- Buscar ayuda psicológica profesional y recurrir a las asociaciones de pacientes contribuye a sobrellevar este tipo de enfermedades
- El 39% de los pacientes con psoriasis asegura que la enfermedad afecta a su esfera emocional, tiempo libre y a la calidad del sueño
- El 42,2% de las personas que convive con artritis reumatoide refiere que necesita de la ayuda de una persona para realizar las actividades del día a día, ocasionándoles sentimientos de tristeza
Convivir con una enfermedad inflamatoria, crónica e inmunomediada va más allá del impacto físico ya que, a menudo, los pacientes sienten cómo la patología afecta a su estado emocional y a sus relaciones personales y familiares. La fatiga, el dolor y el cansancio son algunos de los síntomas más frecuentes de las enfermedades inflamatorias inmunomediadas y que, en muchos casos, condicionan el estado de ánimo de los pacientes.
A pesar de que en los últimos años se ha avanzado mucho en el abordaje y tratamiento de enfermedades como la artritis reumatoide, la psoriasis, las enfermedades inflamatorias intestinales o la dermatitis atópica, los pacientes también precisan ayuda para abordar los sentimientos, dudas y miedos que surgen en el trascurso de la enfermedad. Por ello, con motivo del Día de la Psicología en España, que se conmemora cada 24 de febrero, la compañía biofarmacéutica AbbVie recuerda el impacto psicológico que tienen este tipo de enfermedades, así como la importancia de que los pacientes y sus familiares tengan acceso a recursos e información que les ayude a convivir con la patología.
Vergüenza, falta de autoestima, ansiedad y un mayor riesgo de sufrir depresión son algunas de las secuelas que pueden provocar estas enfermedades. Para Miriam Fayos Tudela, psicóloga de ACCU-Valencia, asociación de Crohn y Colitis Ulcerosa de la Comunidad Valenciana, “las enfermedades inflamatorias autoinmunes provocan limitaciones y cambios en las actividades diarias de los pacientes, lo que produce en muchos casos sentimientos de frustración, ansiedad o tristeza, alterando el estado de ánimo de las personas e incidiendo de forma negativa en su calidad de vida”.
Las enfermedades inflamatorias inmunomediadas o IMID (del inglés Inmune Mediates Inflamatory Diseases) son un grupo de enfermedades que, aunque aparentemente no están relacionadas, tienen en común la presencia de inflamación en las articulaciones, piel y/o en los órganos. Además, pueden producirse a la vez o co-ocurrir en una misma persona1. En España, se estima que más de 2,5 millones de personas conviven con alguna enfermedad inflamatoria inmunomediada2, lo que supone un 6,4% de la población. Entre ellas, se encuentran la artritis reumatoide, la Enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, la psoriasis o la dermatitis atópica.
Los pacientes con IMID, tras el diagnóstico, manifiestan alteraciones en su estado de ánimo, así como un impacto en sus actividades de ocio y sus relaciones sociales, de pareja, laborales y escolares. Con frecuencia se sienten estigmatizados y excluidos de sus entornos sociales habituales, especialmente cuando la enfermedad es visible, como la psoriasis, y se presenta en la cara y las manos.
En este sentido, la experta apunta que “los pacientes que padecen psoriasis no quieren usar prendas de ropa que muestren sus lesiones en la piel, por vergüenza o miedo a lo que piensen los demás o los pacientes con Enfermedad de Crohn siempre dudan si apuntarse a planes con amigos si no ven claro que vaya a haber un baño cerca por si tienen una emergencia”.
El 39% de los pacientes refiere que la psoriasis influye mucho en su día a día y afecta a su esfera emocional, tiempo libre y a la calidad del sueño, entre otros aspectos3. En el caso de la artritis reumatoide, el 42,2% de los pacientes refiere que necesita de la ayuda de una persona para realizar las actividades del día a día, lo que hace que tengan, en ocasiones, sentimientos de tristeza por no poder realizar hábitos del día a día por sí mismos4.
Por otro lado, el picor, uno de los síntomas más característicos de la de la dermatitis atópica, provoca alteración del sueño, problemas de concentración, depresión e incluso pensamientos suicidas en brotes agudos5. Además, el 44% de los pacientes ha necesitado apoyo psicológico debido a la enfermedad y un 30% padece ansiedad. Con respecto a las espondiloartritis, el 65% de los pacientes siente miedo por cómo afectará la enfermedad a su vida y a sus familiares6.
Asimismo, esta especialista subraya la importancia de las asociaciones de pacientes, porque “compartir los sentimientos y las inquietudes de la enfermedad con otras personas en tu misma situación ayuda a mejorar psicológicamente y a afrontar mejor la patología, al sentirnos comprendidos, respetados y acompañados, así como evitar el aislamiento y la estigmatización de la enfermedad” argumenta la psicóloga.
Aun así, hay que tener en cuenta que “en este tipo de enfermedades hay altibajos y que, aunque emocionalmente los pacientes se encuentren bien, puede haber épocas en las que no lo estén. Por eso deben ser conscientes de que, en determinados momentos, es posible que necesiten ayuda psicológica para gestionar esos sentimientos negativos”, concluye Miriam Fayos.