufren una carga y una presión adicional con respecto al resto de las personas que padecen otras enfermedades crónicas como la diabetes, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o la hipertensión. De ahí que las consecuencias de la obesidad a nivel mental también sean reseñables. “Existe un sentimiento de culpabilidad hacia la persona que vive con obesidad impuesto por la sociedad. De hecho, es habitual en nuestro entorno escuchar comentarios como está así porque quiere o que se cosa la boca y se mueva, lo cual genera un impacto muy negativo en el bienestar psicológico e incrementa su propensión a una baja autoestima, mala imagen del propio cuerpo y depresión”, asegura Federico Luis Moya.
Por tanto, a la hora de atender a la persona con obesidad, los profesionales de la salud deben tener en cuenta todas las esferas que implica este abordaje y que son: la esfera mental, mecánica, metabólica y socioeconómica. Sin embargo, como se detalla en el Informe, en el propio sistema sanitario falta conciencia de lo grave que es la obesidad. Existen varias barreras, como no reconocer la relación de la obesidad con otras patologías como causa o consecuencia (por ejemplo, obesidad y asma, obesidad y cáncer), no establecer un diagnóstico ni implicarse en el tratamiento, bien directamente o derivándolo a otros profesionales, o mucha desmotivación para afrontarla porque es una patología difícil de tratar.
Dada la importante magnitud de este problema y como detalla Julio Zarco, “es fundamental involucrar a la sociedad en su conjunto para que comprenda que la obesidad es una condición de salud compleja y que las personas que viven con ella merecen respeto y apoyo. La colaboración con organizaciones de pacientes, la promoción de la educación en nutrición y el ejercicio de manera equilibrada, y la implementación de políticas que fomenten un entorno saludable y accesible son pasos adicionales necesarios para avanzar en la humanización de la atención sociosanitaria a personas con obesidad. En última instancia, se trata de tratar a todas las personas con dignidad y empatía, independientemente de su condición de salud”.
¿Cómo fomentar la atención humanizada de la persona con obesidad en el entorno sanitario?
El Informe HASPO está elaborado por un comité de expertos de diferentes colectivos que están en contacto con la obesidad (endocrinología, medicina interna, enfermería, nutrición, Atención Primaria, psicología, gerentes, asistentes sociales, expertos en deporte, etc.). En el mismo, y tras un exhaustivo trabajo para identificar las carencias o necesidades más acuciantes y concretas de las personas que viven con obesidad, se detallan unas líneas estratégicas y acciones específicas para mejorar la humanización de la atención sociosanitaria a las personas con obesidad.
Formación específica sobre hábitos saludables para la prevención de la obesidad en el ámbito educativo, sensibilizar a los profesionales sanitarios sobre personas con obesidad (insistiendo en los conceptos de la obesidad como enfermedad y la importancia del estigma asociado), formación universitaria mínima obligatoria sobre obesidad en los grados de Medicina y Ciencias de la Salud o crear un decálogo de acciones en los hospitales que garanticen la intimidad de las personas con obesidad, son algunas de las propuestas para avanzar hacia un diagnóstico, control y abordaje integral de las personas que viven con obesidad.
“Un trabajo con el que hemos puesto sobre la mesa los problemas más importantes con los que se encuentran las personas que viven con obesidad vistos desde los ojos de los principales actores implicados en esta patología. Ahora esperamos que se siga trabajando para lograr el cambio”, afirma Federico Luis Moya.