Los embriones humanos pueden corregir en su desarrollo las anomalías cromosómicas. Según diferentes investigaciones, la mayoría de embriones humanos contiene proporciones variables de células portadoras de anomalías cromosómicas. “Sin embargo -explica el doctor Jan Tesarik- la frecuencia de estas células disminuye durante su posterior evolución, sugiriendo la existencia de un mecanismo de autocorrección. Todo parece indicar que los embriones humanos están genéticamente programados para detectar anomalías cromosómicas en sus células y eliminar selectivamente las células afectadas”.
En un artículo publicado por el investigador granadino y director de la Clínica MARGen en el último número de la revista Reproductive Biomedicine Online se analiza el fenómeno de autodefensa de los embriones humanos contra las consecuencias de anomalías cromosómicas. “Este tipo de anomalías es un fenómeno común en los embriones -señala Tesarik- pero su frecuencia aumenta significativamente en el caso de madres de más edad, a causa del aumento de errores en los óvulos”.
Sin embargo, los errores causantes de anomalías cromosómicas se pueden producir también durante las primeras divisiones celulares después de la fecundación y, en una proporción menos importante, pueden venir aportadas por el espermatozoide. Muchas, aunque no todas, de las células cromosómicamente anormales contienen dos o más núcleos cada una, un fenómeno llamado multinucleación, mientras que una célula normal tiene que tener un solo núcleo.
En base a estas observaciones, la mayoría de clínicas de reproducción asistida evita la transferencia de embriones con células “multinucleadas”, sin embargo estudios recientes señalan que la transferencia de embriones multinucleados origina embarazos y nacimientos similares a los de los embriones normales, aunque la probabilidad de embarazo es ligeramente inferior.
“Estos resultados no son una sorpresa y basta mirar los resultados publicados en los primeros 10 años de la historia de la fecundación in vitro para entenderlo”, comenta Tesarik. “Nuestro equipo público en 1987, en la revista Human Reproduction, que las células multinucleadas de embriones humanos quedan paradas en su desarrollo y su expresión genética queda bloqueada, a la diferencia de las células normales de los mismos embriones. De esta manera, la mayoría de células afectadas por anomalías cromosómicas se autoexcluyen de la participación en el futuro desarrollo del embrión y desaparecen progresivamente, mientras que las células sanas siguen adelante y dan finalmente lugar a un feto normal, libre de anomalías cromosómicas. La multinucleación es una mera expresión morfológica de este proceso de autodestrucción celular selectiva”.
Tesarik cita otros trabajos, como el publicado en 2015 por un equipo japonés, que mostraba que los embriones en los cuales se detectaron células multinucleadas, 2 o 3 días después de la fecundación, tenían menos probabilidad de continuar su desarrollo hasta el día 5. Sin embargo, los que lo alcanzaron tenían la misma capacidad de implantarse en el útero y originar un embarazo normal después de ser transferidos. En la misma línea se inscriben los resultados de un grupo canadiense, publicados en el año 2016, que muestran que los embriones inicialmente multinucleados que han podido continuar su desarrollo hasta el día 5 no presentan una tasa de anomalías cromosómicas más elevada que los embriones que parecían “normales” desde el inicio de su desarrollo.
Paralelismo con las células precancerosas
El mecanismo de esta autocorrección es similar al de la eliminación de células de organismos adultos que acumularon errores cromosómicos que les podrían convertir en células cancerosas. En ambas situaciones, el proceso pasa por una parada de división celular, caracterizada por la aparición de múltiples núcleos antes de la desaparición definitiva de estas células.
“El estudio de los paralelismos de los mecanismos de autocorrección de los embriones y de la eliminación de las células adultas precancerosas podrá ayudar, a medio y largo plazo, a profundizar nuestro conocimiento en ambos campos de investigación”, indica Tesarik, que concluye: “hoy es urgente revisar los criterios utilizados para seleccionar embriones derivados de la fecundación in vitro para ser transferidos en el útero de la paciente, para evitar la destrucción voluntaria de embriones viables pero considerados erróneamente anormales sobre la base de utilización de criterios anticuados”.