Una habitante de la localidad de Puerto Serrano, Cádiz, salvó su vida gracias al uso de un desfibrilador de la empresa B+Safe por parte de los empleados. La disponibilidad del dispositivo y la formación de la plantilla permitieron que la afectada superara el paro cardíaco gracias a la iniciativa realizada por el ayuntamiento de esta localidad gaditana.
La incidencia tuvo lugar una noche del pasado mes de febrero, cuando la mujer de 80 años de edad perdió el conocimiento y se quedó sin pulso. En ese momento, el personal a cargo utilizó un desfibrilador externo automático para aplicarle las descargas indicadas y posteriormente un masaje cardíaco, protocolo que hizo posible la recuperación de la anciana, que a los pocos días volvió a hacer vida normal.
La apuesta por la cardioprotección realizada por el municipio gaditano, que abarca también a la formación de personal, y la diligencia de los empleados fueron fundamentales para salvar esta vida. La rápida intervención fue crucial para revertir la parada cardíaca y evitar secuelas graves.
El alcalde de la localidad gaditana de Puerto Serrano, Miguel Carrero, destaca que desde el Ayuntamiento siempre ha habido un gran compromiso hacia la cardioprotección: “acometimos unas deudas pendientes de la anterior gestión e instalamos los desfibriladores. Tenemos intención de ampliar el número de equipos, a la vista están los resultados, y es que estamos convencidos de que es algo imprescindible para el municipio, que ya cuenta con el de la residencia y las instalaciones deportivas”.
Carrero considera que las condiciones ofrecidas por B+Safe fueron esenciales para incorporar estos dispositivos: “nos ofrecieron unas garantías de mantenimiento y revisión y un gran compromiso, además nos ha satisfecho mucho su servicio. Está claro que lo mejor es no utilizarlos, pero es importante contar con los desfibriladores para estas circunstancias”.
“Los casos de vidas salvadas son una satisfacción para todos los que trabajamos en este sector”, destaca Nuño Azcona, director general de B+Safe. A su vez, insiste en que disponer de estos dispositivos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte: “se trata de soluciones que pueden salvar vidas, y ese debe ser el máximo compromiso para toda la sociedad”, añade Azcona.