- La llegada de las terapias dirigidas y la inmunoterapia han supuesto un cambio de paradigma en el abordaje de enfermedades como el mieloma múltiple o la leucemia linfocítica crónica, ayudando a mejorar la calidad de vida de los pacientes por su elevada eficacia y favorable perfil de tolerabilidad.
- Las nuevas opciones terapéuticas en mieloma múltiple han permitido mejorar la supervivencia, que actualmente supera los 5 años en el 50% de los pacientes; y en el caso de la leucemia linfocítica crónica han aumentado su supervivencia a 10 años a más del 77% de los pacientes.
Hematólogos españoles se han reunido en Córdoba en el marco de las X Jornadas Formativas sobre el tratamiento de las Neoplasias Linfoides, organizadas por Janssen Pharmaceutical Companies of Johnson & Johnson, con el objetivo de abordar y analizar las últimas novedades en el tratamiento y el manejo de las neoplasias linfoides más frecuentes, como el mieloma múltiple (MM) y la leucemia linfocítica crónica (LLC).
Como ha explicado el Dr. Miguel Ángel Álvarez, especialista del servicio de Hematología del Hospital Reina Sofía de Córdoba y coordinador de estas Jornadas, “en los últimos diez años hemos asistido a una progresiva incorporación de fármacos que han cambiado el tratamiento de nuestros pacientes, como los inhibidores del proteosoma y los anticuerpos monoclonales en mieloma múltiple; o los inhibidores de la tirosina quinasa y de bcl-2 en leucemia linfocítica crónica. Además, hemos aprendido que en el MM la combinación de fármacos condiciona un mejor control de la enfermedad y más sostenido en el tiempo. También hemos sido conscientes de la importancia del tratamiento continuado como una forma de intentar asegurar un largo control de los pacientes en la LLC”.
Por su parte, el Dr. Joaquín Sánchez, especialista en el servicio de Hematología del Hospital Reina Sofía de Córdoba y presidente electo de la Asociación Andaluza de Hematología y Hemoterapia (AAHH), ha señalado que en España se diagnosticaron en 2021 aproximadamente unos 3.000 casos nuevos de mieloma múltiple y 10.000 de linfomas globales - según datos de la Red Española de Registros del Cáncer -. “Y de ellos, un 20-25% fueron diagnosticados en Andalucía”.
Un cambio de paradigma
Durante el encuentro, la Dra. Concepción Herrera, jefa de servicio de Hematología del Hospital Reina Sofía de Córdoba, ha puesto el énfasis en “el conocimiento de las alteraciones moleculares subyacentes a los tumores, que ha permitido el desarrollo de fármacos dirigidos a dianas moleculares concretas. Y en paralelo, el desarrollo de estrategias de inmunoterapia también dirigidas a antígenos expresados por las células tumorales ha completado nuestro arsenal terapéutico actual, que tiene como denominador común dirigirse específicamente al tumor respetando las células normales del organismo”.
Estos tratamientos han cambiado la vida de los pacientes con neoplasias hematológicas porque unen a su alta eficacia un perfil de tolerabilidad favorable en la mayoría de los casos. “La elevada eficacia de estas terapias proporciona per se a los pacientes largos periodos de remisión completa en los que se encuentran asintomáticos y pueden hacer vida normal, libres de ingresos hospitalarios y reinsertados en su vida social, familiar o laboral”, ha matizado esta experta.
La especialista abordó, además, la importancia de los factores predictivos. “Investigamos activamente en la búsqueda de perfiles de pacientes que se puedan beneficiar más o menos de cada terapia. De hecho, en nuestro servicio tenemos ensayos clínicos activos en terapias innovadoras dirigidas a dianas moleculares en diversas patologías oncohematológicas”, ha apuntado.
Mieloma múltiple, mayor supervivencia
El mieloma múltiple (MM) es el segundo cáncer hematológico más común y es responsable del 2% de la mortalidad asociada al cáncer. Tal y como ha explicado el Dr. Álvarez, “el perfil de paciente es una persona en su séptima década de la vida, que presenta de forma habitual otras enfermedades asociadas, y para quien la aparición de la enfermedad supone una pérdida de calidad de vida muy significativa tanto en los aspectos físicos (por la afectación ósea y la anemia secundaria), como psicosociales (por la fatiga y por estado depresivo secundario)”.
La buena noticia, según ha destacado este experto, es que “la incorporación de nuevos fármacos ha producido además una progresiva mejora en la supervivencia, que actualmente supera los 5-7 años en el 50% de los pacientes”. Además, ha augurado, “su administración en líneas más precoces de tratamiento, sumado al uso de combinaciones y de los nuevos anticuerpos monoclonales biespecíficos y terapia de células CAR-T puede suponer un futuro cada vez más esperanzador e intentar aspirar a aproximarnos a una cura de los pacientes con mieloma”; una enfermedad aún incurable hoy en día.
Reto en LLC: cronificar la enfermedad
La jornada también ha permitido poner de relevancia los avances en investigación en leucemia linfocítica crónica durante los últimos años. En este sentido, el Dr. Eduardo Ríos, médico adjunto del Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Valme y profesor asociado de Hematología de la Universidad de Sevilla, ha explicado que “están empezando a aparecer fármacos que están sustituyendo a la quimioterapia, y que son más eficaces que ésta y con un perfil de tolerabilidad favorable. Actualmente, hay en marcha ensayos clínicos que están analizando la eficacia de la combinación de estos medicamentos entre sí y que buscan mejorar los resultados y adaptar el tiempo de tratamiento a lo que necesite cada paciente. Es decir, tratamientos cortos en el tiempo para aquellos pacientes cuya enfermedad responde muy bien a la combinación; o tratamientos prolongados o incluso indefinidos si el paciente, aunque desaparezcan sus síntomas, sigue mostrando cantidades ínfimas de células leucémicas que el tratamiento no ha conseguido erradicar”.
En leucemia linfocítica crónica el reto ahora es personalizar cada vez más el tratamiento en estos pacientes. “Esta enfermedad tiene un curso clínico muy heterogéneo; tres de cada cuatro pacientes son diagnosticados en fases muy iniciales y son vigilados sin necesidad de tratamiento hasta que empiezan a tener problemas derivados de la enfermedad. En general, un 30-40% de pacientes puede que no necesite nunca tratamiento. En aquellos que lo necesitan, este puede ser diferente de un paciente a otro en función de su edad y sobre todo de su estado general, atendiendo especialmente a las enfermedades concomitantes que padece, pero también a qué alteraciones genéticas se detectan”, ha añadido este experto.
Los especialistas también han abordado los avances en linfoma de las células del manto (LCM), un tipo de linfoma no Hodgkin (LNH) poco frecuente y agresivo que es incurable y difícil de tratar. En este sentido, el Dr. Ríos ha asegurado que “la tendencia a recaer de la enfermedad es alta y en este escenario, los tratamientos clásicos ofrecen resultados poco satisfactorios. De nuevo empezamos ya a disponer de alternativas a la quimioterapia para estos enfermos que recaen, al tiempo que existen ensayos que están valorando la eficacia de empezar a usar estos fármacos al diagnóstico y no a la recaída, lo que nos permitiría reducir esta resistencia al tratamiento que muestra la enfermedad”.
Necesidades de los pacientes
Durante el encuentro, que acumula más de 800 participantes en sus 10 años de historia, los expertos también han hecho hincapié en la necesidad de que los pacientes reciban información y formación sobre su enfermedad, dado que las neoplasias linfoides son más desconocidas entre la población general que otros tumores más frecuentes.
En este sentido, según ha explicado el Dr. Sánchez, “estas patologías necesitan un diagnóstico integral con caracterización molecular para definir el mejor tratamiento para cada paciente. Desde la AAHH realizamos frecuentes reuniones científicas enfocadas a neoplasias linfoides para fomentar la divulgación y conocimiento de estas enfermedades”.
En cuanto a la labor de los hematólogos andaluces, este experto ha destacado “su gran vocación para formar parte de grupos de trabajo que son esenciales para el avance de la investigación desde el punto de vista clínico, desarrollando y participando en ensayos clínicos de los que se puedan beneficiar nuestros pacientes. Además, contamos con los institutos de investigación provinciales en los que los hematólogos participamos activamente para desarrollar estudios de características biológicas que profundicen en el conocimiento de la enfermedad”.
El presidente electo de la AAHH considera que “debemos seguir apostando por los grupos de trabajo dotándolos de recursos administrativos y económicos para el desarrollo de sus actividades. Además, desde nuestra Junta Directiva potenciaremos también las relaciones con las asociaciones de pacientes, con la administración y con otras asociaciones de otras especialidades para aumentar la divulgación y conocimiento de nuestra especialidad”.