Durante los últimos 25 años, los biólogos han demostrado que unas proteínas llamadas sirtuínas pueden frenar el envejecimiento en muchas especies de animales. Una manera eficaz de obtener estas proteínas es mediante la restricción calórica, es decir, comiendo menos durante el día / ayunando intermitentemente.

Un equipo del MIT liderado por la catedrática Li–Huei Tsai ha revelado que las sirtuínas pueden también impulsar la memoria y el poder cerebral; un descubrimiento que puede llevar a nuevos medicamentos contra el Alzheimer y otros desórdenes neurológicos.

Los efectos de las sirtuínas en las funciones cerebrales, incluyendo el aprendizaje y la memoria, representan un nuevo y sorprendente rol, dice Tsai, catedrática Picower de Neurociencia e investigadora del Instituto Médico Howard Hughes. “Cuando revisas la literatura , las sirtuínas siempre están asociadas con la longevidad, las vías metabólicas, la restricción calórica, la estabilidad del genoma, y así sucesivamente. Nunca se había demostrado que desempeñasen un papel en la plasticidad sináptica“.

La plasticidad sináptica, la habilidad de las neuronas para fortalecer o debilitar sus conexiones en respuesta a nueva información, es crítica para el aprendizaje y la memoria. Drogas potenciales que aumentan la plasticidad incrementando la actividad de la sirtuína podrían ayudar a pacientes con desórdenes neurológicos como el Alzheimer, el Párkinson y la enfermedad de Huntington.

Se ha probado que con el ayuno intermitente aumentan los siguientes hormonas que ayudan a adelgazar y a mejorar el estado de ánimo:

1.Adiponectina: despega la grasa de las paredes arteriales reduciendo la inflamación y la génesis de la placa de ateroma y tiene la capacidad de prevenir y mejorar la arteriosclerosis durante el ayuno

2.Sirtuína: proteína/encima descubierta recientemente en relación con la investigación sobre el ayuno y la mayor longevidad. Resetea el cuerpo durante el ayuno, reparando los genes dañados y las células enfermas ó alteradas. Recientes trabajos de Li Huei Tsai evidencian también su influencia en la mejora de la memoria y la capacidad intelectual.

3.Adrenalina: responsable de una mayor actividad y concentración cerebral, aumenta la liberación de ácidos grasos y facilita su uso como combustible.

4.Hormona de crecimiento: fomenta la lipólisis, y reduce la utilización periférica de la glucosa. Aumenta la síntesis de proteínas. Es probable que rejuvenezca la piel y las mucosas, aunque aún está en estudio.

5.Glucagón: evita descensos en sangre de glucosa durante ayunos de hasta 24 horas. 6.Cortisol: en ayuno, contribuye a la liberación de ácidos grasos por sí mismo, y además, permite a la adrenalina y a la hormona de crecimiento movilizar depósitos

grasos.
7.Adiponectina: despega la grasa de las paredes arteriales reduciendo la inflamación y

la génesis de la placa de ateroma.

Durante el ayuno, la glucosa se mantiene estable en sangre gracias al glucagón y a las reservas del hígado. El cerebro consume principalmente glucosa, pero también tiene combustibles alternativos procedentes de la grasa (cuerpos cetónicos).

Con la ingesta, la presencia de glucosa extra en la sangre, estimula la síntesis de insulina, cuya misión principal es posibilitar la entrada de la glucosa en los músculos relajados en periodo postprandial, permitiendo que estos recarguen energía por la noche para el día siguiente. También favorece el almacenamiento de glucosa en el hígado y en el tejido adiposo.

Durante el día, con el ejercicio, la captación de glucosa por el músculo no necesita insulina. La captación de glucosa por el cerebro no necesita insulina.

La esperanza de vida aumenta, por lo menos, un 15%, dándole además salud a esos años extra. También se nota una mayor concentración en tus actividades diarias. Se llevan a cabo con mayor destreza, por lo que los resultados son mejores.

El doctor Luis Vecilla Rivelles es uno de los seguidores de esta tendencia y de la que habla en su nuevo libro, “¡No es hora de comer! ¡Es hora de andar!”.

En él, cuenta su experiencia realizando un régimen que propone cambiar la hora de la comida por dar un largo paseo. Narra su punto de vista personal, con la esperanza de adaptar este plan a la mentalidad española. Una dieta polémica entre algunos endocrinos, ya va en contra de la tendencia general, al hablar de no desayunar ni comer, y sólo cenar, pero también de algunas industrias del sector.

Licenciado en Medicina y Cirugía por la universidad Autónoma de Madrid con la calificación de sobresaliente fue expedido en marzo de 1985. Es médico especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética. Realizó su residencia vía MIR en el servicio de Cirugía Plástica del Hospital de Cruz Roja Española San José y Santa Elena, de Madrid, desde enero de 1986 hasta diciembre de 1990. Incluyendo también el Centro de Quemados y C. Plástica de Cruz Roja.

Fue facultativo Especialista de Área en Cirugía Plástica como adjunto al Servicio de C. Plástica del Hospital Universitario de Getafe (Madrid) desde el 4 de abril de 1991 hasta el 8 de mayo de 2001, que dejó el servicio voluntariamente para dedicarse por entero a la Cirugía Estética.

A los 49 años, en 2009, sufrió un infarto con parada cardiaca. Esta experiencia le llevó a dejar de fumar y a intentar adelgazar, sin éxito, por todos los medios.

En 2016 encontró un libro escrito por un medico japonés titulado “Un día una comida”. El Dr. Yoshinori Nagumo, habla del ayuno como fuente de salud, no solo para adelgazar de forma rápida y segura, sino también para prevenir y curar las enfermedades asociadas al síndrome metabólico.

Decidió comenzar a aplicar el régimen del médico japonés y perdió rápidamente los 20 kilos que había ganado antes del infarto. Se estabilizó y controló su ansiedad. Esta fue desapareciendo en todas las áreas de su vida. Comenta que “es como si estuvieran cruzadas, y al mejorar una, mejoran todas.”.

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Paula Suárez

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