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En España, aproximadamente 800.000 personas reciben algún tipo de tratamiento anticoagulante para tratar la fibrilación auricular (FA)[i], la arritmia cardíaca más común[ii]. No obstante, aproximadamente el 40% de los pacientes no están bien controlados (infradiagnóstico o falta de diagnóstico precoz)[iii],[iv]. Los principales riesgos son el ictus, que supone en España la primera causa de muerte en las mujeres y la segunda en hombres[v],[vi], y la embolia sistémica, episodios de sangrado lo suficientemente graves como para producir la muerte o invalidez total de quienes los sufren. Para prevenirlos, expertos reunidos en el Congreso de la Sociedad Española de Cardiología han reclamado seguir las recomendaciones de las guías europeas e incluir a los anticoagulantes orales como primera elección en pacientes con FA dentro del informe de posicionamiento terapéutico de la AEMPS, priorizando su uso respecto a los antivitamina K (AVK) y el sintrom.

Según el doctor Iñaki Lekuona, jefe del servicio de Cardiología del Hospital de Galdakao y moderador de la mesa “Abordaje multidisciplinar de la Anticoagulación en España”, patrocinada por la alianza Bristol-Myers Squibb y Pfizer con una beca no condicionada, la llegada de los ACODs y los nuevos estudios realizadoshan demostrado una mejora significativa en eficacia, eficiencia y sobre todo seguridad en los tratamientos para pacientes con FA en comparación con los AVK, lo que conduce a una mejora en la reducción del riesgo de presentar episodios tanto embólicos como hemorrágicos[vii],[viii]. En este sentido, ha remarcado la necesidad de una correcta indicación y uso de los ACODs porque “existen barreras de acceso en las comunidades autónomas que son contradictorias con los criterios y estudios clínicos, lo cual  perjudica en última instancia la salud de los pacientes”.

El doctor Jaime Masjuan, jefe del Servicio de Neurología de Hospital Ramón y Cajal, participante en el mismo simposio, ha apuntado también los riesgos que puede conllevar el tratamiento con los anticoagulantes tradicionales. Así, ha resaltado que “es difícil de entender cómo, a pesar de los innegables beneficios de los ACODs, éstos siguen siendo relegados por las administraciones públicas y su porcentaje de utilización es de sólo el 24%”. En esta línea, ha continuado explicando cómo “en algunas comunidades autónomas, no es hasta después de padecer un segundo ictus cuando los pacientes pueden acceder a ACODs bajo financiación pública, por lo que en muchos casos los facultativos recomendamos que se paguen ellos mismos estos medicamentos”. Por eso, ha reivindicado el papel de los pacientes: “No sólo es fundamental informarles sobre los síntomas del ictus con el objetivo de que puedan identificarlos y acudir con celeridad a los hospitales, en muchos de los cuales existen unidades especializadas, sino también para que reclamen el acceso a los mejores tratamientos disponibles”.

En el debate multidisciplinar organizado por la alianza Bristol-Myers Squibb y Pfizer, también han participado otros expertos de referencia en diferentes especialidades como el doctor Juan Cosín  Cardiólogo en el Hospital Arnau de Vilanova; la doctora Olga Gavín, especialista en Hematología del Hospital Lozano Blesa; el doctor Juan Tamargo, catedrático de Farmacología de la Universidad Complutense; y el doctor Carles Brotons, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y miembro del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud de SEMFYC.

Entre las conclusiones de la mesa, se encuentra la importancia de mejorar el control de los pacientes anticoagulados para evitar el ictus tanto isquémico como hemorrágico, así como la hemorragia cerebral. Sus importantes consecuencias directas para las personas y sus familiares, así como indirectas para el sistema sanitario, exigen la necesaria colaboración entre las diferentes especialidades médicas para reducir su incidencia.

Acerca de la colaboración entre Bristol-Myers Squibb y Pfizer

En 2007, Bristol-Myers Squibb y Pfizer iniciaron una colaboración mundial para desarrollar y comercializar Eliquis® (apixaban), un anticoagulante oral de acción directa en investigación descubierto por Bristol-Myers Squibb. Esta alianza global combina la larga trayectoria de Bristol-Myers Squibb en el desarrollo y comercialización de medicamentos cardiovasculares con la relevancia a escala global de Pfizer y su experiencia en esta área.

Acerca de Bristol-Myers Squibb

Bristol-Myers Squibb es una compañía biofarmacéutica global cuya misión es descubrir, desarrollar y comercializar tratamientos innovadores que ayuden a los pacientes a superar enfermedades graves. Más información sobre la compañía en http://www.bms.es

Pfizer, trabajando juntos por un mundo más sano®

En Pfizer desarrollamos terapias innovadoras para contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas a través de la ciencia y de todos los recursos de los que disponemos. Nos esforzamos para que nuestros medicamentos estén a disposición de los pacientes y de los profesionales sanitarios ajustándose a los más altos estándares de calidad y seguridad gracias al descubrimiento, desarrollo y fabricación de tratamientos para el cuidado de la salud.

Desde hace más de 150 años, Pfizer mantiene un compromiso con la sociedad que le lleva, en estos momentos, a contar con medicamentos, vacunas y algunos de los productos de consumo para el cuidado de la salud más conocidos del mundo. Los colaboradores de Pfizer se esfuerzan para mejorar el bienestar, la prevención y la eficacia de los tratamientos con los que cubrir las necesidades médicas de nuestro tiempo. Consecuentes con nuestra responsabilidad con las personas, colaboramos con todos los implicados para garantizar el acceso a nuestras medicinas y apoyar la mejor asistencia al paciente de manera asequible y fiable. Para obtener más información, visítenos en www.pfizer.es.

 



[i] FEASAN. Análisis del perfil sociosanitario del paciente anticoagulado en España. 2013.

[ii] Camm AJ, Kirchhof P, Lip GY, Schotten U, Savelieva I, Ernst S, et al. Guidelines for the management of atrial fibrillation: the Task Force for the Management of Atrial Fibrillation of the European Society of Cardiology (ESC). Eur Heart J. 2010; 31: 2369-429.

[iii]  Barrios V, Escobar C, Calderón A, Rodríguez Roca GC, Llisterri JL, Polo García J. Uso del tratamiento antitrombótico según la escala CHA2DS2-VASc en los pacientes con fibrilación auricular en atención primaria. Rev Esp Cardiol. 2014; 67:150-1.

[iv] Clua Espuny JL, Lechuga Duran I, Bosh Princep R, Roso Lorach A et al.Prevalencia de la fibrilación auricular desconocida y la no tratada con anticoagulantes. Estudio AFABE. Rev Esp Cardiol. 2013; 66:545-52.

[v] Instituto Nacional de Estadística. Defunciones según la causa de muerte. 2006.

[vi] Álvarez Sabín J, Mortalidad hospitalaria por ictus. Rev Esp Cardiol. 2008; 61:1007-9.

[vii] Lin I at al., Contemporary results from EHR study of real-world bleeding risk among elderly and overall non-valvular atrial fibrillation patients prescribed apixaban, dabigatran, rivaroxaban and warfarin, Eur Heart J 2016: 37 (Abstract Supplement), 235-236.

[viii] Hohnloser S at al., Risk of bleeding with non-vitamin K antagonists and phenprocoumon in routine care patients with non-valvular atrial fibrillation, European Heart Journal ( 2016 ) 37 ( Abstract Supplement ), 513.

 

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