Esta pandemia nos ha puesto contra las cuerdas como sociedad, y en ello el sistema de prevención y tratamiento de las adicciones no ha sido una excepción. El sufrimiento de estos meses y los venideros serán recordados junto al de otras grandes epidemias de la historia (las pestes medievales, la gripe del 1918 o los primeros casos de VIH). Profesionales del ámbito de las adicciones han llevado a cabo un esfuerzo titánico en condiciones extremas para mantener la mejor atención posible de los afectados por este trastorno: “No solo era una obligación ética como profesionales sanitarios y sociales sino también una militancia en la lucha contra el estigma y en el reconocimiento de la dignidad de las personas que padecen una adicción, sus familiares y amigos”, explica Hugo López, vicepresidente segundo de SOCIDROGALCOHOL.
Sin embargo, ahora el riesgo es mucho mayor y la oposición al estigma existente hacia las personas que padecen una adicción es una urgencia de vital importancia. En un momento en que la economía global está sometida al mayor estrés de la última década y el sistema sanitario y de provisión social ha padecido un golpe demoledor, podría existir la tentación de dejar la prevención y el tratamiento de las personas que sufren una adicción en el último lugar de la lista, priorizar otras patologías u otros problemas sociales. Este proceder sería un gran error y una nueva muestra de estigma. Sobre todo, cuando sabemos que la crisis económica, como las anteriores, va a golpear especialmente a los más vulnerables, entre ellos las personas que padecen adicciones.
López afirma que en oposición a esta visión discriminatoria, “desde Socidrogalcohol proponemos que la era post-COVID-19 sea una nueva oportunidad para repensar y reorganizar el sistema de atención y prevención de las adicciones. Esperamos que sea el momento de actualizar el sistema a partir de las muchas iniciativas basadas en la evidencia que estaban pendientes de aplicar o profundizar (reducción de daños y housing first, telemedicina y salud digital, promocionar la inserción laboral, tratamiento integrado de las adicciones, la salud mental y la asistencia sanitaria en general, tratamientos y prevención centradas en el usuario y en el paciente, etc.)”.
En los años 80 se organizó un sistema de atención basado en dar respuesta a una epidemia que estuvo a punto de acabar con toda una generación: la heroína. “En los años 20 del siglo XXI tenemos la oportunidad de aprovechar esta crisis para ahondar en la reforma de un sistema de atención y prevención de las adicciones que es más diverso y más complejo. Sería la mejor respuesta contra el estigma de las adicciones, la mejor oportunidad para reconocer el valor humano de los más vulnerables y la forma de homenajear a los damnificados por la crisis sanitaria que estamos sufriendo”, afirma el vicepresidente.
ACTIVIDAD ONLINE PARA CELEBRAR ESTE DÍA
La actual situación ha hecho que sea necesario replantearse el modo de organizar las actividades, y en esta celebración no podía ser de otra manera. Por este motivo Socidrogalcohol ha organizado el mismo 26 de junio a las 13h un streaming online en el que participará el doctor Iván Darío Montoya, Director Clínico de la División de Farmacoterapias y Consecuencias Médicas de Abuso de Drogas del National Institute on Drug Abuse de EEUU.
La pandemia de COVID-19 ha tendido devastadoras consecuencias económicas, sociales y en la salud de la población. Poco se conoce de sus efectos en las personas que abusan de las drogas. Sin embargo, debido a los riesgos y las características clínicas de la infección, se puede sospechar que las personas que consumen drogas tienen un mayor riesgo de adquirirla y presentar complicaciones médicas y psicosociales.
Montoya hablará de la escasa investigación y reportes preliminares y anecdóticos que sugieren que han aumentado las sobredosis por drogas y el consumo de algunas sustancias como el alcohol, cánnabis y tabaco, posiblemente como resultado de la soledad y el tedio producidos por el largo confinamiento: “Uno de los aspectos fundamentales en la prevención de la adquisición y transmisión de la infección es promover el distanciamiento físico para evitar la trasmisión del virus de persona a persona. Esta condición es con frecuencia limitada en pacientes que consumen drogas debido a los aspectos sociales del consumo, problemas de hacinamiento en la vivienda, dificultades socioeconómicas y legales. Las personas que abusan de las drogas y adquieren la infección pueden tener riesgo más alto de presentar complicaciones, por ejemplo, respiratorias en pacientes que fuman o vaporizan tabaco y otras sustancias”.
El doctor asegura que el impacto más claro de la pandemia ha sido el rápido desarrollo e implementación de métodos virtuales para el diagnóstico y tratamiento de los pacientes con Trastornos por Uso de Sustancias y la pronta adaptación de tratamientos para permitir la dosificación de medicamentos desde la casa y el manejo psicosocial por teléfono o en línea.
La falta de información científica ha creado la necesidad urgente de obtener información objetiva para determinar el impacto de la pandemia de COVID-19 en las personas que consumen substancias. Para ello el Instituto Nacional Sobre el Abuso de Drogas (NIDA) y los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de los Estados Unidos han publicado múltiples oportunidades de financiación de proyectos de investigación en la prevención, diagnóstico y tratamiento de pacientes con COVID-19 y en particular aquellos que abusan drogas: “El propósito de la presentación es revisar el impacto en la salud pública de la doble epidemia de uso drogas y COVID-19 y los planes de investigación para comprenderla y combatirla”, concluye.
La conferencia se titula: “El impacto del COVID-19 en el abuso de drogas”. Toda la información y el acceso está en www.socidrogalcohol.org
Para más información y/o entrevistas:
Mireia Pascual Mollá. Periodista de Socidrogalcohol.
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