- Esta dolencia, que tiene una incidencia en el 20% de la población, es una actividad motora de origen central, que se puede encontrar tanto en periodos de sueño, como en momentos de vigilia
- La tensión provocada por el estrés, la ansiedad y la incertidumbre causada por la pandemia es la principal causante del incremento de esta patología
Albacete, 4 de agosto de 2021. El dolor orofacial se considera en la actualidad como el segundo dolor crónico con más incidencia en el mundo tras el dolor lumbar crónico, con la particularidad, de que su incidencia afecta igual a personas jóvenes que a mayores. “El bruxismo es una de las patologías que pertenecen a este grupo y que se puede tratar con Fisioterapia”, señalan desde Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla - La Mancha (COFICAM).
El bruxismo es una actividad repetitiva de la musculatura masticatoria, caracterizada por el apretamiento o rechinamiento dentario, ya sea en fases de sueño o en vigilia. La causa de esta dolencia se desconoce, pero hay diversas teorías que lo relacionan con trastornos psicoemocionales, genéticos, farmacológicos, neurofisiológico o mala oclusión. Quizás la más conocida sea la relacionada con el estrés.
El bruxismo presenta una incidencia del 20% de la población, aunque únicamente se considera patológico el 5%. El fisioterapeuta y máster en dolor orofacial y temporomandibular, Marcos Iglesias Peón, afirma que, aunque esta patología está cada vez mejor definida y clasificada todavía no está clara su fisiopatología. “Nuestra labor como fisioterapeutas no debe de ser únicamente el tratamiento de sus consecuencias, especialmente musculares en la musculatura masticatoria y cervico-dorsal. Si no que deberíamos formar parte de un equipo multidisciplinar en el que otros profesionales junto con el fisioterapeuta pueda identificar y tratar la posible causa desencadenante o perpetuante de la patología”, cuenta Iglesias.
En este sentido, se puede afirmar que “los dientes no son los culpables del bruxismo sino las víctimas”. El fisioterapeuta manifiesta que el bruxismo no va de los dientes para arriba, sino del cerebro para abajo.
¿Por qué acudir a un fisioterapeuta?
“Los pacientes que vienen a nuestras consultas, bien derivados o por motu propio, presentarán dolor facial, dolor muscular, hipersensibilidad dentaria, dolor de cabeza especialmente matutina (si es nocturno), sensibilidad y dolor en la articulación temporomandibular, interrupciones del sueño. Muchos de ellos ya nos vendrán incluso con las famosas férulas, que a unos les irán bien y a otros únicamente les protegerán del desgaste dentario. Al final lo importante es el feedback que producirán (temporalmente), a nivel del Sistema Nervioso Central. Sin olvidar que aumentaran la fuerza de presión mandibular al incrementar el brazo de palanca muscular”, sostiene el especialista.
Desde la consulta de Fisioterapia se puede utilizar todas las herramientas que poseen los profesionales para elaborar un diagnóstico certero y poner un tratamiento adecuado. Sin embargo, Marcos Iglesias matiza que “debemos de saber derivar y enfocar al paciente a la terapia de disminución de la actividad simpática, inculcar unos buenos hábitos alimenticios, una buena higiene del sueño, acondicionamiento físico, en definitiva, la salud global del paciente”.