En los últimos años, la sociedad ha ido dejando atrás la idea de la maternidad en solitario como un estigma. Es un hecho que, actualmente, las mujeres que eligen este camino reciben mucho más apoyo y que el ser madre en solitario por decisión propia se ha asentado como una opción más para vivir la maternidad. En España, muchas de las que toman este camino son mujeres mayores de 35 años, con un alto nivel educativo y estabilidad económica, que han postergado la maternidad por motivos personales o profesionales. Asimismo, cada vez son más las mujeres que deciden ser madres en solitario. Desde el 2012 hasta el 2022 la cifra se ha incrementado un 32,8%.
“Cuando a nivel personal sentí que llegó el momento de iniciar el proceso, no lo dudé. El deseo de ser madre lo tengo desde que era adolescente y siempre tuve claro que, tuviera o no pareja, no quería quedarme sin vivir la experiencia de la maternidad”, explica Lola, que ya está embarazada de su segundo hijo. Sin embargo, la maternidad en solitario conlleva importantes desafíos emocionales. La incertidumbre respecto al embarazo y la ausencia de red familiar, sumadas a las circunstancias personales, son cuestiones con las que deben lidiar muchas de estas mujeres. “En mi caso, la primera maternidad la inicié trabajando fuera de España, por lo que uno de los mayores desafíos emocionales fue estar lejos de la familia”, añade.
En lo que respecta a la percepción de la sociedad de la maternidad en solitario, la flexibilidad laboral y la conciliación familiar continúan siendo cuestiones en las que todavía hace falta progresar. “Aunque últimamente han mejorado las políticas respecto a la baja maternal de madres en solitario, los trabajos con turnos de tarde, noche o fines de semana siguen haciendo incompatible la vida laboral con el cuidado de los hijos. Afortunadamente, siempre he sentido el apoyo por parte de familia, amigos y compañeros”, concluye la madre.
La reproducción asistida, el camino hacia una maternidad en solitario
La medicina reproductiva supone un papel fundamental en el proceso de la maternidad en solitario, ofreciendo diferentes tratamientos para hacer posible el embarazo sin la necesidad de una pareja. Las mujeres que desean ser madres en solitario tienen varias opciones de reproducción asistida, dependiendo de su edad, salud reproductiva y preferencias. “Si bien las tasas de éxito son similares tanto para madres en solitario como para aquellas con pareja, cada caso es único. El primer paso siempre debe ser realizarse una evaluación personalizada para así dar con el tratamiento más adecuado y adquirir unas expectativas realistas”, comenta la Dra. Teresa Lozano Liaño, Ginecóloga Responsable de Ginemed Huelva.
En los últimos años, varios avances tecnológicos han mejorado significativamente las tasas de éxito en los tratamientos de reproducción asistida. La clave del éxito se basa en los tratamientos personalizados, los cuales permiten ajustar cada tratamiento a las circunstancias particulares de cada paciente. “La última tecnología nos permite obtener embriones de alta calidad, aumentando así las tasas de éxito en todos los tratamientos de reproducción. Algunos de los más importantes son la FIV-ICSI y la vitrificación de óvulos y embriones, una técnica de congelación ultrarrápida que preserva la viabilidad de óvulos y embriones con una tasa de supervivencia muy alta”, explica la Dra. Teresa Lozano Liaño.
Escoger el mejor tratamiento para lograr el embarazo por reproducción asistida
Los factores que pueden influir en la elección de la técnica son múltiples. Siempre se valorará el caso de forma personalizada y se decidirá conjuntamente qué tratamiento realizar dependiendo de las características de la mujer, edad y reserva de óvulos. La edad y la reserva ovárica son los primeros indicadores a los que prestarán atención los expertos en reproducción asistida. “En mujeres menores de 35 años y con buena reserva ovárica, la inseminación artificial con semen de donante suele ser la primera opción, ya que es una técnica menos invasiva y más económica. En mujeres con más edad o una reserva ovárica baja, recomendaremos la FIV con semen de donante por sus mayores tasas de éxito”, apunta la doctora.
Por otro lado, en la decisión de recurrir a la reproducción asistida en el caso de las mujeres que deciden emprender una maternidad en solitario, influyen una serie de factores psicológicos y emocionales, que pueden variar dependiendo de la historia personal de cada paciente. “Algunas mujeres pueden llegar a sentir que deben justificar sus decisiones ante familiares o amistades que no comprenden la situación. Asimismo, la incertidumbre sobre si el tratamiento funcionará puede generar altos niveles de ansiedad. Por eso, se debe de ofrecer un acompañamiento integral que apoye tanto en la parte clínica como en la emocional”, explica Loreto Naranjo Pérez, psicóloga de Ginemed Huelva.
Más allá del entorno de la paciente, el cual juega un papel especialmente importante en el caso del bienestar de las madres en solitario, afrontar todas las fases de un procedimiento de reproducción asistida sin el acompañamiento de una pareja puede repercutir en su autoestima e incluso en la autopercepción de su rol de madre. “Una de las dinámicas que se practica en las sesiones de terapia para mamás solas por elección es la creación de espacios de escucha activa en los que puedan expresar libremente temores, frustraciones o ilusiones, sin sentirse juzgadas. Es importante que comprendan que su experiencia es una forma de vivir la maternidad tan válida como cualquier otra”, concluye la experta de Ginemed.