Al descenso continuado de la natalidad en España se ha sumado el aplazamiento de muchos planes familiares orientados a tener hijos a causa de la Covid-19. La llegada de las vacunas y la esperanza de superar la pandemia ira acompañada muy probablemente de un repunte de embarazos y nacimientos y llevará a muchas parejas a buscar nuevas soluciones a sus problemas de fertilidad. Para orientarlas, la Clínica MARGen de Granada ofrece una hoja de ruta que les ayudará a cumplir el deseo de ser padres en 2021.
Principales causas de infertilidad femenina
El problema principal de infertilidad de la mujer está relacionado con la edad, provocado por una tendencia general de posponer la maternidad hacía edades cada vez más avanzadas. En paralelo, algunas mujeres jóvenes pueden sufrir enfermedades que disminuyen su fertilidad.
Las principales causas de infertilidad en mujeres jóvenes están relacionadas con diferentes anomalías del sistema endocrino o inmunológico, anomalías de la cavidad uterina, adenomiosis y endometriosis. La mayoría de estas enfermedades se pueden curar con éxito, siempre que se hayan diagnosticado adecuadamente. Los tratamientos puedes ser medicamentosos, como es el caso de anomalías endocrinas, (por ejemplo anomalías de la glándula tiroidea o el diabetes), y algunos casos de la infertilidad del origen inmunológico. El tratamiento con la melatonina (4-5 mg al día antes de dormir), además de proporcionar una protección directa e indirecta contra la COVID-19, ayuda en los casos de adenomiosis y endometriosis, según estudios publicado por los doctores Jan Tesarik y Raquel Mendoza-Tesarik, directores de la clínica MARGen de Granada. Ademas, las anomalías de la cavidad uterina se pueden detectar mediante un método no invasivo e indoloro, llamado histeroscopia sonográfica virtual, desarrollado por la Clínica granadina.
La situación es diferente para las mujeres con una pre-menopausia natural (relacionada con la edad) o prematura. En estos casos se ve afectada tanto la cantidad como la cualidad de los óvulos que puedan ser obtenidos después de la estimulación ovárica. Existen métodos bastante fiables para detectar la importancia de ambas condiciones en cada mujer examinada. Según los doctores Jan Tesarik y Raquel Mendoza-Tesarik, la probabilidad de las mujeres de 40 o más años de edad de tener un hijo puede mejorar por la administración de la hormona de crecimiento. Recientemente, el mismo equipo investigador ha identificado un test de sangre que permite predecir la cualidad de los óvulos de mujeres jóvenes que también podrían beneficiarse del tratamiento con la hormona de crecimiento. A parte de la hormona de crecimiento, es importante evaluar, de una manera estrictamente personalizada, la condición de cada una de estas mujeres para no mirar solo la causa principal (problemas de óvulos) y no olvidarse de otros factores asociados que pueden coincidir. Las recomendaciones para llevar a cabo un tratamiento hecho a la medida da cada pareja fueron resumidas por los autores de la clínica MARGen bajo la sigla CARE (Customized Assisted Reproduction Enhancement). Mediante estas medidas, es posible alcanzar una mejora significativa de la posibilidad de las mujeres de tener hijos con sus propios óvulos. Sin embargo, la probabilidad siempre es bastante más baja respecto a la fecundación in vitro con óvulos frescos de donantes de 25 años o menos, alcanzando un 80% de éxito.
Actualmente existen programas de investigación para desarrollar óvulos “artificiales”, utilizando el material genético de la misma paciente, extraído de diferentes tipos de células somáticas, o incluso pasando por la inducción de la formación de “células madre”. Sin embargo, ninguno de los procedimientos investigados aún está en una fase compatible con su inmediata aplicación clínica.
Infertilidad masculina
Según los científicos de la Clínica MARGen, la mayoría de las causas de infertilidad masculina tiene solución, a pesar de que la calidad de los espermatozoides no ha dejado de bajar desde hace 40 años. La mayoría de los problemas de espermatozoides, incluyendo su cantidad, movilidad, capacidad de adherirse a los óvulos y enseguida penetrar dentro de ellos, se puede resolver mediante la fecundación in vitro (FIV) utilizando métodos de micro-manipulación celular desarrollados en los años 90 del siglo veinte. Se trata sobre todo de la micro-inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) o de sus células precursoras – espermátides – (ROSI) dentro de los óvulos. Sin embargo, aún quedan casos de hombres que carecen tanto de espermatozoides como de espermátides. “En estos casos -señala el doctor Tesarik- esperamos desarrollar, métodos de producción de espermatozoides “artificiales” utilizando métodos análogos a los previstos para la generación de los óvulos “artificiales”.
Hoy día, los problemas principales de los espermatozoides están relacionados sobre todo con daños (fragmentación) de su ADN. La gran mayoría de estos casos tiene una solución fácil, utilizando tratamientos medicamentosos (básicamente anti-oxidantes) y métodos específicos de laboratorio (para seleccionar los espermatozoides con el ADN intacto). Si los métodos más “ligeros” no funcionan, una biopsia testicular y la utilización de los espermatozoides recuperados para la ICSI resuelven el problema en la mayoría de los casos. “En nuestra clínica siempre tratamos de resolver el problema mediante los métodos menos invasivos posibles, y eso es algo que se puede hacer e en la mayoría de los casos. Pero la decisión se tiene que tomar en función de resultados de exámenes de laboratorio bastante complejos. Recientemente, nuestro grupo ha publicado un algoritmo a seguir para interpretar los resultados de exámenes diagnósticos con el fin de buscar la solución terapéuticamenos invasiva y la menos costosa posible”, concluyen los doctores Tesarik y Mendoza-Tesarik.